jueves, 14 de diciembre de 2006

Capote: la sangre fría del escritor



Yo soy lo bastante humano como para sentir lástima de mí mismo.
Perry Smith

Argumento fílmico
Capote (2005) de Bennett Miller, es sin duda un film que a más de uno logrará erizar, tanto por la crudeza de las imágenes como por la radiografía de la vida de Truman Capote: escritor ícono de la cultura y sociedad norteamericana de los años sesenta y setenta.
La película recrea como el escritor inicia, mantiene y finaliza su investigación en torno al múltiple crimen acontecido en el pueblo de Holcomb, en el estado de Kansas; allí la historia nos va mostrando como Capote va penetrando en la vida de la comunidad y posteriormente en la de los asesinos, para ir dando forma a su novela más conocida y mundialmente famosa: A sangre fría.
Capote (caracterizado por Philip Seymour Hoffman, que logra darle toda la fuerza expresiva y emotiva del escritor) no hace más que mostrar los dos lados de su mundo: uno, donde es el escritor fanfarrón y alma de las fiestas (ver el film Estudio 54, que también lo muestra así), ególatra incomparable; y dos, el investigador sensible que conversa con los asesinos de la familia Clouters. El film dramático centra sus diálogos con Perry Smith (Clifton Collins Jr., un actor que hay que tomar muy en cuenta) quien reafirma su importancia tanto como asesino de los cuatro miembros de la familia, así como el más sobresaliente por la sensibilidad e inteligencia que demuestra para con Truman.

Los dos lados de Truman
El film norteamericano no deja de lado las excentricidades de Truman: su narcisismo y egolatría, su recurrencia excesiva a la bebida e inclinaciones homosexuales, que lo reflejan en la película como un escritor sobresaliente dentro del círculo banal de escritores, periodistas y artistas norteamericanos de la época; por otro lado el escritor es el niño desprotegido, deprimente, humilde y solidario que se entrega amistosamente en diálogos reveladores con Perry Smith (asesino de los Clouters).

Literatura de no ficción
La película logra darle el ya reconocidísimo valor a la obra de Capote. Su novela encasillada en literatura de no ficción (porque la historia y sus protagonistas son reales) consagra al escritor norteamericano como uno de los más importantes en los años sesenta y hasta la actualidad.
A sangra fría es el trabajo de más de cinco años de investigación y observación cercana de uno de los crímenes más sonados en un pequeño pueblo del estado de Kansas, en Estados Unidos. Allí el autor se dirige para convivir con los habitantes y ser parte de la conmoción colectiva. Así es como Truman logra trasmitir en su novela la carga psicológica no solo de los dos responsables de los asesinatos, sino de muchos de los habitantes y protagonistas del sangriento acontecimiento.
Truman y Perry: amigos por interés
Truman, en el film, encuentra en Perry “una mina de oro”, ya sea por lo emotivo del asesino o por la franqueza hacia el escritor. Además porque Capote ha comprendido que su libro necesita enfocarse en la vida de los asesinos, sobre todo en la de Smith. De igual manera Perry encuentra en Capote una ayuda para su apelación en los múltiples juicios que pesan sobre él y su amigo por los asesinatos cometidos.
Ambos intentan obtener algo del otro, pero es Truman quien logra extraer de Perry la información necesaria para la composición de su libro (tanto sus diarios como la declaración de autor de los cuatro asesinatos). Y esto lo va demostrando en el cuerpo del film y de la historia, ya que mientras en la cárcel junto a Perry desniega el haber escrito siquiera una página del libro que ayudará a Smith y su amigo para no ir a la horca; por otro lado ya se comenta el exitoso proyecto novelístico de no ficción que el escritor está escribiendo, donde consta de un título llamativo y cuyos fragmentos ya han sido leídos en público.

Truman: una mente brillante
Lo más sobresaliente del film es la información que se da acerca del escritor norteamericano. Como el hecho de afirmar que de todo diálogo siempre recordaba el 94 % (teniendo en cuenta que no usaba grabadora), cualidad clave al momento de cada una de las distintas entrevistas que mantuvo con los ciudadanos de Holcomb y con uno de los dos protagonistas de los asesinatos, Perry Smith; éste quien junto a su amigo Dick Hickock fueron condenados a morir a la horca la madrugada del miércoles 14 de abril de 1965, por el asesinato a sangre fría de los cuatro miembros de la familia Clouters.


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