miércoles, 29 de septiembre de 2010

Quirófano # 8



A veces uno tiene la impresión de que al empezar una revista tardará algunos días en consumirla totalmente, pero cuando este inicio y final se acorta a pocas horas nos queda la pica de continuar internado en sus páginas. Esto me ocurre cada vez que abro y cierro (con un “¿ya?” a cuesta) el Quirófano.

En su reciente edición me he enganchado con aquel brevísimo tributo post mortem a Fernando Artieda, la muestra de cinco poetas venezolanos, las entrevistas a Fernando Nieto Cadena y Óscar Hahn. Pero como lector hubiera querido consumir más información, ver interminable su contenido, y es quizás en este punto donde su editor debería enfocarse en los próximos números. No con esto intento decir que la revista desperdicie sus páginas en banalidades literarias, al contrario cada espacio tiene su peso y coherencia. Tal vez ha llegado el momento de que cada número no deje a sus lectores con hambre si no verdaderamente satisfechos.

Este número lo terminan de completar los textos Despedida y no: Jorge Enrique Adoum de Augusto Rodríguez (editor), La intuición es poesía de Xavier Oquendo, Isadora (fragmento) de Rocío Soria, Temporada baja de Eduardo Varas y la sección fija de reseñas.

martes, 28 de septiembre de 2010

Revaloración de Hugo Mayo

Escena de El zaguán de aluminio

Hugo Mayo es, para muchos de los poetas que se consideran como tal, un referente obligado de la literatura ecuatoriana. La tarde y noche de ayer el escritor Freddy Ayala Plazarte, a excusa de la presentación de su obra La metálica luminosa, le refrescó la memoria a todos los asistentes, mantenses y sobre todo manabitas, de la magnitud y representatividad poética de Miguel Augusto Egas, no sólo en el contexto ecuatoriano si no Latinoamericano y mundial.
Previo a la presentación oficial del libro, la actriz mantense Rocío Reyes (Integrante de La Trinchera) presentó el monólogo El zaguán de aluminio, obra teatral basada en la vida y obra de Hugo Mayo (cuyo texto dramatúrgico es de Arístides Vargas), donde la idea del niño interior que siempre guardó y evidenció Mayo junto a sus más allegados, se deja traslucir.



Oswaldo Mantilla


El escritor Oswaldo Mantilla (quien mediante el Taller Cultural Retorno auspició la publicación de este libro) fue el encargado de resaltar la labor investigativa de Ayala Plazarte, y de como este trabajo ha empezado a repercutir favorablemente en los distintos escenarios donde se ha presentado, logrando el interés, tanto para otros investigadores, educadores y sobre todo estudiantes, que por primera vez conocen de Hugo Mayo.





Freddy Ayala Plazarte

El autor fue corto pero preciso en su intervención, puntualizó los motivos que lo llevaron a desarrollar esta investigación y análisis crítico de la obra de Hugo Mayo; lo identificado que se sintió desde su primer encuentro con esta poesía "que no ha envejecido con el pasar de las décadas y se mantiene fresca". Sus más sentidos agradecimientos a la ULEAM y a su Departamento de Cultura que acercó este ensayo a la tierra natal del poeta estudiado.
Finalmente el escritor Ubaldo Gil, como parte del público, fue invitado a compartir unas cuantas palabras en torno a esta obra y sobre todo de Hugo Mayo, quien alcanzó a conocer aún en vida.



Ernesto Intriago, Oswaldo Mantilla, Freddy Ayala y Horacio Hidrovo.

La obra presentada tuvo acogida, por ello no sorpredió que muchos estudiantes univesitarios se agolparan alrededor del autor buscando el respectivo autógrafo que certificara que escucharon y conocieron a quien, desde la Sierra, revalorizó mediante una lectura particular al poeta insigne de Manabí.




¿Quién dice que los poetas no la pegan?

viernes, 24 de septiembre de 2010

La metálica luminosa en Manta




Debo confesar que como organizador de eventos soy pésimo, con Freddy Ayala estuvimos planificando la presentación de su ensayo La Metálica Luminosa (ensayo en torno a la obra y vida del poeta mantense Hugo Mayo) hace un par de meses como mínimo y a la final nada pasó, por eso me alegra saber que Freddy supo moverse más allá de mis limitaciones organizativas, que encontró a las personas indicadas para que su obra sea conocida en nuestro puerto.

La obra se presentará el próximo lunes en la Sala de Conciertos “Horacio Hidrovo Peñaherrera” de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Y lo mejor de esta presentación, además de resaltar la labor del Departamento de Cultura de la ULEAM que con este acto demuestra una vez más su apertura a autores jóvenes, es que se podrá apreciar el monólogo El zaguán de aluminio (obra basada en torno a textos poéticos de Hugo Mayo), interpretado por la actriz Rocío Reyes perteneciente al grupo teatral La Trinchera.

Entonces ya saben amigos lectores, todos el lunes a la Sala de conciertos de la ULEAM donde podremos conocer acerca de este nuevo libro que analiza la poesía y vida de Hugo Mayo desde una particular lectura.

Día: lunes 27 de septiembre
Hora: 17h00
Lugar: Sala de Conciertos Horacio Hidrovo Peñaherrera
Gratuito





Rocío Reyes en una escena del monólogo El zaguán de aluminio

lunes, 20 de septiembre de 2010

Tus cuentos





Las óperas primas de autores jóvenes hace un buen rato han dejado de considerarse borradores que jamás debieron publicarse, la realidad (sobre todo la ecuatoriana) nos está demostrando lo contrario, así lo confirmo en este sencillo compendio narrativo titulado Tus cuentos (Drugos de la naranja editorial, 2009) de Gabriela Cabezas (Riobamba, 1990). Una obra que por el título, ausente de originalidad, podría pasar desapercibido para muchos, pero que encierra pequeñas y a la vez sobresalientes historias (Ah, el amor…, ¡Poseeré!, El príncipe ladrón, Televisión, y Buscando ¿un final?). Aunque también se incluyen cuentos que no desarrollaron ni maduraron del todo.

La voz narrativa (casi siempre femenina) es una protesta constante contra el sistema y sus normas establecidas, de los ritos y mitos asumidos, y sobre todo de la crueldad y argucias a la que la humanidad acude para aplacar una violencia instintiva. Por eso para comprender la dimensión de estos cuentos hay que hacerlo entre líneas, buscando el mensaje oculto entre la aparente ligereza narrativa.

Cabezas desarrolla sus hilos conductores más allá de lo afectivo, priorizando lo corporal y visceral como modo expresivo de mayor fuerza, dotando a sus escenas de una mejor contundencia. Así lo demuestra en este fragmento donde el amor es llevado a un estado de insania:

“Estaba orgulloso de mí, por haber logrado sacar su corazón, por haber logrado que me lo de. Sonreía, casi de forma macabra, pensando en como serían las cosas de ahora en adelante, todo lo que tendría que perdonarme.” (p. 26)







Sus cuentos se tornan oscuros y macabros, como cuando nos habla de aquellos seres (que no logran una definición concreta de quiénes son) que desde el interior de los humanos pueden manipularlos a su antojo. Leamos uno de los párrafos más interesantes:

“Mi raza nació para triunfar. Pero es difícil llegar hasta un humano y no volverse loco, no blasfemar y no hablar en otras lenguas. Y ¿para qué? Para luego sufrir frente a un exorcista. Sé que encontraré un humano y lo controlaré. No perderé mi voluntad, controlaré la suya. Prometo ser el mejor de los titiriteros”. (p. 45)


La autora reconstruye leyendas urbanas (como la del tipo al que le lamen la mano y luego no sabe quién fue) y mitos mundiales como la de la existencia del Yeti (y su trasfondo criminal como advertencia de los fines sangrientos a los que la humanidad puede llegar para cumplir sus objetivos y perdurar una mentira) del que cito un pasaje tétrico:

“Volví a la foto del mono y esta vez hice un zoom en su cara: era una máscara. Pero el resto era real, probablemente el cuerpo de un gorila. Decidí buscar el lugar en el que se unía la máscara con el cuerpo y esta vez, necesité ir a la ventana a recibir grandes cantidades de aire. La máscara no estaba sobre la cabeza, estaba cosida al cuerpo”. (p. 99)


Tus cuentos es un título flojo, pero sus pequeñas historias lo salvan de yacer bajo una cama, de soporte para pata de mesa o en el lugar menos predilecto para los libros de cabecera. Gabriela Cabezas, una autora a la que debe seguírsele la pista.

martes, 14 de septiembre de 2010

Casa de Soledad




Casa de soledad (Drugos de la Naranja, 2009) es la ópera prima de Cristian López (Quito, 1985), un poeta que, como muchos nóveles autores, ha empezado a ser reconocido desde su obra antes de poseer una publicación independiente. Poemario donde la soledad como gobierno autoritario, se impone en cada uno de los poemas que agrupa este trabajo, divido en cuatro partes.

En Mis queridos muertos, el poeta se exorciza, analiza a la muerte desde su sentido existencial y vivencial, donde el recuerdo latente de un familiar, amigo o una experiencia cercana se vincula a su sentir. En Tú…el muerto, la voz poética nos acerca a una imagen caótica pero ajustada a la realidad violenta generalizada:

Siempre, cuando veas un charco de sangre
Aparecer por la puerta
No cierres los ojos,
Ni trates de nadar
Sumérgete,
Y siéntele,
Ahógate
Puede ser el lago de tus ensueños;
Ese laberinto de la muerte
Es parte del libreto de la vida.






Tanto en Génesis del poema, como en A la caza del verbo el poeta se aventura por un intento de poesía romántica y erótica, donde el anhelo femenino es la prédica conjurada. Así lo demuestra en títulos como Poema para un amor deshabitado:

Quiero dibujar tu rostro
Con el lápiz del tiempo
Mancillar tus alas
En mi noche de silencio
Esculpir tus besos
Luna fantasmal
Niebla obsecada
Te disipas en mis sueños


Finalmente en Progenie hay un discurso de fondo que reniega de la falta de fe, manifestada en el pecado, una iglesia vacía y la desesperanza habitada en la misma voz poética.

Poemario que encuentra mayor fuerza poética en su primera parte, donde la muerte (sí un tema común, pero que desde la perspectiva de este autor sale librada) logra una particularidad absorbente.

No está demás anunciar que el martes 21 de septiembre a las 19h00 se hará la presentación oficial de este poemario junto a 6 obras (poemarios y relatos) de reciente publicación en Drugos de la Naranja, la editorial alternativa quiteña. La cita será en el teatro Prometeo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El regreso de Caro





Carolina Patiño (tras sus tres años de ausencia) se ha vuelto para algunos una especie de fetiche al que se acude con desenfreno para alimentar el chisme del día; para otros continúa siendo una autora esencial de la poesía contemporánea de Ecuador, más allá de su decisión funesta (y el morbo que para algunos todavía representa la historia), o de haber pertenecido a Buseta de papel (quienes le dieron toda la motivación y empuje para desarrollar y difundir su poesía). Por lo tanto su obra va más allá del cliché de “poeta suicida”.

Ahora regresa en una ¿nueva? antología de su obra: Antología poética (2010, del naciente sello independiente de Guayaquil, El Quirófano Ediciones) que tiene el mismo contenido que publicó en su versión la CCE en el 2009. Lo sobresaliente de esta reciente publicación es la portada vital en la que aparece la autora mostrando aquella parte de su bipolaridad que muchos conocimos, pero no podría decir lo mismo del contenido, que al igual que la versión de la CCE no agrupa TODA su poesía, si no una selección. Hubiese sido más relevante que esta nueva antología haya sido la definitiva, agrupando todos los análisis en torno a su obra, incluyendo artículos inéditos, quizás borradores de poemas, testimonios de sus familiares, dándole -finalmente- un concepto más interesante.

Sin embargo esta nueva Antología Poética cumple un papel importante: acercar a más lectores a la obra de Carolina, esperemos y este acercamiento no sea con el afán de leer entre líneas sus motivos suicidas, si no el de encontrar y degustar POESÍA.



Hasta ahora toda la producción poética de Carolina Patiño.