jueves, 30 de julio de 2009

El Cuervo en su primera edición

La creación y difusión de revistas electrónicas está en auge, eso me dice el correo electrónico al ver las invitaciones a bajar estas revistas. Veo el lado positivo de todo esto: la difusión de textos que están condenados al localismo, veo la salvación para ellos, el recorrido lejos de aquí donde el olvido no los atrape.

Es en este acelerado acontecer de revistas virtuales que me encuentro con El Cuervo, una revista argentina, cuyo editor y diseñador Lucas Vallejo, intenta continuar en la línea que ya ha hecho suya Paolo Astorga en su Remolinos.

El primer número de El Cuervo comprime un interesante compendio de poesía, narrativa y artículos de escritores latinoamericanos y europeos. 73 páginas que nos guiarán hacia voces nuevas (o desconocidas para muchos) y otras ya conocidas en este ámbito.

El Cuervo recién empieza a dar sus primero picotazos, es solo cuestión de tiempo para que logre un merecido lugar dentro de las publicaciones de esta clase. Bien por Vallejo que decidió crear este medio alternativo. Desde este espacio le seguiremos la pista, mientras comparto con los lectores la dirección del blog en donde podrán acceder a bajar el primer número.

http://revistaelcuervo.blogspot.com


miércoles, 15 de julio de 2009

Abril Rojo, El justiciero y más sangre para Manabí


Anoche acribillaron a Mauricio Montesdeoca, alias El Justiciero, un personaje que no solo logró darse a conocer en Manabí sino en todo el país. Una especie de Charles Bronson en El Vengador; un tipo polémico y respetado.

Sé que este blog es más literario y que poco o nada tiene que ver con asuntos de crónica roja, pero la noticia de El Justiciero me ha remitido a Abril Rojo de Santiago Roncagliolo, aquella sangrienta novela que absorbe y nos va recordando los horrores a los que los ciudadanos estamos expuestos. No solo del contexto del autor (Perú en los ochenta y a inicios del siglo XXI) sino en todas partes del planeta. La violencia no tiene reparo, ni es selectiva, aparece donde menos se la invoca.

En Manabí no existen núcleos guerrilleros atemorizando y masacrando a los ciudadanos, menos la fuerza policial abusando de sus derechos, pero está ese otro núcleo, también invisible, que nos acecha diariamente: la violencia, materializada en distintas y cada vez más aterradoras formas.

No creo que pierda la cordura como el fiscal protagonista de Abril Rojo, que me encuentre a mi amada desmembrada y sabiendo que su muerte es mi culpa. No, solo espero llegar a mi casa, donde me sé protegido y esperar a que la violencia en la ciudad llegue a un punto muerto donde se pueda caminar tranquilo sin creer que nuestro vecino en el bus, o el tipo que va tras nosotros mientras recorremos las calles, son victimarios en busca de gente como nosotros.

Cero Latitud en Manta

Como ya muchos saben Ocho y medio volvió a administrar las salas de los Macc cine, por lo tanto todos los festivales que se daban en Quito volvieron a incluir en su circuito a Manta, y aunque por acá el público sea escaso, es bueno reconocer que se está trabajando para que ya no sean solo una docena de espectadores refugiados en las tardes y noches los que se reúnan cada semana, sino que a estos se vayan incorporando otros, muchos, una legión de cinéfilos ansiosos por saber y sobre todo ver qué se está produciendo en Latinoamérica, en Ecuador y en el resto del planeta.

Mañana es la inauguración del Séptimo Festival de cine Cero Latitud, muchos ya están alistándose para la película de estreno, otros (los menos afortunados como yo, atrapados por el horario en una oficina) aguardando el fin de semana para darse una vuelta por la sala y apreciar alguna de las seis películas que se proyectarán en la ciudad.

Tres días para espectar títulos como: Sleep dealer (con la que se inaugura el festival mañana a las 19h30), El arriero, Turistas, La nana, Purgatorio y Dioses. Tres días para alejarnos de las novedades de momento en las carteleras de los Multicines (a pesar de que los títulos llamen para también darse una vuelta y estancarse en una de estas salas) y ser parte de este acontecimiento alternativo.

Para quienes deseen conocer más de este festival les dejo el enlace con la página oficial de la organización www.cerolatitud.com


lunes, 13 de julio de 2009

El vacío al que nos aferramos




Solo la piel se mueve
busca, rompe, desgarra.
El resto es una bolsa
llena de aire, de vacío.

Con versos de este calibre se abre paso Construcción del vacío (Ediciones Sarasvati, 2009) de Juan Secaira (Quito, 1971) un autor al que conocí como ensayista, explorando una parte de la obra de Humberto Salvador. Ahora en su papel de poeta, no decepciona, sale librado para entregarnos una obra intimista, cuya excusa de secretos de alcoba ahonda en esa parte de la existencia que acompaña a todo creador: la soledad, aquel vacío que atrapa y seca, aún entre multitudes. El poeta lo dice:

La soledad más cruda
tener a alguien al lado
y no sentir ni su hálito
ni pétalos ni arrullos,
únicamente la brisa pestilente
que corta nuestros rostros
ateridos ante tanta ausencia
en compañía.

Ese estar y a la vez no estar, ser parte del huracán y darnos cuenta que desde el centro todo pasa a nuestro alrededor sin poder hacer nada más que aferrarnos al lamento. Estos poemas, impactantes en varias de sus figuras, que esconden lo atroz de la convivencia, mostrándolo en breves secuencias, entre apagones de furia y resignación, son ese huracán que la voz lírica observa y reclama: “(…) estás, aún sin estar / Como la saliva, como el sudor, como la violencia diaria”.

Aquella construcción del vacío parte de él (la voz poética, o quizás el mismo Secaira desfigurado por el tiempo), lo envuelve, es su causa, su bulto vergonzoso que no esconde sino que contrariamente muestra para liberarse, para enfrentarlo cara a cara. Ese vacío donde los amantes cumplen el rito corporal, de fluidos, carne y poros abiertos, y se niegan a ir más allá de la fugacidad, porque allí el sentimiento aguarda para estropearlo todo, volverlo común y sobre todo agotador.

Lo fálico y sexual, son los mejores símbolos con los que el poemario se arma, en ellos la vida y decadencia encuentran un canal expresivo acorde y desenfrenado para la fugacidad de las relaciones: “(…) sus flechas, ahora lánguidas y flácidas, no llegaron nunca más a ser disparadas piel a piel. El hombre prefirió guardarlas en su cinto y aguantar su derrota en soledad”. En ellos el amor y la amistad no combinan, porque se los evade, estorban en las páginas y estorban en la realidad, o en una gran parte de ella: “Después de la lucha espermática, otro ambiente nos cobija, y separa nuestra amistad”.

Construcción del vacío es un tributo a la soledad, a esa ausencia de legiones, donde las únicas formas de sobrevivir es hacer todo lo contrario a la norma: hiendo cuesta abajo, sin complejos, tocar fondo, ser del vacío una hilacha más, hasta más no poder; su autor estuvo allí y ha salido, este poemario es el mejor testimonio de ello.

viernes, 10 de julio de 2009

Una noche para dos


Sería muy pedante si dijese que la presentación de anoche de los libros El aullido de las moscas de José Núñez del Arco y Bloody city de mi autoría, fueron un éxito. No lo fueron en el sentido de la convocatoria, pero sí se ha irrumpido en una ciudad y provincia demasiado apacible en cuanto a su literatura (aunque para los que no sepan Pedro Gil y su gallada de talleristas también van de nuestro lado, dándole duro a todo el convencionalismo que asfixia por acá).

Sé que José esperaba algo “diferente”, tal vez algo parecido a Guayaquil, pero los escenarios son distintos, las formas de apreciar el arte, hasta el más extraño, absurdo y sangriento como el que proponen las dos obras.


Como responsable de Marfuz Ediciones me siento bien, se ha dado el primer respiro público, y hasta ahora todo ha ido marchando sin mayor contratiempo. El que el público interesado en este momento sea mínimo, es normal; el que los libros se vendan de a poco, también. Aunque confieso que hubiera preferido una sala llena, con un público enérgico dando tumbos para apreciar este suceso, pero es un anhelo que en Manta solo podría darse (y se ha dado) si se presentara con su “excelente” repertorio “La Vecina” o volviera el circo de “El Cholito”. Así estamos en este puerto.

En un próximo post incluiré las lecturas de las escritoras Diana Zavala y Yuliana Marcillo, que apoyaron, cada una con sus apreciaciones individuales al respecto de los libros.

Mañana sábado 11 (a las 3 PM) se presenta el Aullido de las moscas en la Expolibro, toda la energía positiva a José, y aunque no pueda estar en este acto que me compromete, espero una mejor aceptación de su obra por allá.

Aún falta mucho por promocionar, pero en este agitado julio, con los ojos culturales del país, fijados en Guayaquil, me parece suficiente.