miércoles, 7 de septiembre de 2016

Letra Fuego



Las revistas culturales independientes en Ecuador, son escasas; proyectos de riesgo en los que sus responsables, muchas veces, terminan asumiendo distintos roles dentro de su construcción, y casi siempre financiadas por ellos.

Letra Fuego es una revista procedente de la ciudad de Loja. Un medio que agrupa y difunde expresiones culturales desde su multiplicidad: pintura, teatro, música, cine y sobre todo, creación literaria.


La revista, más allá de llevar el mismo nombre del colectivo de arte y cultura lojano, no es una extensión de sus integrantes, y menos una vitrina para autopublicarse, puesto que los contenidos dan cuenta de un trabajo que dialoga y expone, sobre todo, el arte lojano a un contexto ecuatoriano. 


Desde su número tres (septiembre-octubre de 2015) hasta el reciente número cuatro (2016) la revista ha logrado mejorar en su diseño. Este número además de ser un homenaje a Kelver Ax (poeta y pintor lojano) apuesta por el arte joven y casi desconocido de una provincia.

Entre otros, este número contiene un acercamiento a la obra pictórica de Emilio Seraquive, Marcelo Robles, Luis Ángel Coza; a textos narrativos y poéticos de varios autores procedentes de Loja y Cariamanga. Pero sobre todo una entrevista con Ana Minga, que seguro emocionará a algunos -por su postura e ideología- y alarmará a otros.

El punto en contra es que Letra Fuego, como casi todo medio independiente, no ha logrado llegar a los distintos espacios culturales y literarios del país. Y con ello no solo pierden los responsables del medio, también los autores participantes y artistas que buscan promocionar su obra, y sobre todo aquellos lectores tras la caza de medios con los cuales conectar.    


miércoles, 2 de marzo de 2016

La poesía desde la farsa


¿Cuándo una antología de poesía se vuelve una farsa? ¿Qué objetivo busca un antologador para compilar la obra de seres producto de su propia imaginación? ¿Cómo un libro, desde el disfraz de un género, resulta una burla que atrapa?


Los nortes que hay en el norte. Antología de poetas nortinos (Cinosargo, 2014) de Fernando NavarroGeisse, es una obra arriesgada, que parte de la idea de ser una antología de poesía pero que en realidad es un intento de biografía, donde su personaje: poeta fracasado, que ha decidido dejar la poesía y que reniega de ella, es el hilo conductor de una historia increíble.


Un trabajo, del que su voz narrativa nos advierte: “Quizás este no sea un buen libro. Seguro es que no es un libro que todo el mundo quisiera leer. Pero por lo menos es un libro raro. Y hay ciertas personas raras a las que les gusta leer estos libros raros”. (p. 5)

Y sí, la naturaleza de este trabajo es la rareza, una rareza que atrapa y perturba, que desconcierta en la idea en la que el narrador juega con el lector, lo arrincona en una historia tejida en la mentira, una que busca a toda costa ser creíble. Bien se advierte que: “La poesía ayuda a inventar el lenguaje. E inventando el lenguaje inventa la realidad. La expande. Al proyecta. La poesía es una visión.” (p. 6)

Este compendio de heterónimos, compila la “obra” de los poetas del norte chileno Lorenzo Alcayaga (1986), Miguel Tamblay (1977), Jhony Paxi Ramírez (1982) y Pedro Álvarez (1982). En los que Navarro Geisse se desdobla, en los que experimenta y trata de volver creíble a partir de las biografías que anteceden a cada poeta.  

Un libro para entrar con cuidado, para dudar, para investigar, para convencerse que su autor no es más que “un coleccionista de mentirosos” (p. 13) creados por él. Pero también un libro que desborda de originalidad, que se burla de la poesía y por ello juega con la creación y destrucción de poetas en una ficción que, si se analiza bien, no sería desconcertante reconocer en un mundo paralelo de la realidad literaria.