lunes, 19 de abril de 2010

Una revista que da pelea


La persistencia y autocrítica para una revista es parte fundamental en su continuación, Fotograma, la revista de cine pionera en Manabí, lo está logrando. De a poco empieza a posicionarse como un medio alternativo que tarde o temprano llegará al lector del país, no para pasar fugazmente sino para quedarse.

Este segundo número además de aumentar más páginas, incorpora a su staff a críticos que ya han logrado hacerse de un nombre dentro del panorama cinematográfico de Ecuador.

Celebro su editorial frontal, ante la necesidad y justificación de continuar con un proyecto comunicacional que, en las condiciones socioculturales de nuestro país, es todo un reto. En lo personal -y sin desvalorar los aportes del resto de colaboradores- me quedo con los trabajos Avatar, no sólo el filme más caro de José Montalvo (excelente crítica) y Weewrasthakul: los pasados del presente de Christian León (esta es la guía que el lector interesado en el cine urge).

Si aún no han llegado a Fotograma háganlo, es una revista que no decepciona.

jueves, 15 de abril de 2010

“El resto lo ponen los personajes”

Portada de la reedición


El enemigo necesario ya fue noticia casi exclusiva en el 2007 para un buen grupo de relacionados a Marco Martínez Zúñiga (Guayaquil, 1979). Ese año su autor nos anunciaba que su novela, la primera oficialmente (aunque algunos privilegiados ya hubiéramos conocido Patéticas formas de evasión, que jamás se publicó y su autor terminó borrando de su bibliografía inédita) ganaba un importante concurso a nivel nacional. Ese mismo año apareció públicamente el Martínez Zúñiga novelista, que venía gestándose desde la clandestinidad hace un buen tiempo.
Ahora no nos sorprende con un trabajo nuevo, sino con la reedición y corrección de su ópera prima. Logramos contacto con él para conocer -aunque brevemente- más de esta versión más depurada de El enemigo necesario.


El 2007 fue un año clave para ti, ganaste el “Medardo Ángel Silva” con tu novela El enemigo necesario y lograste llegar a un buen grupo de lectores, por eso ¿qué necesidad has tenido al publicar esta segunda edición de tu obra?
Corregí un montón la novela y tenía varias ideas sobre la portada y los interiores de las páginas. Quería ver la obra publicada con todos estos cambios.

A diferencia de la primera edición (publicada por el Ministerio de Cultura) esta segunda es de autor. ¿Qué tan difícil es para un autor novel ser acogido por un sello editorial en nuestro país?
Hay muchos factores en juego: tener contactos, tener suerte y (por supuesto) tener talento y ganas.

Tres años desde que El enemigo necesario se publicó. ¿Qué ha dicho la crítica del país, cómo ha visto y aceptado tu obra?
No hubo mucha difusión en los medios. La mayoría de los comentarios que he escuchado son de los amigos a los que tuve oportunidad de darles una copia.



El entrevistador, Marco y Gloria (su esposa)


¿Te consideras un escritor exigente y obsesivo con tus escritos?
Reviso quinientas veces lo que escribo. Hay demasiadas cosas publicadas como para querer escribir algo que no me guste y me emocione de verdad.

¿Qué tan importante es la economía del lenguaje en tu obra?
Como dice uno de mis personajes: “No decir frases innecesarias, no hacer movimientos inútiles”.

En algún momento dijiste que jamás planeaste escribir una novela en plan sexo, drogas y rock n’ roll, pero todos estos elementos conviven en tu obra, desplazándose en una realidad marginal llevada al límite. ¿Qué motivos fueron la raíz de El enemigo necesario?
En realidad escribo sobre relaciones interpersonales. El resto lo ponen los personajes.

En esta nueva edición citas a varios poetas ecuatorianos contemporáneos a ti. ¿Se trata de una especie de tributo a tu generación?
Son escritores que me gustan. Inevitablemente, el que sean de acá y tengan más o menos mi edad hace que sean muy significativos para mí.

Como uno de tus lectores esperaba, después de tu primera novela, un segundo trabajo. ¿A qué has dedicado tu tiempo creativo?
Estoy escribiendo otra novela, pero es mejor no adelantar nada.

Un premio a cuestas siempre es boleto para publicar en revistas; aparecer en antologías; codearse con la “nata” literaria del país, pero en tu caso te has mantenido al margen de todo esto. ¿Por qué?
No tengo todavía nada nuevo que publicar. Además, las cosas caen por su propio peso, ¿no?

jueves, 1 de abril de 2010

Hugo Mayo desde la metálica luminosa


Escribir sobre la vida y obra de Hugo Mayo (recordemos que ya lo dijo en su momento Rodrigo Pesantes Rodas: “Miguel Augusto Egas Miranda ha muerto, no así Hugo Mayo”) puede resultar poco novedoso, sobre todo cuando varios estudiosos y analistas de la literatura de nuestro país han legado trabajos desde ya referentes obligados.

Con este panorama de fondo aparece La metálica luminosa (K-os editorial, 2010) de Freddy Ayala Plazarte (poeta constantemente destacando en su oficio) un libro que además de recordarnos -para quienes en algún momento nos acercamos a su poesía y biografía- el contexto histórico-social-cultural en el que irrumpe la poesía de Mayo, la incomprensión de su obra en un tiempo de creación modernista y romántico, la comprensión y valoración encontrada en otros países, sus amistades con poetas internacionales de su época (que al igual que él sufrieron el rechazo y luego la aceptación y exaltación de sus trabajos), sus anécdotas más comentadas (cuando su libro El zaguán de aluminio “desapareció” de la imprenta) y aquella aptitud por mantenerse fiel a su poesía que lamentablemente no fue pensada para los lectores de su tiempo, sino para los del futuro, plantea un dato curioso: Hugo Mayo a pesar de enrolarse en las filas del dadaísmo y el surrealismo, no estuvo influenciado por la obra de los poetas insignes de esta corriente literaria.


El autor autografiando uno de sus libros

Ayala plantea que Hugo Mayo jamás imitó a ninguno de sus contemporáneos, que desde otras geografías daban nombre y clasificación a sus textos, lo de él fue un acercamiento ideológico más que de emulación literaria (“[…] Mayo no tiene un conocimiento cabal de las poéticas de sus contemporáneos europeos […] conoce solo sus manifiestos, postulaciones y por esta razón es afín a sus principios”). Por eso su poesía fue rebeldía en estado natural, con causa y premeditación. Y es aquí donde radica la importancia de este ensayo, más allá de todo cuanto se sabe de la vida y obra de este poeta mantense (olvidado e ignorado por muchos, y recordado y palpitando en pocos).

El punto más alto de este ensayo se centra en los análisis a los poemarios El zaguán de aluminio, Chamarasca (los libros claves de Hugo Mayo) y Oxidación (conjunto de poemas recopilados de revistas editadas entre los años 20 y 30 y que hasta la fecha se ha publicado como libro individual). De igual forma la breve selección poética de estos tres libros. Y dos entrevistas realizadas al poeta en la década del ochenta (donde destaca la de Carlos Calderón Chico).

Así La metálica luminosa, se presenta y desarrolla como una obra didáctica que busca acercar, de una forma resumida, quien fue Miguel Augusto Egas (mantense radicado en Guayaquil, hermano de José María Egas: poeta romántico insigne de su época) y como llegó a ser y permanecer como Hugo Mayo (origen de su nombre, búsqueda poética), a una juventud -y también otros no tan jóvenes- que ignora a sus valores literarios.

Este libro se estará presentando el miércoles 7 de abril, a las 19h00, en la sala Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura ecuatoriana. Comentarán la obra los escritores Diego Velasco Andrade y Raúl Serrano Sánchez.