miércoles, 15 de julio de 2009

Abril Rojo, El justiciero y más sangre para Manabí


Anoche acribillaron a Mauricio Montesdeoca, alias El Justiciero, un personaje que no solo logró darse a conocer en Manabí sino en todo el país. Una especie de Charles Bronson en El Vengador; un tipo polémico y respetado.

Sé que este blog es más literario y que poco o nada tiene que ver con asuntos de crónica roja, pero la noticia de El Justiciero me ha remitido a Abril Rojo de Santiago Roncagliolo, aquella sangrienta novela que absorbe y nos va recordando los horrores a los que los ciudadanos estamos expuestos. No solo del contexto del autor (Perú en los ochenta y a inicios del siglo XXI) sino en todas partes del planeta. La violencia no tiene reparo, ni es selectiva, aparece donde menos se la invoca.

En Manabí no existen núcleos guerrilleros atemorizando y masacrando a los ciudadanos, menos la fuerza policial abusando de sus derechos, pero está ese otro núcleo, también invisible, que nos acecha diariamente: la violencia, materializada en distintas y cada vez más aterradoras formas.

No creo que pierda la cordura como el fiscal protagonista de Abril Rojo, que me encuentre a mi amada desmembrada y sabiendo que su muerte es mi culpa. No, solo espero llegar a mi casa, donde me sé protegido y esperar a que la violencia en la ciudad llegue a un punto muerto donde se pueda caminar tranquilo sin creer que nuestro vecino en el bus, o el tipo que va tras nosotros mientras recorremos las calles, son victimarios en busca de gente como nosotros.

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