lunes, 26 de diciembre de 2011

Fotograma # 6



Fotograma posee un lugar ganado dentro de los medios especializados en cine en el país. Además de ser una revista que ha demostrado no dejarse sepultar por los obstáculos que padece todo medio independiente.

Su número seis (fechada en septiembre) al fin está en circulación (previo a su versión impresa se pudo conocer su contenido desde la web, en una fugaz edición digital) y la espera ha valido. Porque se reafirma el trabajo y compromiso del editor y su equipo.

Mis recomendados: en la sección Crítica revisar los textos en torno a El lamento de la Emperatriz y A tus espaladas. En Contrapicado el absorbente y entretenido Epifanías. En Entrevistas la didáctica conversación con el crítico Roger Alan Kozza. En el segmento dedicado a los festivales las necesarias DIAGONALE, BAFICI y Lima Independiente. En Zoom in la urgente Delegados profesionales ante el CNCINE.

Un medio absorbente, que ha sabido valorar cada página y texto. Por ello no extraña que en esta edición congenien múltiples voces y estilos, tanto narrativos, como críticos, lo que enrique el sentido formativo de la revista.

Por cierto la portada es del making off de Exit (2011) cortometraje del editor de Fotograma: Fidel Intriago.

martes, 13 de diciembre de 2011

APUNTES SOBRE EL PROFESOR JOHN UPDIKE.


Por Sam Scholl

John Updike es la máquina de la narrativa norteamericana que mejor supo ver el rico legado de enseñanzas sicológicas que se encuentran semi ocultas en la vida cotidiana de la clase media estadinense.

La necesidad de crecer intelectualmente por lo general implica comprender que los cambios en las vidas de las personas son inevitables.

El adulterio, los hogares destruidos, el hijo perdido en las drogas o el alcohol, los amores que vienen y se van, la música que ya no es la misma, las defunciones de amigos cercanos y lejanos, la moda en las marcas de las ropas y los perfúmenes, el envejecimiento y muerte de amigos y familiares queridos...

Lo sean del agrado de uno o no y entonces que cada cual comience su propia batalla contra la realidad es ya otra cosa, porque los cambios así como la muerte ni esperan ni se calculan sino que se van dando poco a poco.


De tal suerte que con el paso del tiempo lo atrevido se convierte en clásico mientras envejecemos y llegamos a una humilde iluminación socrática en la que nos percatamos que cuando hemos aprendido algo el mundo, la ciencia y la tecnología, así como las costumbres nos demuestran que lo que hemos aprendido no es ni mucho menos una pequeña parte del total, de todo el conocimiento que ha surgido con el paso del tiempo.

La técnica narrativa de Updike siempre se muestra clara, clarísima, pero también exigente, exige paciencia y tenacidad como el trabajo de Gustave Flaubert o el de Henry James, pero aún así y todo, cada libro o cuento corto es una delicia, una experiencia enriquecedora que promueve al hombre, lo exalta y lleva a una gran altura para que se encuentre consigo mismo, con ese ser que se nos aparece diariamente en el espejo y que constituye un enigma para nosotros hasta cuando hemos revelado toda la esencia de su misterio con las lecturas de las novelas de Updike.

Fuente: http://es.shvoong.com/lifestyle/family-and-relations/2068584-conf%C3%ADa-en-mi/#ixzz1flfIQLqP

viernes, 9 de diciembre de 2011

El visitante de ferias de libros



¿Que qué es lo más atractivo de una Feria de Libros? Me preguntan, con reiteración, tras analizarme detalladamente las fundas con libros que cuelgan de mis manos. Todo, respondo sin pensármelo. Y no, no es la mera excusa de un comprador desmedido y adicto al papel. Porque cuando respondo TODO quiero decir que al asistir, revisar, explorar, y adquirir nuevos títulos soy parte de esa globalización comprimida en un espacio, reducida a una selección (quizás menor a la que uno quisiera encontrar) de nombres y títulos en los que ha pensado con reiteración, de los que conoce breves referencias a través de redes sociales o revistas especializadas, con los que inicia una conversación, con los que quisiera desvelarse en noches infestadas de gatos maulladores.

Y es que la verdad hay que dejarse de rodeos: soy un lector, uno que enloquece ante un título que ha buscado con añoranza; pero también un lector que no se deja apabullar por la oferta; un lector que prefiere andar siempre alerta en la selva de nombres y obras, de volumen y acabado, de sellos y cartoneras; un lector que sabe sortear el glamour y las novedades pasajeras (que tras la publicidad no son más que un momento para incautos, aunque haya sus excepciones); un lector que ha sabido reconocer los “precios y horas locas” de los expositores.

¿Qué nos ofrecen las Ferias Internacionales de libros?
Obras inmortales, novedades y autores. Explico, uno como lector (uno responsable con lo que lee) siempre irá de stand en stand por uno o varios títulos específicos, aquellas obras por las que guarda un interés, por las que en algún momento se dejó cautivar y sabe, como lector que se considera, que debe conseguir un ejemplar para entregarse a la relectura; pero en este mar de papel existen también las novedades, donde los banners, afiches y todo recurso publicitario nos muestran a autores de momento, quizás a obras que dentro del mercado editorial demandan millones de lectores (y ojo que no siempre estas novedades resultan descartables, siempre aparece alguna sorpresa con la que uno sigue enganchado); por último están los autores: los responsables de escribir las historias que nos atraparon, y los mismos que en presentaciones de sus últimos títulos o conversatorios, nos suelen aclarar muchas de nuestras interrogantes.



¡Promociona, o pierde!
¿Qué sería de una feria de libros si sus expositores no ofrecieran promociones y rebajas a sus lectores? Pues una pérdida total. Porque lo acertado de estas ferias es que sus expositores conozcan bien cómo se mueven sus lectores, cómo hacerles llegar sus novedades, cómo ofrecerles incentivos (un concurso para acceder a un bono económico en libros siempre vendrá bien) para cautivarlos y motivarlos a la adquisición de más ejemplares (los descuentos del 30% y 50% siempre serán la mejor forma de atraer masas hambrientas de lectura). Todo esto parte esencial de una feria cuya materia a comercializar es un bien intelectual.

El lector expositor
Tal vez se estén preguntando ¿Cómo puede escribir con tanta convicción? la verdad es que además de ser un lector apasionado, desde hace algunos años soy parte de una editorial, por lo tanto la experiencia, después de asistir por varias ocasiones a una feria de libros, está presente.
Conocer a los lectores, hacerles llegar una obra, darle un precio rebajado, respetar sus juicios de valores (no siempre alguien interesado en una obra de Eloy Alfaro termina coincidiendo con la postura del autor) informarle de cómo hacernos llegar su manuscrito (en el caso específico de autores interesados en publicar con nuestro sello) entregar ejemplares a escritores nacionales e internacionales (como parte de la promoción que posteriormente producirá comentarios y análisis en distintos espacios informativos) sondear qué autores y novedades están apareciendo en el país, entre otras actividades, son parte rutinaria en el proceso de asistir y convivir en una feria de libros.

FIL’Q 2011
Recientemente la IV Feria Internacional del Libro Quito 2011, FIL’Q 2011, ha sido la última de las ferias del año donde he participado. Dos semanas de intensa actividad literaria, donde se agrupó a editoriales transnacionales, universitarias, independientes, cartoneras, autores-editores; librerías y distribuidores.

Transitar durante dos semanas dentro de una feria de libros, enseña a reconocer muchas cosas. No en vano se pasan horas y horas de stand en stand, revisando títulos, buscando nombres, analizando la atención, la entrega de los expositores por ofertar su producción, preguntando y repreguntando por las rarezas que uno infatigablemente se propuso hallar a costa, incluso, del olvido del librero.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

APUNTES SOBRE SAUL BELLOW



Por Sam Scholl

La conciencia dogmática judía de Saul Bellow, tiene el poder de desentrañar el pensamiento del hombre urbano, muchas veces extraviado en el tumulto insensato de la cultura de masas, la pornografía y el soma religioso.

Su naturalismo afirma el valor de la vida de cada individuo como centro de múltiples potencialidades cósmicas que le da el carácter de único e irrepetible.

En esta novela casi autobiográfica, el protagonista Augie March, se identifica con la segunda y tercera generación de judíos americanos que se ven constantemente enfrentados al desafío de ser asimilados por la sociedad blanca y protestante americana.

Y mientras Augie March escribe su vida, el lector experimenta una catarsis en la que descubre todo lo verdaderamente bueno y noble de este mundo, aunque en forma penosa y lamentable, todo se encuentra rodeado de miseria, derrota, pobreza y mezquindad en el intelecto y costumbres de las demás personas, que no terminan nunca por comprender lo que significa ser un verdadero y cabal ser humano.

Augie March escribe porque busca un significado a su vida y que este conocimiento le permita defenderse de todos los obstáculos de la vida al tiempo que le permita disfrutar de un destino acorde con sus talentos e ideales.


El secreto de March para sobrevivir a todos estos avatares de la compleja realidad que lo rodea es ver a todo mortal que se le acerca, como una increíble oportunidad para aprender algo, que le permita mejorar y completar su educación.

La sentencia de Heráclito de que "el carácter del hombre es su destino" es desmitificada por el relato de March donde son los hechos que componen su vida los que definen su carácter, de tal suerte que Augie es a la vez criatura y víctima de su tiempo. Es el destino de Augie el que determina su vida.

Al terminar de leer esta maravillosa novela, el lector se queda con graves interrogantes en el cerebro: ¿es posible presentar la historia objetivamente? ¿son los hombres más astutos y ambiciosos los que gobiernan la historia? ¿es América el nuevo edén o simplemente el fruto de la depravación innata del hombre? ¿es el hombre moderno un muñeco vapuleado por las fuerzas de la historia que lo llevan y traen desde el existencialismo hasta el determinismo?

Antología poética española y ecuatoriana


Lugar: auditorio ICAPI (Centro de Exposiciones Quito)
Día: viernes 2 de diciembre de 2011
Hora: 15h00
Varios de los poetas incluidos leerán

lunes, 21 de noviembre de 2011

La urbanidad silenciosa



La urbe ideal es una pesadilla acelerada, donde la gente corre, insiste, vocifera, pero contrariamente no habla, no aporta, no construye dentro de ese engranaje demencial llamado sociedad. No, la gente es un combo destructivo que avanza por las calles, que se estanca en autobuses, que se amontona en aulas de clases, que infecta cada vez los espacios sagrados del silencio.

Por eso cuando Santiago Quelal, el individuo, ciudadano y poeta, escribe La gente no habla, lo hace con la firme convicción de denunciar a aquella urbe contaminada, que lo arrincona y enfurece:

No. La gente está hipnotizada
amaestrada para vincularse
dentro del átomo social.
(La energía solar en tu índice)

La voz poética se ensimisma y odia el sistema contrario que lo circunda y apabulla, por eso delata, juzga y ataca el ruido clandestino que persiste desde las tribunas intocables:

El profesor habla tres horas
y cuando sale a la calle es la misma cosa

y hablan de educación mientras veo que
la gente no habla.
(La gente no habla)

Desconsolado y altanero, este poemario estruja en cada verso el silencio adoptado a la fuerza, herencia irreprochable para sobrellevar los días, para soportar un nuevo recorrido, para saberse que es el punto rallado, quizás dañado desde su centro emotivo y creyente de un engaño pasado (la adolescencia y sus jugarretas idealistas) que fuera de la fila reconoce lo real:

No estamos preparados para hablar
nuestros ojos no ven la oscuridad
el cerebro es reptil, necesita
sangre-comida y creer que existe
algo fuera de nosotros.
(¿Hemos nacido?)

La gente:
Ama tanto a muchas personas, animales y cosas.
Sabe a chupete de fresa con sal.
No habla, pero pide la palabra.
(La gente pide la palabra)


En el fondo el poeta es el único que habla, y habla por sus temores y desesperanza. Habla por los que dejaron su voz enclenque sepultada en trivialidades. Habla porque sus gritos no fueron suficientes para contener su ira. En el transcurso de esta ira, fluyen los tormentos de la realidad, los que detesta:

Nadie sabe dónde están
sus amigos.
Parece que
nadie habla con desconocidos.
El miedo de esta sociedad es más
fuerte que
ser una persona completa.
(Poeta en autobús)

En La gente no habla la propuesta implícita y descabellada es la añoranza por la ciudad apacible, aquella donde sus habitantes hubieran perecido de una plaga, donde los roedores se pasearan sin temor a ser envenenados o aplastados, donde la vida fuera parte de una historia y los vestigios se encontraran en los distintos espacios gobernados. La ciudad apacible, entonces, sería un fotograma cliché vinculado a la desolación, y en medio de esta desolación un testimonio y su verdad.

lunes, 14 de noviembre de 2011

EL ENIGMA DE PERSIFAL





Por Sam Scholl

El progenitor de las novelas de suspenso, Robert Ludlum, tuvo sus comienzos como actor y productor de teatro, experiencia que le dio los conocimientos necesarios para escribir sus 29 novelas. Nació en New York el 25 de mayo de 1927 y falleció en Naples-Florida el 12 de marzo del 2001.

Encontrar detalles de su biografía es sumamente difícil ya que seguramente era un escritor muy privado al igual que William Faulkner o John Updike. Todas sus 29 novelas de suspenso fueron declaradas bestsellers por el New York Times, donde en una ocasión Colin Harrison escribió que Ludlum había publicado 290 millones de copias, traducidas a 32 idiomas, como para que lo lean todos los habitantes de Estados Unidos.

El profesor Ludlum se educó en la prestigiosa Kent School de donde sacaría mucho material para formular en sus novelas aquellas intrigas compuestas por personajes fanáticos por la religión y el fundamentalismo espiritual. Luego estudió en la Academia Cheshire donde se enamoró de la historia y se terminó licenciando en la universidad de Wesleyan en Middleton, Connecticut.

También tuvo una larga experiencia en la Infantería de Marina lo que lo llevó a tener conocimientos especializados en armas, operaciones militares y anatomía humana.
De entre tantos libros que se puede hablar, en mi humilde opinión la obra más preciosa de Ludlum es EL ENIGMA DE PARSIFAL - 1982 (THE PARSIFAL MOSAIC).

En aquel trabajo Robert Ludlum se luce como el verdadero progenitor de las novelas de espionaje al colocar a su protagonista Mijail Havlicek en el papel de la víctima de lo que él en un principio consideraba una traición de LOS EMBUSTEROS DE WASHINGTON, que lo obligaron a matar al amor de su vida la agente de contrainteligencia de Langley: Jenna Karas. Luego Havlicek, va descubriendo poco a poco que su krajan, su mentor Anton Matthias, no lo había traicionado por su propia voluntad sino que el maravilloso secretario de Estado era la verdadera víctima de un topo: Arthur Pierce, un operatsiya paminyatchiki de la Voennaya Kontra Rozvedka, una rama salvajemente ingobernable de la KGB, que no le interesaba el dinero ni las convenciones diplomáticas sino únicamente el PODER MUNDIAL.

Fuente: http://es.shvoong.com/humanities/film-and-theater-studies/1892189-el-enigma-parsifal/#ixzz1d5TRh7Cz

miércoles, 9 de noviembre de 2011

DE LAS TANTAS VIDAS DE ANTONIO VIDAS COMO “NAUFRAGO EN UNA ISLA” DE PALABRAS



Por: Diego Velasco Andrade


Ecuador, país de grandes poetas y sin embargo tan poco conocidos, tan poco valorados, tan “sin nombre” en los días de la semana literaria americana y, -a pesar de ello-, tan imprescindibles para configurar una singular geografía tropical, telúrica, amazónica y volcánica como la ecuatorial.

En este pequeño espacio del Ecuador Ibero, Catalán y Balear, donde hoy habitan cientos de obreros, albañiles, peinadoras, niñeras, doctores, abogados, arquitectos, taxistas, artistas, motoristas y un largo etcétera de “migrantes”, habitan también poetas provenientes de un Ecuador Continental que configuran aquel que nosotros llamamos: el Ecuador Ultramarino, tan bullente y vital como aquel que se construye día a día, en Estados Unidos, España, Italia, Bélgica y en otros lugares del planeta global, o mejor: glocal.

Mas, del mismo modo que las olas, que aparentemente separadas unas de otras, son también el mar…, la misión y visión de escribir en un Ecuador Ultramarino como lo hace el poeta que ahora presentamos: el manabita Antonio Vidas, es en todo sentido, tremendamente nostálgica y poética: es utópica y ucrónica “sin lugar” y “sin tiempo”; posee el don de la ubicuidad, pues es similar a la utopía que persiguen los escritores que residimos en el Ecuador continental, hurgar un hueco en lo cotidiano para crear y recrear una literatura carente de lugar definido, de propósito material y comercial aparentes, y que no constituyen el territorio donde naufraguen o queden a flote palabras carentes de alguna “identidad”.

De su vida poética dice Antonio Vidas:

“Mi biografía hace aguas
Mi biografía se vuelve lejana lector.
Yo, que en ataúd del poema, me alcé a todo vapor
por encima de cráneos y rayos hacia las playas del éter,
cuando la noche anclaba las sienes del bardo”

Mas, debemos hablar de la vida que pretendemos real, no en la vida irreal del poeta, quien encarna el 25 de abril de 1974 en Portoviejo, Manabí, Ecuador, con la misión de devenir:

“hombre lácteo (…) para ser hueso y lágrima semejante a los muertos”

El dibujo fue su primera inclinación artística, confiesa con nostalgia el aprendiz de paisajes “persistentes en la memoria”, al estilo Dalí:

“Yo, que soñé elevados naufragios lácteos de coral,
islas flotantes con chalecos-salvavidas profundos de muerte”

Luego, se decantaría por la poética y la fábula, oyendo a los afroecuatorianos Chigualos; las leyendas mágico-tropicales de los abuelos y los relatos guerreros de las montoneras alfaristas que seguramente le indujeron a asumir la misión de “pájaro libre”, como dijera alguna vez el gran Rafael Larrea Insuasti, acerca del oficio del poeta verdadero; por eso sus pies fueron más bien balsas equinocciales tiradas al oleaje:

“Oh, mis zapatos, - barquitos de a pie-,
en oleaje de zaguanes aéreos”…

Y confiesa que su principal inspiración surgió con los versos de “su pana” Michael Solar, con quien luego compartiría aulas en el colegio Olmedo (1991-1992) de su ciudad natal. Días fulgurantes como un sol planeando en el lejano y pacífico mar adolescente:

“Tarde cincelada en la infartada calma
en que Dios fuma los días con témpanos de fuego,
yo, enamorado del tiempo púrpura de las flores,
ondinas de pupitre de ternura azul homicida,
muchachas torrenciales de arpa carnívora y jilguera
que oídas de párpado, son un deshielo de lágrimas,
dulces como las mieles trastornadas del sol de octubre”

Ahora Vidas, reside, -según nuestros recientes “informes de inteligencia”-, en Palma de Mallorca desde hace 8 años, aunque por ahora parece a salvo, de aquellos días de indecisa migración:

“Cuando el otoño se reveló, el tiempo lloró violines
desde el mármol alcohólico y tuerto de obesas playas”

Antonio Vidas no ha ganado concursos, ni premios literarios, ya que según su propio albedrío: “su actitud se basó en la libertad de la creación, en el amor por la bohemia”, que fue la actitud de “poeta maldito” que finalmente encontraría una vía de expresión en la poesía. Sin embargo y como muestra de que sí estudió alguna materia que se precie de valiosa para el “practicismo práctico” del que alguna vez nos hablara la guayaquileña Ileana Espinel, confirmando así su vocación de profesor frustrado, cursando estudios en la Universidad Técnica de Manabí, UTM, en las materias de Literatura y Castellano.



Desde entonces es un ácrata trashumante, el compositor de versos a musas en primaveras o inviernos, un eterno enamorado del amor y de la grafología de las olas sobre las nubes o sobre las arenas incontables de la playa:

“La primavera dio a luz la muchacha que yo amaba.
Y desde la nevada ardiente de cartas de enamorados,
donde la componía de la caligrafía esbelta de hojas
para que vientos grafológicos lean mi dolor electrónico,
alquimia de amor de un mordisco mudo de palabras,
mi lengua se extravió en las parcelas de su aliento
cabalgado en praderas óseas con válvulas de oxígeno,
y alcobas de inmortalidad con extintores de llama
para encender en su boca carámbanos de besos”
(ODA A LA MUSA PERFECTA)

Entre los poetas a quienes admira, nombra en primer lugar a los coterráneos: el legendario Hugo Mayo, el combativo Horacio Hidrovo, el alto como una palmera Jacinto Santos Verduga, alias Chintolo, -nativo de las entrantes aguas de Bahía de Caráquez-, o el también suicida pero guayaquileño David Ledesma Vásquez y, como muchos otros ecuatorianos en su niñez y adolescencia se inicio leyendo a los legendarios y proto-góticos “Poetas Decapitados”, amén del maestro y fakir cañari César Dávila Andrade, de quien parece haber emulado la búsqueda de identidades, el coraje suicida y místico, pero sobretodo el amor y la ternura por todos los seres físicos y también por qué no, metafísicos:

“Para verte, mis ojos de niño retrocedieron
encuadernados loma abajo de las enciclopedias”

“Para verte, apagué mis ojos y alumbró mi ceguera,
loma arriba la sancha panza del mundo,
lleno del trigo de lágrimas y de estorninos
y harinadas noches con levadura de niebla;
tus aspas de ala de tijera se batieron en vuelo
partiendo en dos el pan rupestre del aire,
la estrella de pelos revueltos y desmelenada llama,
y las nubes-hipopótamo de hidraúlico ojo
con viudo rocío de vinagre y sombra”
(ELOGIO AL MOLINO)

Del poeta Antonio Vidas, el Ecuador ha visto la luz su primer poemario: "El arpa del ceibo en llamas", Marfuz Ediciones, Manta; 2010; poemario del que podamos dar fe que existe, que no es un libro imaginario y que es mucho más que una simple bibliografía anexa, que aún siendo un libro primerizo, ya instrumenta con sus versos de ceibo, fulgurantes notas de fuego...

En este libro que prologamos en cambio, el lenguaje es el actor principal recorriendo las cuatro estaciones del cronos del poeta, el lenguaje en movimiento, del lenguaje caminante, de aquel que “lenguajea” a veces en tonos retóricos, a veces en imágenes absurdas y pata físicas y a veces en un cínico humor negro, escuchemos por ejemplo:

CARTA BAJO EL OLIVO
“Por los otros árboles que un día no estarán
y habrán reencarnado en una silla o una mesa,
mulas domésticas para que vuele el lomo de los años;
y por la constelación de esmeraldas que darás al payés,
acuérdate sí, un día, de éste que amó en antaño,
porque tú serás mi voz, la hojita de amor que brama de esperanza
y que ya no puede destronar la tormenta”

O también apreciemos la construcción surrealista de imágenes, en este otro de título: ELEGIA DEL POZO :

“Por ti los desiertos caminaron leguas de lava por llenar cantimploras,
la cruz de los días se agachó a pescar un sorbo de sol en tu entraña,
en tu líquida voz chapoteaban las I(es) empedradas de las estalactitas,
cascadas óseas de rubí flotaban como lágrimas amantes de un amor fósil,
fotocopias de los valles y huesos calcinados de astros”

Lenguaje a plena luz y a veces en sombras, lenguaje en permanente tensión y pulsión, lenguaje en hiperactividad constante, lenguaje de mar y de olas en continuos devaneos de tocata y fuga; lenguaje de lejanías y de nostalgias en búsqueda de identidad o mejor de “identidades” en permanente construcción y reconstrucción; lenguaje entonces que concebimos como un lenguaje ecuatorial ultramarino, tierno y violento a la vez como en aquella MISIVA Y LUZ DE LAS SOMBRAS QUE EMIGRARON:

(A mi madre)

“Y ya será de noche en tu hijo ausente,
cuando el diluvio que está lavado y seco en tus ojos
rompa a llorar un solo remiendo en los cordeles,
y que en tu cabeza habrás de sentir como yo,
caer con júbilo la cana radiante del tiempo,
tan pesada y gris aplastándonos el alma.

Porque hoy llueve y has de ver el calendario
para preguntar a Dios por qué concebiste algo lejano.
Entonces contaré que sueño: en una isla de olivos navegantes.
¿Acaso tan cerca que sientas mi pulso dentro de tu útero,
muchacha de julio llevando una tumba de nueve meses,
gestando en tu vientre la mitad del mundo y su Ecuador,
se haya roto para siempre el cordón equinoccial del país?.

Porque hoy llueve, dolor ortográfico y tildadas lágrimas,
amor equinoccial con que tú me regañabas,
“ya no leas ,ya no escribas que has de volverte un quijote
en menos de un verano”…




***



Del afán de trascendencia o intrascendencia de esta poesía ni qué hablar, ahí está la poética vital para hablar del juego de palabras y de la bicicleta lúdica del poeta “cicleando” cada vez con mayor seguridad en los paisajes del lenguaje, como hubiese querido el gran vanguardista manabita Hugo Mayo, con su imaginario antihéroe Nino Amanolik, esfumándose en sus frugales “zaguanes de aluminio”:

“Bicicletas del verano, caballitos de mar del asfalto,
galopando vienen espoleadas por las lomas intermitentes de aire;
ya no ven más que el paquidermo hinchable de la nube.
Caderas de éter montan y es veloz la cumbre polar de la sangre,
como un muro que aprendió a caminar sobre las aguas”

Una jauría de ruedas relincha en la montura de la cumbre
sudando el sonido óseo, la ausencia en que me visito.
Tres siglos después vuelvo, niño ataúd saltarín.
Yo, que ya siento la sancadilla de la muerte
y la perrera de los timbres silenciar ante mi puerta.

Ah, mis caballitos de cobre, rodad, rodad sin pereza.
Veré las cabelleras de las chicas levantar velas
dando campanadas fúnebres de amor
sobre las lomas rengas del aire”
(BICICLETAS DEL VERANO)

Finalmente, y como él mismo poeta deletrea en TAREA FINAL, se nos ocurre vislumbrarlo, a kilómetros de distancia, bajo la sombra refrescante de una palmera mallorquina o danzando en el verano balear; lanzando balsas de papel en pleamar como sus milenarios ancestros: los navegantes ecuatoriales, y podríamos adivinar también, sin habernos todavía tomado con él un vino de enhorabuenas, que ahora mismo el poeta:

“Está sentado en su mesita de noche,
poeta espinado desclavándose del tiempo.
En hora fetal, su herida toma la medida global de la muerte
y cose una tumba angosta junto a un peñón de nubes”

Quitu, Ekwador multicultural
5 de junio de 2011
(Aniversario de la revolución de Alfaro)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Del otro lado de la ventana



Tres relatos son suficientes para que vuelvan a Del otro lado de la ventana (Altazor, 2011) de Augusto Rodríguez, una obra caótica (en el sentido existencial). Aquí, aflora la desolación humana desde distintas perspectivas, mostrándonos una realidad cotidiana, donde lo doméstico vibra con intensidad: alarmando y desvaneciendo toda esperanza emergente.

Los personajes de este libro se aferran al tedio, al desamor, a la resignación más dolorosa y que como bien lo dice uno de los títulos, termina siendo esa llaga funesta que carcome desde adentro.

Persiste un desencanto, en las historias ligadas a las tres tramas, que atrapa, porque Del otro lado de la ventana no hace más que convertirnos en voyeurs, conociendo los conflictos en torno a una piscina (que termina siendo un símbolo secundario en el relato homónimo) a una llaga que brota en la soledad, y a una fiesta donde el amor es el invitado principal.

lunes, 17 de octubre de 2011

Los refugios de un cuerpo

Salimos de un cuerpo y nos aferramos a otros: el nuestro, el vital, el que mantenemos a toda costa salvaguardado de nuestros pensamientos oscuros, aquellos que piden sangre, que ruegan un espacio silencioso en un nicho. Pero también en el proceso de velar por nuestra carne nos vamos refugiando en cuerpos ajenos: los amados, los protectores, los odiantes; aquellos cuerpos imaginarios que perduran desde nuestra infancia.

En Voy hacia mi cuerpo (Letra en llamas, 2010) Augusto Rodríguez, continúa ahondando en la decrepitud no solo física sino emotiva. Poesía del sufrimiento, contrariamente escrita no con el corazón y más bien brotada de un dolor más allá de toda piel, agarrada en los poros, danzando en un frenesí interior que implora un cese.

Respiro libre
de la jaula de mi cuerpo
(p. 13)

Mi tiempo es
un rompecabezas inexistente

(p. 15)

Saboreo
la derrota de mi cuerpo

(p. 16)

Mi cabeza sueña
mientras se incendia
(p. 17)

El cuerpo como presidio, el cuerpo como materia a la deriva, pero también el cuerpo como resistencia, una radical y bulliciosa marcha contra la muerte. Y es que en esta poesía, en estos micro poemas, Rodríguez vuelve a sus muertos, a sus recuerdos, a sus espacios no rellenos en totalidad:

Soy un hombre
que se pierde en la piel
de otros cuerpos
El amor nos destroza
en carne viva
Canto de niños
que no entendieron
el idioma del río
y que repiten en voz alta
la historia de sus muertos.

(p. 20)

Alguien ha muerto
en el lado más débil de mi cuerpo
no reconozco
su nombre ni su voz.

(p. 22)

Mi cuerpo
no es una carne sin aliento
son los huesos de los amantes
el dolor de los desposeídos
los fantasmas de la infancia

(p. 33)

Sus versos son un manifiesto contrario al ciclo vital, un reproche insistente contra la enfermedad que es la vida. El cuerpo, los cuerpos, excusas necesarias para que la voz lírica sostenga su discurso de principio a fin.

lunes, 10 de octubre de 2011

El rito de los recuerdos


Mi padre en las rieles de Sumpa (2011, Drugos de la naranja) de Freddy Ayala Plazarte, es el mejor legado de lo que un poeta, desde su madurez, puede aportar a la literatura ecuatoriana. Esta obra nos demuestra, una vez más, la rigurosidad de Ayala, por testimoniar(se) dentro de una historia ritualista, donde la muerte y los recuerdos son la constante dentro de aquel centro incólume que es su discurso poético.

Los amantes de Sumpa (esqueletos y mito), son la mejor excusa, para poetizar y a la vez narrarnos la historia esencial en torno a la paternidad como ausencia; una ausencia que enajenada dentro del imaginario del poeta, busca redimirse a través del tiempo; una ausencia proclive a la inmortalidad desde los versos; una ausencia que es réplica constante, que es analogía y evidencia arqueológica; una ausencia cuyo objetivo es perdurar más allá de un fósil. Así lo evidencia el poeta cuando dice:

Alguna vez me había invitado a guardar silencio
cuando su frente se mantuviera boca arriba

(p. 25)

A mi padre ya nadie interrumpía el sueño
solo yo era quien despilfarraba su nombre
en el labio de un hacha
solo yo pretendía
desempolvar la arcilla de un maniquí
y aferrarme a su resbaloso plástico
(p. 29)

Una fantasmagoría reiterativa domina esta poesía, el pasado retumbando en cada verso, siendo ese lamento indisoluble que pugna continuar aferrado a los espacios y a la materia.

y mientras mi abuelo sujetaba la efigie de mi padre
la sombra boreal de su vetusta mano
…se desvanecía

(p. 38)

Un padre estuvo ahí, en ese espacio ahora vacío, y el poeta tributando esta pérdida aprovecha con desesperación, ya que nada es duradero (carne y emotividad):

antes que caigan mis edades en el tiesto
anda a recoger con la pala una pisada

(p. 44)

Y la muerte se nos vuelve grito, gotero desde las sombras, escena regresando en lo interminable:

a veces el aire de mi difunto
da vueltas como una bisagra
en mi paladar
un caballo desaparece de las rieles de Sumpa

(p. 48)

El rito de la muerte se sobredimensiona y la analogía entre las calaveras (amantes) y la calavera emotiva y familiar lidian en la historia del poeta con un símbolo: un zapato, materia-recuerdo-recordatorio de que alguien estuvo ahí, que ese mismo alguien justificó la existencia y quizás lo continúa haciendo desde su silencio:

Yo busco las canas de mi padre
en la cerámica del estiércol
tardan las hormigas en marcharse del zapato

(p. 51)

Impreso en el zapato el círculo de la Nada.
(p. 53)

Y es esta nada la que nos devuelve a una realidad con más ausencias, con la pertenencia a cuesta. El poeta ha cumplido su rito, lo ha desgastado, lo ha llevado al límite total. Y este poemario, cada verso y su historia, son los hallazgos.

Mi padre en las rieles de Sumpa, no es únicamente el nuevo trabajo de Ayala Plazarte, también es el arribo a un compromiso personal, alejado de cualquier coyuntura literaria. Que su poesía continúe latiendo.

lunes, 3 de octubre de 2011

Innuendo 2:16





El panorama rock metalero del país es pobre respecto a sus escritores involucrados, sí (y esto es demostrable) hay poetas músicos, poetas tras los micrófonos, poetas ofreciendo sus obras para que el metal sea su canal difusor, pero escritores exclusivamente dedicados a este oficio, más allá de su pertenencia a esta cultura, son pocos.

Julius Aravena (Guayaquil) es un poeta ecuatoriano que intenta sumarse al minúsculo círculo de escritores rock metaleros del país (la mayoría con una fuerte tendencia a lo gótico y que no siempre resulta -por más reiteración a elementos arcanos- poesía y relatos de calidad).

Innuendo 2:16 (2010) es su segundo poemario, un trabajo sin pretensiones: sencillo, divertido -dependiendo de cómo se lo lea- e inocente. Sí, inocente. Un poemario que aún nos habla de la “inspiración” revelada al poeta, que nos dice directamente las cosas registradas tal y como son, que nos sugiere, advierte, y sentencia el caos y también la dicha vividos.

Así Aravena nos va dando a conocer sus juicios de valor respecto a temas sociales como la drogadicción:

Gill trikero

Te crees shabidote con tu gil acento,
¡Locosh! Solo óyete no sabes hablar…
Un títere cuando estash contento,
Piensas que es bacán como pendejo fumar,
¡Bobote!...el narco es el único contento,
Todo lo que ganas vas a gastar.

Amigo gil trikero,
Lo que fumas es un miasma,
¡Despierta! Gil trikero
Morirás con horrenda asma…

¡Pistolero! Gil trikero,
Tu blanca basura se hace ceniza,
¡Andas chiro! Gil trikero,
Por esa huevada vendes tu camisa,
¡Me muero! Dice gil trikero, ya no para tu misa…

También el poeta herido (y con una recarga de adolescencia cómica) sufre y reclama por el amor ausente:

Amo a esa estúpida

Amo a esa estúpida,
Que prefiere a otro que a mí,
Amo a esa estúpida,
Que no se fija en mí,
Amo a esa estúpida
Que no confía en mí.

Amo a esa estúpida,
Que anda con quienquiera,
Amo a esa estúpida
Que va donde quiera.
Amo a esa estúpida,
Que me deja cuando quiera.

Amo a esa estúpida
Que el teléfono me deja colgado,
Amo a esa estúpida
Que me deja plantado,
Amo a esa estúpida
Que me tiene engrupido.

Pero amo a esa estúpida
No por su beldad
Sino porque a cualquiera lo pone cojudo

O cuando, y esto por su conexión rockera, denota su aprecio por la cultura a la que pertenece, y lo hace desde un tributo postmortem:

Viejo rockero

Estoy apenado, abatido
Triste muy triste
No se como descifrar
Lo que quiero narrar;
Quiero gritar, gritar
Y exclamar al cielo
Sin tener que llorar
De dolor caigo al suelo…

La vida pasa rápido
Es un bus expedito,
Solo hay una parada
Muere el viejo rockero
Viejo rockero de monte pleteado
Viejo rockero de monte plateado…

Es un Dio, un Dios
Mató al rey y ahora pasa el arco iris
Un duende, un santo,
Vivió y cantó
Por 50 años
Las puertas de Babilonia ha roto…

Escala el monte el viejo rockero
¡Larga vida al viejo rockero!

Reafirmo: Innuendo 2:16 no es un poemario que busca la consagración poética, porque carece de muchos elementos y depuración para tal propósito. Su autor (y tal como lo aprecio) continúa en esa búsqueda literaria que lo centre de una vez por todas. Que la búsqueda continúe.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ojos de perro azul # 2



Qué saludable que los autores, a veces ante las puertas cerradas de los diarios y medios especializados, vayan asumiendo con responsabilidad y persistencia la creación de revistas literarias, donde nuevas voces empiecen a darse a conocer dentro de un contexto cada vez más saturado por escritorcillos de pantalla.



Cristian López, es un joven poeta que tiene claro a dónde desea llegar, cuáles con sus alcances y sus limitaciones dentro de un medio como el nuestro, donde cada apuesta cultural es una puesta económica que no regresa.

Bien por este segundo número de Ojos de perro azul, revista que además de contener creación literaria acierta con artículos necesario en la comprensión de la historia literaria del país. Ojalá las ganas y los recursos no se le agoten a su editor.

martes, 20 de septiembre de 2011

Ernesto Intriago: “Me apoyo en el humor como pretexto y catapulta”


A Ernesto Intriago lo conozco hace rato, desde antes que pisara el terreno y aulas universitarias, desde que su poema en torno a su hermana Karla se construía sin saberlo, desde que sus primeros poemas se publicaban cada domingo en la prensa local, desde que su padre lo llamó poeta y luego Pedro Gil lo bautizara del todo.
Este año apareció su segundo poemario -
Dedicadencia- y es un trabajo que demuestra su madurez e intenso trabajo por legar una poesía representativa, no solo de Manabí, si no del país.
A propósito de una de las recientes presentaciones de su poemario, mantuvimos un diálogo ameno (aunque un poco serio para el humor que derrocha desde su poética) necesario para todos aquellos que deseen conocer desde el fondo a este autor.


Sin duda entre tu primer poemario y este Dedicadencia se evidencia mayor madurez poética ¿cuál fue el proceso creativo aplicado?
El Taller Literario Soledumbre entró en una etapa de “avanzada” como lo denominó el director del taller Pedro Gil, a partir de esto, asumí, asumimos todos, el compromiso con la palabra y lo que conlleva avanzar en el proceso, ir en búsqueda de la voz lírica, detenerse a reflejarse y darse cuenta que el reflejo es auténtico y no una fotocopia de otro disfrazada de uno. Nuevas lecturas, críticas más sesudas, la idea de que afuera esperan lectores y lectores.




Ernesto el "poeta galán"

El juego de palabras y el humor han sido una constante en tu poética ¿intrínseca manifestación de repudiar la realidad?
Sí, y ayuda la duda, el constante cuestionamiento de lo establecido. En algún momento hay que transgredir la norma, irrespetar las reglas, rebasar los límites de la gramática solo de la gramática, me apoyo en el humor como pretexto y catapulta, hay que virar la tortilla de la realidad, para que no asuste. Aclaro que la gramática y el buen uso del lenguaje es la bandera del escritor, pero si mi vecino dice ‘lo juimo’ por ‘vámonos’ prefiero que un verso diga ‘lo juimo quedito’ que ‘vámonos en silencio’. No escribo para los matemáticos del lenguaje. Repudio a quienes repudian lo que no se debe ni puede repudiar.

¿Consideras que la poesía actual mantiene un discurso unificado? ¿eres parte del mismo?
Los que estamos en este tiempo, ahora, en esta vida, respondemos a nuestro entorno, desde allí pueden coincidir los discursos, desde esos referentes parte mi poética. Sin embargo no soy parte de ningún discurso ni intento serlo, si a otros poetas les va bien, digo les va bien siendo invitados a encuentros de escritores en otros países, recibiendo reconocimientos, premios, publicaciones cada seis meses a partir de un discurso unificado o temas puntuales donde gira la poesía, entonces ya entiendo por dónde va la cosa poética del país, aún así no me alienaría, como no se alienan ni alinean otros escritores contemporáneos que también mantienen sus discursos.

El doble sentido en los versos abre la posibilidad de múltiples lecturas en los poemas ¿estos elementos fueron planeados en su escritura?
Surge desde la palabra misma, la riqueza del idioma que me permite crear el verso de lecturas múltiples, tiene toda la intención del caso, mas no fue planeado, así hablo, por lo tanto así escribo.



Ernesto junto a dos de sus hermanos


Todo poeta, aunque no lo admita, escribe para un nicho de lectores ¿cuál sería el tuyo?
Escribo para mí, para algunos y para nadie, como Vicente Aleixandre: “Para todos los que no me leen, para los que no se cuidan de mí, pero de mí se cuidan (aunque me ignoren)”. No escribo para ningún nicho porque no pertenezco a ningún nicho.

Dedicadencia va más allá de las simples dedicatorias ¿qué tenías en mente cuando titulaste este trabajo?
“La última vez que dedico un poema”. Eso tenía en mente, lo subtitulé “La última Dedicatoria”, de allí el título. Los poemas de este libro no surgieron “para” sino “por” las personas que aparecen en él, es a la vez una gratitud. Hay que ser grato. Hubieron dedicatorias que desaparecieron, a veces hay que ser ingrato, aunque duela al desagradecido y al ‘inagradecido’, este libro también tiene algo de desgraciado.

Uno de los poemas más emotivos que encuentro es Lindo era ser tu hermana ¿cuánto pesa lo biográfico en tu poética? ¿es cierto que uno siempre regresa al núcleo familiar para poetizar su vida?
Este libro tiene mucho de mi familia, no regresé a ella para poetizar mi vida, todo lo contrario, es mi punto de partida, ese es un gran peso emocional. Todo poema parte de un motivo, por ende tiene emociones. El poema al que haces referencia es mi favorito, lo dediqué a mi hermana favorita, de mis cuatro hermanos solo a dos no nombro en el libro, ya les llegará su hora. Somos seis, por lo tanto sacando bien las cuentas, sólo tengo una hermana… a la vez ella conmigo tuvo la hermana que no tuvo, desde allí quise escribir el poema, es una afrenta al machismo si se quiere, es esa transgresión a la que me refería anteriormente. Es sin duda el poema más conmovedor que he escrito porque con ella viví los ratos más tristes y felices de mi infancia, adolescencia y juventud, mi hermana es una mujer muy valiente, no me pondría en sus zapatos, solo me puse sus zapatos para verla feliz.

Eres de Manta, sin embargo en La tarde llega tarde y acongojada rindes una especie de tributo a la ciudad que te acoge: Portoviejo ¿es así como vez a esta urbe, como una caricatura en constante renovación?
‘La tarde llega tarde y acongojada’ es repudio puro a quienes mantienen en letargo a esta ciudad, políticos, y algunos periodistas radiales, gentes que se creen dueños de Portoviejo. Esta sátira al Canto a Portoviejo tal vez me haga ver como un mal portovejense, pero responde al momento, Vicente Amador Flor no hubiera escrito los versos que escribió si viviera en esta época, por mucho que se ame a una ciudad, creo.

Hay que reconocer que como poeta estás construyendo una obra interesante, este segundo poemario reafirma este compromiso con las palabras ¿qué debe esperar el lector de parte de Ernesto Intriago?
‘Lo que venga –broder–, lo que venga’. Ya sabré afrentarlo. El compromiso sigue.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Un libro que busca problemas




¿Qué hacemos cuando nos pesa lo moralista, lo ético y lo “bueno”? ¿Qué hacemos cuando los impulsos naturales de la carne, invocados a gritos, son sofocados por la frustración?.

Carne tierna y otros platos es un libro que busca problemas al prejuicio, al machismo estentóreo y lineal existente. Su propuesta va contra corriente: provocando las historias de finales felices, desencantando con reiteración cada propósito carnal, donde el amor es de ultimátum, recreado con desesperación, aniquilado antes del fin. Y el sexo, aquel del cliché inolvidable, bestial, desenfrenado, sofocante y aliviador, jamás llega a ser en su totalidad.

Es un libro problema porque sus personajes (femeninos, próximos a un feminismo complicado) nos demuestran desde sus diálogos, acciones, escenas tonificadoras y también apabullantes que en el amor persiste el desencanto, la flacidez de los encuentros desapasionados, las pasiones truncadas, un todo caótico arrastrándose en un silencio atronador.

Estos personajes tienen claro su objetivo: no seguir la tradición pacata que el sistema y sociedad moralista continúa imponiendo desde sus distintos escenarios. Estos personajes saben defenderse, exigir, desmoronar cuanto sueño imposible aparezca en el camino. Estos personajes reclaman amor, pero en el proceso de obtenerlo, degüellan sin compasión alguna la esperanza deslumbrante que toda mentira contiene.

Por ello atinan a compartirnos sus secretos de cama: “Nano se derrumba a los tres y aguantándose a los ocho minutos” (Polvo de gallo). “Impresionó su rapidez para dejarme en piel, el primero que no se atora en los gafetes del sostén. Pensaba mientras me aplastaba su pecho: este tipo promete. Abracé esa inmensa carne blanda, blanca y pecosa, esperé el debut de su miembro en mi noche de aniversario. Sentí dedos, sentí lengua, seguí esperando” (Noche de aniversario). “Tana lo sintió pequeño, pensó hacerlo cambiar de postura, subir para que le toque el punto, se lo iba a decir cuando vio la mueca acentuándole las arrugas y un largo jadeo anunció que la función había terminado” (La última gota de un cínico). “(…) claro prefirió chuparme porque no logra una erección” (Amor humo).

Secretos narrados desde la impotencia, desde la exigencia de algo mejor y duradero, de ese algo “varonil” que satisfaga, que aplaque el hambre de carne, una carne libidinosa que se cansó de la decepción.

Y es que la carne, como elemento continuado en esta obra, aparece desde dos francos: la primera latiendo por otra, buscando perforar y ser perforada; la segunda apareciendo entre los dientes de un comensal y desmembrada en el hocico de un perro hambriento. Así lo genital y lo nutritivo, dentro de las tramas, encuentra asidero. Tanto en ese yo femenino hiriente, sin vergüenza, que nos dice desde el fondo que quiere y puede atreverse a más, acabar con la hipocresía y rituales sexuales a los que se ve agobiada. Como el que a través de sus monólogos interiores nos descubre el odio incontenible a la normatividad, o a lo que creemos es lo “correcto” dentro de un machismo increíble, por obtuso.

En este Carne tierna todos buscan la posesión: estar y ser engullidos por alguien; perdurar más allá de los cuartos, de una fiesta popular, en medio de un basurero, dentro de un bus, junto a ávidos y desfachatados comensales. La voz narrativa, múltiple en sus situaciones, idéntica en sus necesidades, se impone. Colérica avanza ante los amantes “flojos”, los traicionados por el orgullo sin erectar, los que aferrados al vicio del tabaquismo no reconocen su decadencia, los aniquilados por la voracidad de su carne no complacida.

Si hasta ahora, lectores, no hallaron el libro problema, el desmitificador, el hiriente, el de secretos a voces, el negado a callar por la sumisión irracional que persiste en algunas débiles, pues éste es el LIBRO. Una obra, a la que su autora, sin duda, le legó toda su dureza.

martes, 30 de agosto de 2011

Yuliana Marcillo: “A veces algo de romanticismo absurdo me viene bien”


No debería haber mujeres buenas es un título que en estos días viene bien, está por estrenarse la serie “Niñas mal” en televisión nacional (con el cliché de las Lolitas a cuesta), desde facebook los perfiles femeninos exprimen sus lamentos, en los diarios las páginas repletas de mujeres golpeadas, de amantes decepcionadas llorando por lo ido, de imploraciones constantes ante el amor ausente… todo como un desesperante telón de fondo.
Y es que en este poemario, contradictoriamente, mientras se canta y vocifera a la falta de amor, a las traiciones, a las ausencias más incomprensibles, lo que persiste y se evidencia en los versos es el llamado del amor incorruptible, el que toda “niña mal” persigue con devoción.
Yuliana Marcillo, desde que expuso su poesía a un mayoritario y temeroso público manabita (en el contexto literario), no ha dejado de ser una poeta de temple, sin miedo, decidida a decir cuánto siente y vive. Como pocas.
Resolví que debía conversar con ella, infiltrarme más allá de los versos, saber si en verdad poeta y voz lírica se fusionaron en el proceso creativo. Eso, saber más de ella mediante su poesía. El resultado ha sido complaciente.

¿Qué recuerdas de tus primeros poemas, eran contrarios a los de tu ópera prima?
Mis primeros poemas son una vergüenza. He tenido borradores malísimos y los sigo teniendo. Incluso hubo un par de Soledumbre que no sabía si incluirlos en No debería hacer mujeres buenas. Me hicieron pensar. Terminé por ignorarlos, el volumen es lo de menos. Hay algunos que leo y releo y a mí ya no me dicen nada. No son contrarios a los de ahora, pero estoy convencida que los de ahora son más maduros.

¿En qué momento te aniquilaron el amor y creaste tu manifiesto No debería haber mujeres buenas?
Justo en el momento que crucé la línea que cruzan las niñas para convertirse en mujer, justo cuando dejé mi casa de caña para venir a estudiar a Manta, justo cuando comencé a creer, justo cuando me hice vegetariana, justo cuando me enamoré del verbo leer, justo ahí me aniquilaron el amor. ¿Buen momento no?





En lo personal lo considero un poemario desgarrador porque analizas desde sus entrañas el tema de las relaciones fallidas, pero me inquieta ¿todos estos ejemplos los has reconocido desde una cama?
Ja ja mi estimado Alexis, recuerda que "se puede ser puta sin necesidad de abrir las piernas". Me encanta cuando me hacen esta pregunta. Me encanta que el lector se cuestione el asunto. Que se pregunte si es mi cama o la de la vecina. De la única forma en la que yo me podría meter en la vida de los demás, sería para luego escribir fragmentos, frases, circunstancias, etc. Y para ser justos la mía también va en la colada.

Y aunque las escenas sexuales (posesivas y traicioneras) aparecen en tu poemario con insistencia, en el fondo es una voz colérica que clama por “amor”, ¿lograste exorcizar tu pasado del todo?
Justo mi médico (uno nuevo) me dijo hace unas semanas que todos buscamos amor y que no me avergüence de eso. La voz de fondo de mi libro es la misma voz de las mujeres buenas que buscan amor, sólo que a mi manera. Te diré que los fantasmas siguen intactos, incluso a veces hasta llaman. ¡Imagínate!.

Contrariamente ¿qué tan bien le puede ir a una “mujer buena” en la poesía ecuatoriana?
Fielmente pienso que a toda persona buena (llámese esto a todo el que obra bien sin joder a nadie) le va bien en la vida, de cualquier forma que sea. No sé si haya que ser “buena” o “mala” para que a uno le vaya bien en la poesía. Aún me cuestiono a qué territorio pertenezco y me queda el consuelo de que siempre podré convertirme en uno de mis personajes y hacer lo que se me dé la gana mientras escribo.

¿Continúas creyendo en las “bobadas que dicen los textos rosas”?
A veces leo cuentos de esos con finales felices para salirme de la realidad y porque a veces algo de romanticismo absurdo me viene bien. También para aprender y desaprender.





¿Cuántas veces te has vuelto torpe en el amor y cuánta de esta torpeza te ha servido de material poético?
Todas las veces. Así: TODAS. Mi abuela me solía decir que uno no debe sufrir por gusto. Algo debe quedar. Entonces toda esa leña quemada ha servido para delirar en momentos en los que sólo soy yo, la extraña y un montón de versos por nacer.

Para los poetas no es tan fácil vivir a través de sus personajes, porque siempre y en el momento menos pensado están exponiendo su vida a través de ellos ¿cómo te proyectas en tus poemas?
Justo hace unos días un amigo me preguntó si yo había sido violada por mi padre, por el poema que lleva el mismo nombre y que está en No debería haber mujeres buenas. Es complicado. Uno no sabe en qué momento el personaje cruza la línea, engaña al escritor y se convierte en uno solo. Si yo no conociera a Yuliana Marcillo pensaría que es una mujer de armas tomar, le daría la razón a sus compañeros del trabajo que piensan que está loca, y finalmente, al leer el libro, podría concluir que la tipa no es está tan zafada.
Así es como me intento proyectar ante los demás, que perciban el fondo de cada poema, que noten que hay sentimiento, dolor, rabia, errores, desconsuelo, pero también perdón y ganas de seguir luchando hasta que vuelva a salir el sol, que para eso, apenas y necesitamos una noche.

Quizás la pasividad de la portada y el título no descubre la poesía descarnada que habita las páginas, donde eres la bala, perforando la realidad pacata que pocos pretenden reconocer ¿cómo le ha ido al libro y a ti?
Mi mayor satisfacción es que una señora de unos cuarenta años me comprara el libro y que después me confesara que es ella. Que ella está en mis personajes. Y eso fue maravilloso. Uno hace a diarios desastres en esta vida, pero cuando escuchas algo así, la cosa cambia. Te puedo decir que me siento realmente bien. Uno debe vivir para servir y cuando sientes que sirves, de alguna manera, moviendo alguna sensación o causando alguna rebelión es cuando puedes decir: valió la pena. Mi madre lo ha leído y esta vez no me ha cuestionado. ¡Qué más te puedo decir!

Finalmente ¿cuánto le debes a la poesía manabita? ¿cuánto a las señoras poetas contemporáneas que tienen nauseas al nombrar un pene y vagina en sus textos?
No le debo nada a esas señoras y mis mayores respetos para ellas. Creo que todo tiene su época, su lugar, su espacio. Este es el mío y en este lugar no están invitados la moral ni los prejuicios, porque no se trata de insultar o ubicar palabras obscenas porque se me da la gana, sino de saberlas utilizar, sin caer en la vulgaridad.
Cuando comencé a hacer literatura yo jamás había leído una novela, no sabía de poemas, no sabía de escritores ni de cultura, no era parte de la “academia” de eruditos. El único a quien debo agradecer es a Pedro Gil, mi maestro, por encaminarme y presentarme a tantos locos interesantes, muchos ya están muertos, otros andan por ahí haciendo de las suyas, como yo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Diana Zavala: “Lo mío son las historias de largo aliento”


Carne tierna y otros platos no es un libro de cocina (como he escuchado preguntar con reiteración a algunos incautos interesados en el título), aunque dentro de sus páginas haya presas, desmembradas y sazonadas con las que podemos preparar platos para degustar el paladar morboso que nos acompaña en cada mirada alrededor. No, este libro, es una rareza escrito con las uñas afiladas, desde camas pegajosas, frente a sujetos ególatras y machistas, todo porque sus historias buscan problemas: desmitificar las ausencias del amor, reafirmar la naturaleza sexual femenina y sobre todo desentrañar a la soledad desde sus relaciones, sus conflictos, sus manías intrincadas y muchas veces decepcionantes.
Hay platos que me han sabido agridulces, otros han resultado manjares con lo que he repetido hasta el hartazgo, por ello con el afán de conocer esta receta no convencional desde tierras manabitas, me puse en contacto con su autora, Diana Zavala, una periodista entregada a la perfección y una escritora obsesionada en sus historias.

Diana Zavala es un nombre que ha empezado a sonar fuerte con esta ópera prima ¿cómo le va emocional y laboralmente?
Tan de perlas que estoy sola como una ostra, ja. Estoy tratando de ser menos yo, lo cual podría leerse menos perfeccionista, intento (y me cuesta) no exigirle a los demás que vayan a mi ritmo. Aparte de mi trabajo como asistente de comunicación en Mar Abierto, colaboro cuando hay chance con las revistas SOHO y Mundo Diners, y me he dado cuenta que freelanceando es donde me siento más cómoda; la tiranía de los cierres en los diarios no me gusta. Lo mío son las historias de largo aliento y para eso hay que tomarse su tiempo.

Carne tierna y otros platos es un título muy sugestivo de fuerte connotación erótica y sexual ¿fue este el propósito que buscaste desde la portada?
Te daré un secreto de cocina, el libro se iba a llamar como un cuento que es mi niño mimado: Manos de Licenciada, el apellido era ‘y otros relatos’. Pero un mini exit poll realizado en el círculo dio como resultado que el título no funcionaba para contener al libro. Tocó buscar entre otros cuentos y ahí estaba Carne Tierna, que no es el más fuerte, incluso hay uno que se llama Polvo de Gallo. En una sesión de taller literario puse a consideración este título que parece de cocina, y en una lluvia de ideas salieron con una pizca de malicia los otros platos. Después nos dimos cuenta que iba bien con la colección de literatura de Mar Abierto que se llama Almuerzo Desnudo...y con el latido de las historias. El ilustrador trabajó con todos estos ingredientes, le salieron varios platos hasta llegar a ese sabroso que conquistó a todo el equipo de la editorial.

Autor y personajes tienen caminos distintos, sin embargo nunca deja de filtrarse lo autobiográfico ¿qué tanto de tu vida habita en cada historia?
La gran Clarice Lispector dijo “La realidad es lo increíble” y todos los días compruebo que tiene razón. A todos lados voy con una libreta, incluso cuando vuelvo de los sueños tengo papel y pluma junto a mi almohada. De los seres que pueblan mi entorno real e imaginario apunto diálogos, características físicas, psicológicas, etc. Estas fichas me sirven luego para armar el puzzle. Sin que sean crónicas periodísticas, los personajes tienen mucho de esos apuntes y por tanto de mí.



Persiste una constante en las historias: la frustración sexual y decepción masculina ¿qué tan feminista te consideras?
Dentro de lo razonable busco la equidad y es de locos que el placer quede fuera; hace unos meses me encontré con una mujer que se había divorciado porque le pusieron cuernos. Lloraba por la infidelidad y después de lavarse confesó que en tres años de matrimonio nunca había tenido un orgasmo.
Fui criada de la forma tradicional donde las mujeres deben atender a los hombres, mas desde los 16 años me tocó trabajar para poder estudiar, y subsistir en un cuchitril con mis hermanos (somos cinco: tres mujeres y dos hombres). Si todos trabajábamos duro y estudiábamos ¿por qué nosotras debíamos cocinar, lavar, barrer…? A tiempo nos hicimos esta pregunta sencilla y al diablo con la tradición.
Hubo alguien que cocinaba para mí y eso no lo hacía menos hombre, hubo alguien a quien le dije “pórtate como quieres que me porte” y no lo pudo soportar. Si salgo a comer y me toca pagar mi parte está bien, y si un caballero me invita no me enojo.

Hay personajes que denotan una lucha interna por mantenerse en lo “correcto”, por no claudicar en sus principios morales y éticos ¿no crees que son islotes a los que pocos desean arribar?
Siempre hay un Crusoe.

Está claro que el ritual de la seducción es todo lo contrario de lo que nos dicen las historias, sin embargo es necesario saber ¿cómo lo es para ti?
Debo confesar que me gustan los personajes, entonces con un personaje no hay libretos.

Nos movemos en una ciudad pacata y de doble moral, por ello ¿cuáles han sido hasta ahora las reacciones por las tramas del libro?
Un ilustre que mira la luna para recitarle rimas me preguntó alarmado ¿dónde se mete para inspirarse en esas cosas que escribe?
Un colega cree haber reconocido a un viejo amigo entre los personajes, ¡qué risa!
Una amiga dijo “te desconozco”.

Juan Carlos García es un artista marginal (como muchos talentos de nuestra ciudad) ¿crees que en cierta forma lo reivindicas, mediante sus ilustraciones en portada e interiores, a una sociedad y escenario literario que lo ignora?
A Juan Carlos el día se le junta con la noche haciendo anuncios obituarios en un periódico, cuando él puede dar mucho más. El día que lo encontré en un bus le dije ¿tú eres dibujante, verdad? Titubeó y respondió que sí, pero que ha dejado de lado ese arte porque ya la sociedad le enseñó que así no se come. Creo que al haber aceptado se reivindica a sí mismo.

Finalmente ¿qué deben esperar los comensales una vez que hayan terminado el banquete y quedar satisfechos y aturdidos?
El banquete está servido y solo puedo decir buen provecho. Habilité un blog para que los comensales puedan escribir sus comentarios. Se aceptan todas las críticas que se hagan desde lo literario, nada de moralismos vacuos.

La obra estará presentándose el 2 de septiembre en Portoviejo, en las instalaciones de la Cámara Junior Internacional.

lunes, 22 de agosto de 2011

Nuevas muestras de la literatura ecuatoriana


El propósito que logran las muestras literarias, sean poéticas, narrativas o dramatúrgicas, es el de acercar el compendio de estas distintas voces a un público que muchas de las veces desconoce que existen. Que sus obras existen, que existe su propuesta literaria circulando desde los bordes o gestándose desde la clandestinidad más silenciosa posible. Recientemente me encontré con dos de ellas que dan un breve reflejo de lo que sucede, poética y narrativamente, en Ecuador.

Minimal II, cuento breve (Efecto alquimia, 2011) es la primera de estas muestras, la que reúne a 16 narradores -talleristas de la Casa de la Cultura de Quito- cuya única afinidad quizás sea el compartir entre ellos sus textos, el leerse y analizarse con desenfreno, porque sus mínimas obras se alejan unas de otras.

Diana Herrera (Pero existió…, Solo por ti) Enver Álvarez (La máquina de escribir) Santiago Vásconez (Cocina, Princesa de cartón) Giovanni Rueda (El turno) y Andrea Martínez (El facebook) son los autores que me atraparon con sus historias.



Imaginarios (El Quirófano ediciones, 2011) es la segunda muestra, que reúne a 12 poetas. Muchos de estos autores sin la necesidad de aparecer junto a otros, porque ya están posicionados, han logrado hacerse de lectores y sus obras empiezan a darles un merecido espacio (aunque silencioso) dentro de la poesía nacional.

Destacan de esta edición bilingüe, español-francés, Luis Alberto Bravo, Siomara España, Augusto Rodríguez, Andrés López Rodríguez, Dina Bellrham, Adolfo Santiestevan López y Giovanni Bayas. Sin embargo habría que estar pendiente de nombres como Beatriz Viteri Garcés, Xavier Hidalgo, Laura Nieves, Lis Quezada y Lucero Llanos Orellana, talleristas de El Quirófano.

lunes, 15 de agosto de 2011

El Quirófano # 10


Y arribó al décimo número esta joven revista literaria, un espacio alternativo para dar a conocer algunas de las novedades del panorama literario de Ecuador y otros lares.

Rescato de este número las entrevistas al escritor ecuatoriano Luis Bravo (“Hay autores interesantes que escriben textos viscerales pensando más en el canon que en el lector. Y obtienen lo que quieren: un cargo burocrático, el aplauso de sus mayores, el abrazo hipócrita, el ego desmedido, la indiferencia del lector. Celebran la exaltación poética, pero la poesía misma los detesta”) y al español Leopoldo María Panero (“Mi poesía crucifica la vida. Mi poesía les enseña lo mal que está la vida”). La breve muestra poética de los talleristas El Quirófano, de 5 poetas de España y Paco Benavides; asimismo la muestra narrativa de José Núñez del Arco.

Una sugerencia -muy oportuna- es que se continúe invitando a quienes conforman el consejo editorial de la revista y a escritores nuevos interesados en aportar con este medio. A veces una sola perspectiva crea solo nichos: y para nichos (blogs, revistas, editoriales, encuentros, antologías etc.) ya hay suficientes en el país.

miércoles, 10 de agosto de 2011

IX Encuentro Internacional de Poetas, memoria fotográfica IV

Público del segundo día de encuentro (mañana del martes 10 agosto de 2011) atentos a las conferencias y lecturas




Carmen Vásconez y Freddy Ayala, previo a sus intervenciones


Enver Álvarez





María Belén Muñoz




"Poeta rockero" ¿será cierto esto?

IX Encuentro Internacional de Poetas, memoria fotográfica III

Damia Mendoza iniciando la inauguración oficial del IX Encuentro Internacional de Poetas, que anualmente la ULEAM realiza en Manta.




Paúl Puma


Vladimir Zambrano





Freddy Ayala




Medardo Mora Solórzano (Rector ULEAM) finalizando la inauguración del evento y dando la bienvenida a los poetas nacionales e internacionales

IX Encuentro Internacional de Poetas, memoria fotográfica II

El fotógrafo junto a viejos y nuevos amigos.




Horacio Hidrovo junto a sus amigos poetas


Poeta invitada apreciando el primer tomo de la Obras Completas de Horacio Hidrovo Peñaherrera





Tertulia de los poetas invitados junto al organizador Horacio Hidrovo Peñaherrera