miércoles, 30 de noviembre de 2011

APUNTES SOBRE SAUL BELLOW



Por Sam Scholl

La conciencia dogmática judía de Saul Bellow, tiene el poder de desentrañar el pensamiento del hombre urbano, muchas veces extraviado en el tumulto insensato de la cultura de masas, la pornografía y el soma religioso.

Su naturalismo afirma el valor de la vida de cada individuo como centro de múltiples potencialidades cósmicas que le da el carácter de único e irrepetible.

En esta novela casi autobiográfica, el protagonista Augie March, se identifica con la segunda y tercera generación de judíos americanos que se ven constantemente enfrentados al desafío de ser asimilados por la sociedad blanca y protestante americana.

Y mientras Augie March escribe su vida, el lector experimenta una catarsis en la que descubre todo lo verdaderamente bueno y noble de este mundo, aunque en forma penosa y lamentable, todo se encuentra rodeado de miseria, derrota, pobreza y mezquindad en el intelecto y costumbres de las demás personas, que no terminan nunca por comprender lo que significa ser un verdadero y cabal ser humano.

Augie March escribe porque busca un significado a su vida y que este conocimiento le permita defenderse de todos los obstáculos de la vida al tiempo que le permita disfrutar de un destino acorde con sus talentos e ideales.


El secreto de March para sobrevivir a todos estos avatares de la compleja realidad que lo rodea es ver a todo mortal que se le acerca, como una increíble oportunidad para aprender algo, que le permita mejorar y completar su educación.

La sentencia de Heráclito de que "el carácter del hombre es su destino" es desmitificada por el relato de March donde son los hechos que componen su vida los que definen su carácter, de tal suerte que Augie es a la vez criatura y víctima de su tiempo. Es el destino de Augie el que determina su vida.

Al terminar de leer esta maravillosa novela, el lector se queda con graves interrogantes en el cerebro: ¿es posible presentar la historia objetivamente? ¿son los hombres más astutos y ambiciosos los que gobiernan la historia? ¿es América el nuevo edén o simplemente el fruto de la depravación innata del hombre? ¿es el hombre moderno un muñeco vapuleado por las fuerzas de la historia que lo llevan y traen desde el existencialismo hasta el determinismo?

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