miércoles, 12 de agosto de 2009

El regreso de Cañizares


Lo último que leí de Gustavo Cañizares fue 100 liras de amor (2002) desde entonces la prensa local fue su mejor aliada para recordarnos, en todos estos siete años, que aún no estaba jubilado, que sus cien jadeos no eran lo definitivo, que aún tenía mucho que decir y escribir para una ciudad, provincia y país que no ha sabido comprender del todo su propuesta. Hoy lo reafirma en El duro oficio de la poesía (2009) poemario corrosivo, provocador y sobre todo cínico. Que no solo se publica para perdurar la obra de su autor sino para alterar, entre otros blancos, al establecimiento literario local y provincial. Y eso ya es un gran riesgo y pericia justo para el aplauso.

Realizo sin anestesia
hemodiálisis del lenguaje
a los infectados
seudo escribientes de octavillas provincianas

Versos como estos (tan sencillos en su estructura y tan profundos en su sentido vital) son los que ponen a un poeta más allá, de la esa raya invisible, del montón.

Y es que su poesía, tal y como lo afirma en el poema que da nombre al libro, “no es para los quejumbroso / ni aniñados comensales / de la sopita del amor. // No es para los lloriqueantes / hermafroditas de la simetría versal. // No es para pusilánimes, / sin fibra ni dulzura lunática. // No es para los mercenarios / mercachifles del verso / y la palabra subastada. // No es para los aventureros / sin patria lingüística / ni hembra literaria”. Sino para lectores abiertos a la lírica surgida de ese matrimonio detestado por muchos: inspiración y trabajo, donde el último debe imponerse implacablemente sobre el primero.

Los versos de Cañizares son humor en sobredosis, precisa para viciosos poéticos, pero no recomendada para tembleques sometidos. Es un juego de cuchillos oxidados lanzados sobre el gracioso y acartonado entorno en el que respiramos y sobrevivimos, que pone en ridículo una y cuantas veces sea necesario el manifiesto más importante para todos: la vida. Y aunque el autor nos diga implícitamente: para qué tomársela en serio, cuando la poesía está menos corroída, preocupada y desinhibida, lo suyo es tomarse demasiado en serio la vida, jugársela por ella, sudarla y entenderla para saber y explorar sus lados flojos y de ahí prenderse a carcajada limpia.

El duro oficio de la poesía no es “quimera, / palabrería indescifrable; / es real, / terrestre, / humana, / de carne y hueso.” Es poesía justa a la medida de nuestra convulsionada actualidad.

martes, 11 de agosto de 2009

Accio desde el anime

En un anterior post escribí sobre la poesía de Arturo Accio (Guadalajara, 1975) un poeta y narrador del que había leído varios de sus poemas enviados a mi mail, hasta esos meses atrás me delataba a un escritor interesante. Ahora que ya tengo varias de sus obras, que las he leído, releído, subrayado y también escuchado (desde su libro en CD room La armonía del infierno, 2007) sé que no estaba equivocado, Accio es la clase de poeta que sabe contar historias, sus versos son la vida comprimida de muchos que como él hemos dejado de ver el mundo desde lo positivo, dejando a un lado la amargura por no pertenecer a los seres dichosos, y contemplamos esa burbuja prohibida con una sonrisa burlona, viendo todas aquellas disparatadas cosas que le ocurren a miles, pero siempre conscientes de que se trata de la vil broma de la vida.




En otra oportunidad escribiré sobre sus libros (sobre todo de esa adsorbente antología Vagabundo de la oscuridad o de aquel original Mutilaciones espirituales) por el momento me inquieta compartir Las no menos interesante aventuras de los chicos melancólicos (Umbral editorial, 2008) una pequeña obra de a penas 32 páginas pero que al igual que en sus anteriores títulos es vivificante, corrosiva, latente en cada línea.

Y es que Accio es de aquellos autores que sabe como llegar (nichos arcanos a los que apunta), y volver historias cursis y sombrías en melodramas divertidos, con mucho y desbordante humor negro, siempre llevado al extremo de la irracionalidad. Por ello es que la fatalidad marca esta obra, pero no una fatalidad típica sino aquella que busca una ruta menos seria y opta por la tragicomedia, ese burlesco retrato de la desesperación de sus personajes, matizado con todo el surrealismo heredado del anime (el libro incluye en cada micro relato el respectivo dibujo).

Como no podría ser de otra forma comparto una de las historias, Buenas amigas:

Se divertían tanto juntas en el internet
que buscaron un conjuro
para permanecer unidas eternamente on line;
una vez algo las escuchó
y dejó atrapadas sus
almas en el youtube.

lunes, 3 de agosto de 2009

La soledad en zigzag


Carlos Luis Ortiz (Alausí, 1979) es uno de los poetas contemporáneos que Ecuador posee, parte de esa productiva camada de escritores que no dan tregua al tiempo y año tras año logran subir escalones en el depredador entorno de la literatura nacional. No solo difundiendo sus obras sino demostrando que, además del alcance: local, nacional e internacional, existe trabajo y cada vez mayor madurez.

Zigzag del solitario (2006) es el primer poemario de este autor, el cual recién hace dos semanas me llegó. Esta obra forma parte de la colección que sacó adelante el ¿desaparecido? colectivo quiteño Machete rabioso (lo último que se supo de ellos fue que “no estaban muertos” pero que a partir de una composición selectiva de fotografías demostraba que “ahora sí lo están”).

Poemario desesperanzador, con los recuerdos volviéndose puñados de venas por donde el pasado en distintas ramificaciones se presenta nostálgico. “El pasado me destruye” dice la voz poética, que avanza herida, con una llaga que no cierra, dejando en cada página trozos de vitalidad estampada en cada verso: “Soy quien alberga más de un dolor”.

Ese dolor vuelto multiformes escenas dentro de una ciudad que ignora a su habitante anónimo, a su artista que cree fervientemente que nadie lo reconocerá, ni la noche, ni sus dementes rondando tras el vacío que les pertenece (por ello el tributo a la soledad como compañera alternativa). Ahí, en esa nada agobiante, se desplazan estos poemas, incontenibles en sus metáforas (“Enciende la luz / la soledad necesita mojar su rostro con el brillo”), abrumador en sus confesiones a esa urbe que devasta y a la que se es difícil dejar: “Terrible / así te quiero / y es pesado el tiempo aún en ti”.

Zigzag del solitario es la huída desesperada de la voz poética por dejar atrás un pasado. Es la garantía del padecimiento consumido (y tal vez no acabado por ser un tema al que siempre se volverá) desde su condición urbana. Ortiz no solo ha escrito un testimonio nostálgico a su pasado, sino también el retrato oculto de cientos y miles, que como él zigzaguean en busca de la liberación de los otros, sus ciudades (su representación y acabose) y de sí mismos.

Poetas internacionales en Manta


Para los manabitas agosto desde hace seis años se convirtió en la sede del Encuentro Internacional de Poetas, un evento literario que desde el principio llamó la atención por la cantidad, variedad de registros poéticos de los invitados y lo itinerante, especie de caravana recorriendo algunos cantones de Manabí. Hoy la travesía continúa, pero con un importante cambio, el encuentro ya posee un nombre, y no cualquiera, como justo homenaje póstumo y reconocimiento a una labor literaria de ahora en adelante se conocerá a esta cita como Encuentro Internacional de Poetas Luis Félix López.

Su artífice, el escritor Horacio Hidrovo Peñaherrera, ha logrado que este encuentro internacional llegue a su número VII. Congregando a poetas latinoamericanos y locales. Convirtiendo a Manabí no solo en la provincia rica en folklore, teatro, danza, cine hecho a la brava, sino también ensalzándola como la provincia acogedora de poetas de otras geografías.

La inauguración será el próximo viernes 7 de agosto a las 18h30, en la sala de conciertos de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (institución que auspicia este encuentro año a año). Como en los anteriores encuentros se podrá adquirir las obras de los invitados, además de la producción literaria que el Departamento de Promoción y Difusión Cultural de la ULEAM edita.