Tarde de lunes, el
calor sofocante es brevemente apaciguado por la brisa marina de la ciudad, por
ello hemos abandonado la calle. Martita se llama el bar, el antro “popular” de
universitarios, donde nos hemos refugiado.
Mientras estamos
pendiente de que las bielas lleguen pronto, observamos a las “monas” (me ajusto
al término de mi acompañante) que yacen junto a nuestra mesa. Encendemos un par
de Líder para yacer más sedientos.
Edison Navarro(Cotacachi, 1983) se llama mi pata. Quien tras haber participado en el SUMPAVIVE
(encuentro latinoamericano de poesía en Salinas) aprovechó para darse una
vuelta hasta Puerto López y luego Manta.
Es lunes en la
tarde y después de la segunda cerveza enciendo la grabadora para conversar en torno
a la excusa que nos ha traído hasta acá: la reciente publicación de su segundo poemario:
Des-habitado (Jaguar, 2012).
Sabes Edison, es reiterativo que el lector se haga una idea errada de la poesía de un autor y lo termine comparando con la vida del mismo ¿Qué opinas al respecto?
Sabes Edison, es reiterativo que el lector se haga una idea errada de la poesía de un autor y lo termine comparando con la vida del mismo ¿Qué opinas al respecto?
Todos, cuando iniciamos el amor a los libros, creemos
que mucho de lo escrito es la vida misma del autor; quizá eso va desapareciendo
a medida que vas siguiendo la obra. Eco decía que la responsabilidad de lo que se
asume del texto es en su mayoría del lector no del autor. Hace un tiempo en una
charla con un amigo, hablamos de este tema y él me decía, pensado en algunos
poetas y sus letras: “Nadie puede vivir
tan miserablemente, eso es una des-vida y la des-vida tampoco es productiva”.
Si bien el libro puede no ser la vida propia de
quien lo escribió y las acciones no son las mismas que él ha vivido, sí podemos
decir que el texto poético está cargado en parte, de los dolores, vicios,
perversiones, alegrías y derrotas del autor; la diferencia está, en como se han
expresado esos momentos.
No siempre el poema, el cuento, la novela, nace de
algo externo a quien lo escribe, siempre tendrá mucho de él en cada palabra, e
inclusive, si el texto naciera de algo ajeno al escritor, está ahí su forma de ver,
interpretar y narrar esa acción o historia.
El escritor tiene una vida y esa vida siempre
aparecerá de alguna manera en sus letras, como una forma de mostrarse más allá
de su nombre, e inclusive de ser consecuente con su existencia. Borges dijo
que: “El verdadero tema del escritor, es
ser fiel a sus fantasmas, liberándose de ellos al escribir”.
Recordemos que cuando un libro llega a tus manos, la
lectura que hagas tendrá mucho del estado emocional en el que te encuentres y
desdé ahí sacaras tus propias conclusiones. Cosa parecida pasa cuando un libro
te es totalmente desagradable o extraño y en unos años, al volver a él, te
encuentras que es lo mejor que haz leído.
Des-habitado,
tu reciente poemario, es un trabajo recargado de dolor, con el tema del fracaso
de las relaciones sentimentales de por medio ¿Cómo fue el estado en el que lo
trabajaste?
DES-HABITADO es un cruce por la memoria, esa enemiga
mortal en ciertos casos y enemiga íntima en otros. El poemario tiene textos
escritos en distintos y distantes momentos, pero tiene el olor común de la
derrota en eso de ser par.
El título del libro dice mi estado en ese momento, y
el escribir este poemario permitió de a poco y comprendiendo ese vacío. En la
vida de a pie, cruzaba un divorcio y construía una casa en mi cabeza.
Algo que nunca hice en el poemario y aprovecho esta
entrevista para hacerlo, es citar a Spineta: “Si no canto lo que siento/ me voy a morir por dentro/ he de gritarle a
los vientos hasta reventar/ aunque solo quede tiempo en mi lugar/ Si quiero me
toco el alma/ pues mi carne ya no es nada...” Barro tal vez.
Esa canción sonó todas las noches des-habitadas.
¿Cuánto del personaje que existe en Des-habitado te refleja?
Mucho del personaje DES-HABITADO me refleja, en algunos
textos es mi estado el que late, pero también, hago referencia a esas nociones
universales sobre la memoria, la nostalgia, el dolor; buscando construir
cuerpos que los representen, así aparece el mar como escenario, los náufragos,
los huesos, y un “yo” que puede ser cualquiera.
¿Cuál
es tu perspectiva respecto al momento que vive la poesía ecuatoriana?
Hablar del momento de la poesía
ecuatoriana se me hace muy difícil, sobre todo porque de alguna manera, estando
dentro de él, podría decir que cada vez existen más espacios para mostrar el
trabajo de aquellos quienes han ganado ya un nombre en la poesía y de otras
voces que queremos empezar a aparecer -y eso es muy bueno-. Sin embargo, quizá
el termómetro real sería preguntar a la gente: ¿cuánto conoce sobre poesía
ecuatoriana? o ¿a qué poetas ecuatorianos ha escuchado o leído?; quizá ahí nos
demos cuenta que los círculos no se han roto del todo y que la difusión sigue
siendo pobre; por más facebook y otras guaraguas.
Desde otra mirada, me atrevo a
decir que hace unos años, he encontrado una diversidad enorme de voces en la
nueva poesía ecuatoriana, y todas ellas con un alto valor estético. Cada cual
en su nota, afanado en pulir su trabajo.
¿Qué tan favorable es participar en una muestra poética?
Siempre será favorable mostrar el
trabajo en muestras poéticas, recitales, encuentros, y cualquier otro espacio.
Pero sin duda uno de los detalles a cuidar es la calidad de la muestra. Esto es
algo que no siempre se logra, varios hemos pagado piso en eso, y al final puede
ser contraproducente.
La única certeza es que hay que
mostrar poesía.
Las redes sociales cada vez van sirviendo de plataforma para nuevos autores que van integrándose al panorama de la poesía nacional ¿te has servido de este canal para proyectar tu obra?
Hace algún tiempo cree mi blog www.umbilicalmundo.blogspot.com. Lo hice con la idea de dar a
conocer el trabajo de compañeros de los Talleres literarios de la CCE en Quito y
de otros poetas ecuatorianos y así se ha mantenido hasta hoy. Solo un par de
veces subí textos míos.
Veo que varios escritores tienen
sus blog y promocionan ahí su trabajo y eso está muy bien, es necesario darse a
conocer.
Cosa distinta veo en facebook donde
mucha gente copia versos, frases, citan escritores, etc. Ahí me pregunto ¿habrán
leído todo eso? o será simplemente una buena búsqueda en google –obviamente
salen de este comentario un montón de gente, de los cual sé que son buenos
lectores–.
Personalmente no he sido de los que
está todo el tiempo subiendo poemas a las redes sociales, lo hice pocas veces,
no podría decir que he aprovechado este espacio. Quizá debería hacerlo.
La
realidad, respecto a los libros de poesía, es que se publican muchos ante pocos
lectores, por ello ¿Cuán arriesgado es publicar un poemario en estas condiciones?
Quienes hemos publicado de nuestro
bolsillo, nos arriesgamos a nunca recuperar lo que se ha invertido en dinero;
sin embargo el hecho está en recuperar lo que se ha invertido en poesía, es
decir, que te lean, que tu trabajo sea público y provoque. Muchos de los libros
que se lleva en la mochila se terminan regalando.
Mi primer libro fue publicado por
la CCE núcleo de Imbabura, no puse ni un solo centavo; me dieron 200 libros,
vendí 60, regale 140.
En todo caso esto no es regla
general, siempre habrá aquellos escritores que venden sus libros muy a pesar de
la escasez de lectores.
Es importante, generar encuentros de poesía,
recitales, muestras, por que eso es un proyecto de doble vía. Es una ventana
para mostrar a los poetas y sus versos, pero también es el camino para generar
nuevos públicos y lectores.
Una pregunta reiterativa de quienes desean ingresar un taller literario es saber si dentro de uno de ellos les enseñan a escribir ¿Cuál es tu experiencia y testimonio al respecto?
La experiencia de un taller sin
duda es la posibilidad de encontrar nuevos sentidos a nuestro trabajo, abre la
posibilidad de ser leídos y criticados -quien no quiere escuchar observaciones
sobre su obra y no aguanta la crítica “destructiva” o “constructiva” que no
vaya–.
A la larga, en un taller no se
aprende a escribir, eso lo logrará cada uno a su ritmo; sin embargo ayuda mucho
a descubrir y trabajar todos los detalles que pueden destruir un texto. Ese
acto colectivo implica aproximarse a los otros, a quienes se enfrentaran al
poema.
¿Cómo avanza la promoción de Des-habitado?
Va a paso lento. He participado en algunos recitales
y encuentros, donde he presentado este poemario.
Está en varias librerías a la venta y eso ha ayudado
a que el producto pase a manos lejanas.
La promoción ha tenido altos y bajos. Por el momento
la idea es participar en las próximas ferias del libro como “Jaguar Editorial”
y promocionar el libro DES-HABITADO y otros títulos que la editorial ha
publicado.
Y
finalmente ¿En qué nueva obra trabajas?
Actualmente trabajo en un nuevo poemario que posiblemente
titule “Perros de niebla”, -eso está por verse-. Por lo pronto, la idea va
tomando forma. No tengo ningún apuro, el libro saldrá cuando sea necesario,
mientras tanto a trabajar callado.
Tarde de lunes, de
botellas vacías, de colillas invadiendo el piso, de peladas que entran y salen
del Martita. Edison me recuerda que su vuelo de regreso a Quito sale a las seis
de la tarde, así que apuramos lo último de nuestros vasos y emprendemos la retirada.
Él, con una breve sonrisa diciéndome que le ha hecho bien hablar de su libro y
de los demonios que fraguaron su escritura, y yo feliz por la misión.
Nota: se ha recurrido a fotos de archivo
porque no existen registros de este encuentro.
1 comentario:
En verdad muchas de las cosas que dice Edison son reales, partimos desde nuestros encuentros diarios de vida, decepciones, amarguras y locuras, siendo la escusa desdibujar nuestras ideas desde lo irreal y plasmarlo en algo que defina el estado de ánimo, no importa si son historias importadas, por situaciones que percibimos y conversamos, desde el rasgo de las primeras emociones se va identificando la realidad del quien lo escribe, en la obra de Guillermo Cansino (El Edison), en su libro Des-habitado se denota la aventura de su lenguaje al expresar sus miedos y sentimientos trágicos no sé pueden ser vividos, pensados o encontrados en cualquier esquina.
El manejo del lenguaje que realiza Guillermo Cansino (El Edison), es una buena opción para identificar e identificarnos, por las razones experimentadas a destiempo o a tiempo como se lo defina, construyendo desde su casa en la cabeza, como lo cita en la entrevista un embrujo de realidades que busca recoger en la memoria de los otros sus propia definiciones.
Reconocer que existen talentos suburbanos que viven en la clandestinidad y expresan desde su boca discursos sublimes que se los lleva el viento, nos encontramos que la difusión y el apego a lecturas de escritores nacionales son nulos o casi no se habla de estas cosas.
Reconocer que existen libros de escritores con renombre que son exigidos sus lecturas en las instituciones, pero más allá de esta inapropiada versión reconozco que existen una diversidad de voces nuevas con un alto valor estético, y teniendo la necesidad de ser leídos y criticados (palabras textuales de la entrevista que me gusto mucho).
Al final reconocer que Edison o Guillermo Cansino, como se lo nombre, ha logrado cautivar con sus expresiones y discursos a muchos de sus coterráneos que con premura nos exaltamos al saber que la vida le ha dado la oportunidad de expresar sus sentires de una manera directa, real y urbana, como se lo conoce sin ataduras en sus alas y con pasión en sus dedos, al seguir dibujando sus letras que al final han dejado las calles para transportase al imaginario de la contribución a la literatura ecuatoriana.
Alfredo Calderón.
Cotacachi
Algún día de Septiembre después de una mala noche.
Un abrazo amigo.
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