domingo, 31 de marzo de 2013

Música de las piedras




Y entonces llego al final de Música de las piedras (Praxis / UANL, 2012) de Margarito Cuéllar. Regreso una a una sus páginas y repaso los versos subrayados, los poemas marcados porque en ellos encontré esa voz que me hablaba, ese retumbar constante que se fue volviendo tatuaje bajo la cabellera.  

Esta poesía reunida (1982-2012) es más que el resumen de una vida entregada a la lírica, todo porque cada verso nos habla de aquellas cosas sencillas y cotidianas de la vida que van dejando una cicatriz para recordar. Estoy marcado.

VERSOS LIBRES AL PARIR UN HIJO

Que no sea copia de mi nombre
ni de sus abuelos vivos o muertos.

Que no cargue en el cuello
la llave que prohíbe el pecado.

Que elija al hombre o la mujer
que a sus días corresponda.

Su herencia es la ciudad
de hombre muriendo,
este país de abandonados,
la piedra de los que no se rinden.

Que corra y ande
como pájaro ciego:
conozco el sonido de las bombas,
amanezca azorado por el rayo de la cerveza.

Que ame de la flor su calidad de pasajera,
encienda el cuerpo minado de su destino,
vaya contra la muerte
y anochezca, por Dios, un día de tantos.
(p. 166)


BLUES DEL CORAZÓN GOLPEADO / 2

No me lancé al mar
ni dibujé un arroyo
con los vidrios cortados de mis venas.

No convertí en aullido mi lamento,
ni me ahogué en un vaso de agua.    

La dejé ir como quien ve el paso de la lluvia,
del minuto, el tráfico y los trenes.
(p. 183)


DEFENSA DE LA TELEVISIÓN

Soy la diosa, la reina, la matrona. Tenerme es explotar un yacimiento de ilusiones. Soy agua dulce en medio de la mar, ventana que te salva del horror de este mundo. Soy puro corazón.
(p. 232)

domingo, 10 de marzo de 2013

Las imprentas como casas editoras




¿Puede una imprenta ostentar el título de casa editora? Estoy firmemente seguro que no. Y mi sentencia es negativa porque la naturaleza de una imprenta es la de imprimir trabajos ajenos, de servir como instrumento para materializar ideas, para dar forma a proyectos que otros (sean autores y casas editoriales) han concebido. Entonces, una imprenta no es una casa editorial.

Sin embargo en nuestro medio (por lo menos a quienes como yo -y por ahora- nos resignamos a vivir en ciudades aún en desarrollo) ocurre un fenómeno que hace años perdió su gracia: creer que una imprenta cumple el mismo rol que una editorial. Sí, puede que dentro de la imprenta se tenga algunas nociones del trabajo editorial, pero hasta donde se ha comprobado todas aquellas que poseen el título de “editoriales” no han sido más que imprentas.

No basta que las imprentas creen figuras corporativas o nombres alternos, con el desesperado afán de erigirse como editoriales, puesto que mientras no exista un conocimiento previo del proceso editorial, no se logrará mayor cosa.

viernes, 8 de marzo de 2013

Otros espacios, nuevos lectores




¿Cómo ser leído en otros países? ¿cómo hacer para que sellos editoriales foráneos  tengan un interés en nuestra obra? Muchos autores -sobre todo nóveles- han logrado respuestas valederas a estas constantes interrogantes. La solución ha sido certera y también descomplicada: la creación de sellos editoriales alternativos capaces de editar, publicar y hacer circular la obra de autores de otros espacios geográficos, desconocidos cuyas posibilidades de ser leídos fuera de sus fronteras son mínimas (incluso más allá de las posibilidades certeras de la internet).



Pero este recurso, por demás complejo si se considera que la creación de un sello editorial demanda esfuerzo y trabajo constante en el propósito de posicionar la marca, no es al azar, debe existir una contraparte que asegure una inversión con resultados satisfactorios. Así muchos de estos nuevos autores-editores han logrado llegar a otros contextos justamente porque han encontrado a similares en otros países. Otros autores-editores con quienes se coordina la publicación de un libro a cambio de la publicación de otro libro.



Este recurso, más allá de cualquier punto negativo que puedan encontrar los detractores, es válido, porque visibiliza la obra de un escritor que en otro país es inexistente (más allá de cualquier incentivo mediático). Entonces el trabajo editorial será clave para que un autor extranjero pueda conocerse. La promoción y distribución de la producción debe ser pensada al detalle: mientras más lecturas de las obras de estos autores desconocidos, en nuevos escenarios, más posibilidades de ganar en lectores.



Que sigan los proyectos-arreglos de esta clase, pero una advertencia: mayor cuidado en las ediciones, no se trata de publicar por publicar, se necesita más trabajo editorial.


jueves, 7 de marzo de 2013

Dasein, la niña flor


Dasein, la niña flor (El Quirófano, 2012) de Mónica Gameros, es un poemario con luz, mucha y cegadora luz.

Hay un discurso de fondo de inconformidad, con el poder, con los clichés de la vida, con sus sombras y voracidad, que estremece. Recomendada esta edición (sus ilustraciones le dan valor agregado). 

Comparto algunos versos subrayados:

No soy pasado, no soy lo que soy, soy elección
y vivo arrojada hacia el futuro.
(IX, p. 25)

La verdad es la que los dueños de todo determinan, adoctrinan:
las palabras se convierten en códigos de barras;
la historia la re interpretan para transformarla en nuevos significados,
reacomodan el pasado, manipulan el presente, 
construyen el futuro para conservarse.
(XIV p. 33)

Que se jodan los corazones de hielo que no suspiran;
que se jodan los ojos que no se embelesan y se amotinan y se congelan
por noches enteras, ansiosos de ver piel desnuda, de cubrir con la mirada
cada centímetro de vientres, torsos, piernas; que estallan
en movimientos telúricos y abren cañadas.
(XIX p. 41) 



domingo, 3 de marzo de 2013

Eterna, el viaje a la nada


Eterna (2011), la última parte de la Trilogía de la oscuridad, me ha dejado una gran lección de vida: arriesgarse por un hijo, sin tener en cuenta un cuerpo maltrecho, sabiendo que las posibilidades de sobrevivencia son mínimas y reconociendo que alguien más (el Amo, en este caso) es superior en fuerza, no tiene importancia si sobrevive la esperanza, una capaz de todo sacrificio.

La plaga de los vampiros ha sido aniquilada, y Ephraim y Zack, pulverizados por una bomba atómica, llegaron a reconocerse una vez más en el acabose: padre e hijo. Un final funesto, pero necesario. Buen viaje a la nada.