El propósito que logran las muestras literarias, sean poéticas, narrativas o dramatúrgicas, es el de acercar el compendio de estas distintas voces a un público que muchas de las veces desconoce que existen. Que sus obras existen, que existe su propuesta literaria circulando desde los bordes o gestándose desde la clandestinidad más silenciosa posible. Recientemente me encontré con dos de ellas que dan un breve reflejo de lo que sucede, poética y narrativamente, en Ecuador.
Minimal II, cuento breve (Efecto alquimia, 2011) es la primera de estas muestras, la que reúne a 16 narradores -talleristas de la Casa de la Cultura de Quito- cuya única afinidad quizás sea el compartir entre ellos sus textos, el leerse y analizarse con desenfreno, porque sus mínimas obras se alejan unas de otras.
Diana Herrera (Pero existió…, Solo por ti) Enver Álvarez (La máquina de escribir) Santiago Vásconez (Cocina, Princesa de cartón) Giovanni Rueda (El turno) y Andrea Martínez (El facebook) son los autores que me atraparon con sus historias.
Imaginarios (El Quirófano ediciones, 2011) es la segunda muestra, que reúne a 12 poetas. Muchos de estos autores sin la necesidad de aparecer junto a otros, porque ya están posicionados, han logrado hacerse de lectores y sus obras empiezan a darles un merecido espacio (aunque silencioso) dentro de la poesía nacional.
Destacan de esta edición bilingüe, español-francés, Luis Alberto Bravo, Siomara España, Augusto Rodríguez, Andrés López Rodríguez, Dina Bellrham, Adolfo Santiestevan López y Giovanni Bayas. Sin embargo habría que estar pendiente de nombres como Beatriz Viteri Garcés, Xavier Hidalgo, Laura Nieves, Lis Quezada y Lucero Llanos Orellana, talleristas de El Quirófano.
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