miércoles, 19 de septiembre de 2012

Edison Navarro: “El escritor tiene una vida y esa vida siempre aparecerá de alguna manera en sus letras”



Tarde de lunes, el calor sofocante es brevemente apaciguado por la brisa marina de la ciudad, por ello hemos abandonado la calle. Martita se llama el bar, el antro “popular” de universitarios, donde nos hemos refugiado.
Mientras estamos pendiente de que las bielas lleguen pronto, observamos a las “monas” (me ajusto al término de mi acompañante) que yacen junto a nuestra mesa. Encendemos un par de Líder para yacer más sedientos.
Edison Navarro(Cotacachi, 1983) se llama mi pata. Quien tras haber participado en el SUMPAVIVE (encuentro latinoamericano de poesía en Salinas) aprovechó para darse una vuelta hasta Puerto López y luego Manta.
Es lunes en la tarde y después de la segunda cerveza enciendo la grabadora para conversar en torno a la excusa que nos ha traído hasta acá: la reciente publicación de su segundo poemario: Des-habitado (Jaguar, 2012). 

Sabes Edison, es reiterativo que el lector se haga una idea errada de la poesía de un autor y lo termine comparando con la vida del mismo ¿Qué opinas al respecto? 
Todos, cuando iniciamos el amor a los libros, creemos que mucho de lo escrito es la vida misma del autor; quizá eso va desapareciendo a medida que vas siguiendo la obra. Eco decía que la responsabilidad de lo que se asume del texto es en su mayoría del lector no del autor. Hace un tiempo en una charla con un amigo, hablamos de este tema y él me decía, pensado en algunos poetas y sus letras: “Nadie puede vivir tan miserablemente, eso es una des-vida y la des-vida tampoco es productiva”.

Si bien el libro puede no ser la vida propia de quien lo escribió y las acciones no son las mismas que él ha vivido, sí podemos decir que el texto poético está cargado en parte, de los dolores, vicios, perversiones, alegrías y derrotas del autor; la diferencia está, en como se han expresado esos momentos.

No siempre el poema, el cuento, la novela, nace de algo externo a quien lo escribe, siempre tendrá mucho de él en cada palabra, e inclusive, si el texto naciera de algo ajeno al escritor, está ahí su forma de ver, interpretar y narrar esa acción o historia.

El escritor tiene una vida y esa vida siempre aparecerá de alguna manera en sus letras, como una forma de mostrarse más allá de su nombre, e inclusive de ser consecuente con su existencia. Borges dijo que: “El verdadero tema del escritor, es ser fiel a sus fantasmas, liberándose de ellos al escribir”.

Recordemos que cuando un libro llega a tus manos, la lectura que hagas tendrá mucho del estado emocional en el que te encuentres y desdé ahí sacaras tus propias conclusiones. Cosa parecida pasa cuando un libro te es totalmente desagradable o extraño y en unos años, al volver a él, te encuentras que es lo mejor que haz leído.






Des-habitado, tu reciente poemario, es un trabajo recargado de dolor, con el tema del fracaso de las relaciones sentimentales de por medio ¿Cómo fue el estado en el que lo trabajaste? 
DES-HABITADO es un cruce por la memoria, esa enemiga mortal en ciertos casos y enemiga íntima en otros. El poemario tiene textos escritos en distintos y distantes momentos, pero tiene el olor común de la derrota en eso de ser par.

El título del libro dice mi estado en ese momento, y el escribir este poemario permitió de a poco y comprendiendo ese vacío. En la vida de a pie, cruzaba un divorcio y construía una casa en mi cabeza.

Algo que nunca hice en el poemario y aprovecho esta entrevista para hacerlo, es citar a Spineta: “Si no canto lo que siento/ me voy a morir por dentro/ he de gritarle a los vientos hasta reventar/ aunque solo quede tiempo en mi lugar/ Si quiero me toco el alma/ pues mi carne ya no es nada...” Barro tal vez.
Esa canción sonó todas las noches des-habitadas.

¿Cuánto del personaje que existe en Des-habitado te refleja? 
Mucho del personaje DES-HABITADO me refleja, en algunos textos es mi estado el que late, pero también, hago referencia a esas nociones universales sobre la memoria, la nostalgia, el dolor; buscando construir cuerpos que los representen, así aparece el mar como escenario, los náufragos, los huesos, y un “yo” que puede ser cualquiera.





¿Cuál es tu perspectiva respecto al momento que vive la poesía ecuatoriana?
Hablar del momento de la poesía ecuatoriana se me hace muy difícil, sobre todo porque de alguna manera, estando dentro de él, podría decir que cada vez existen más espacios para mostrar el trabajo de aquellos quienes han ganado ya un nombre en la poesía y de otras voces que queremos empezar a aparecer -y eso es muy bueno-. Sin embargo, quizá el termómetro real sería preguntar a la gente: ¿cuánto conoce sobre poesía ecuatoriana? o ¿a qué poetas ecuatorianos ha escuchado o leído?; quizá ahí nos demos cuenta que los círculos no se han roto del todo y que la difusión sigue siendo pobre; por más facebook y otras guaraguas.

Desde otra mirada, me atrevo a decir que hace unos años, he encontrado una diversidad enorme de voces en la nueva poesía ecuatoriana, y todas ellas con un alto valor estético. Cada cual en su nota, afanado en pulir su trabajo.

¿Qué tan favorable es participar en una muestra poética?
Siempre será favorable mostrar el trabajo en muestras poéticas, recitales, encuentros, y cualquier otro espacio. Pero sin duda uno de los detalles a cuidar es la calidad de la muestra. Esto es algo que no siempre se logra, varios hemos pagado piso en eso, y al final puede ser contraproducente.
La única certeza es que hay que mostrar poesía.

Las redes sociales cada vez van sirviendo de plataforma para nuevos autores que van integrándose al panorama de la poesía nacional ¿te has servido de este canal para proyectar tu obra?
Hace algún tiempo cree mi blog www.umbilicalmundo.blogspot.com. Lo hice con la idea de dar a conocer el trabajo de compañeros de los Talleres literarios de la CCE en Quito y de otros poetas ecuatorianos y así se ha mantenido hasta hoy. Solo un par de veces subí textos míos.

Veo que varios escritores tienen sus blog y promocionan ahí su trabajo y eso está muy bien, es necesario darse a conocer.

Cosa distinta veo en facebook donde mucha gente copia versos, frases, citan escritores, etc. Ahí me pregunto ¿habrán leído todo eso? o será simplemente una buena búsqueda en google –obviamente salen de este comentario un montón de gente, de los cual sé que son buenos lectores–.

Personalmente no he sido de los que está todo el tiempo subiendo poemas a las redes sociales, lo hice pocas veces, no podría decir que he aprovechado este espacio. Quizá debería hacerlo. 






La realidad, respecto a los libros de poesía, es que se publican muchos ante pocos lectores, por ello ¿Cuán arriesgado es publicar un poemario en estas condiciones?
Quienes hemos publicado de nuestro bolsillo, nos arriesgamos a nunca recuperar lo que se ha invertido en dinero; sin embargo el hecho está en recuperar lo que se ha invertido en poesía, es decir, que te lean, que tu trabajo sea público y provoque. Muchos de los libros que se lleva en la mochila se terminan regalando.

Mi primer libro fue publicado por la CCE núcleo de Imbabura, no puse ni un solo centavo; me dieron 200 libros, vendí 60, regale 140.

En todo caso esto no es regla general, siempre habrá aquellos escritores que venden sus libros muy a pesar de la escasez de lectores.
  
Es importante, generar encuentros de poesía, recitales, muestras, por que eso es un proyecto de doble vía. Es una ventana para mostrar a los poetas y sus versos, pero también es el camino para generar nuevos públicos y lectores.

Una pregunta reiterativa de quienes desean ingresar un taller literario es saber si dentro de uno de ellos les enseñan a escribir ¿Cuál es tu experiencia y testimonio al respecto?
La experiencia de un taller sin duda es la posibilidad de encontrar nuevos sentidos a nuestro trabajo, abre la posibilidad de ser leídos y criticados -quien no quiere escuchar observaciones sobre su obra y no aguanta la crítica “destructiva” o “constructiva” que no vaya–.

A la larga, en un taller no se aprende a escribir, eso lo logrará cada uno a su ritmo; sin embargo ayuda mucho a descubrir y trabajar todos los detalles que pueden destruir un texto. Ese acto colectivo implica aproximarse a los otros, a quienes se enfrentaran al poema.

¿Cómo avanza la promoción de Des-habitado? 
Va a paso lento. He participado en algunos recitales y encuentros, donde he presentado este poemario.
Está en varias librerías a la venta y eso ha ayudado a que el producto pase a manos lejanas.
La promoción ha tenido altos y bajos. Por el momento la idea es participar en las próximas ferias del libro como “Jaguar Editorial” y promocionar el libro DES-HABITADO y otros títulos que la editorial ha publicado.

Y finalmente ¿En qué nueva obra trabajas?
Actualmente trabajo en un nuevo poemario que posiblemente titule “Perros de niebla”, -eso está por verse-. Por lo pronto, la idea va tomando forma. No tengo ningún apuro, el libro saldrá cuando sea necesario, mientras tanto a trabajar callado.

Tarde de lunes, de botellas vacías, de colillas invadiendo el piso, de peladas que entran y salen del Martita. Edison me recuerda que su vuelo de regreso a Quito sale a las seis de la tarde, así que apuramos lo último de nuestros vasos y emprendemos la retirada. Él, con una breve sonrisa diciéndome que le ha hecho bien hablar de su libro y de los demonios que fraguaron su escritura, y yo feliz por la misión.

Nota: se ha recurrido a fotos de archivo porque no existen registros de este encuentro.