El libro de cuentos: “Del otro lado de la ventana” y el poemario “Voy hacia mi cuerpo” del escritor, poeta, periodista y docente de la UPS oriundo de Guayaquil, Augusto Rodríguez, en conjunto con el Centro de Investigación de la Teoría de la Comunicación de la Escuela Guayaquileña (C.I.T.C.E.G) de la Carrera de Comunicación Social, sede Guayaquil como corolario de la apertura del Área de Lenguaje y Literatura, y en conjunto con Ediciones Altazor y Ediciones Letra en llamas de Perú presentarán el libro de cuentos y el poemario el próximo miércoles17 de agosto en el aula magna a las 19:30. Hará la presentación de los libros el Director de la Carrera Lic. Patricio Rosas.
Comentarios sobre la poesía de Augusto Rodríguez:
“El beso de los dementes” es violencia pura y hermosa, cincelada como la piedra de una joya rara. Una sinceridad brutal y precisa, bella y dura recorre estos poemas en prosa, esta suerte de diario de la desesperación transmutada en metal nobilísimo, enfrenta el tema de la muerte para que sepamos la buena nueva de la vida. El lenguaje de Augusto Rodríguez impone sus manos sobre el rostro de la verdad y, como la mejor poesía, hace que resucite lo amado.
Rafael Courtoisie
Montevideo, Uruguay
He leído los últimos libros de Augusto Rodríguez. Me parecen tan diferentes a otros autores de su generación que me permití sugerir la inclusión de su nombre en una antología de poesía ecuatoriana que se publicará en el extranjero…
Jorge Enrique Adoum
Quito, Ecuador
Aquí está Augusto Rodríguez: Rápido y maldito, chispeante y justiciero, sensible y escéptico, fatalista y pop, más comunicativo que una web y puentes trasatlánticos, enérgico y de ternura solapada, pero sobre todo, original y fresco. Un poeta ecuatoriano para leer de mañana, como un café fuerte que nos deja levitando todo el día.
Antonio Skármeta
Santiago de Chile
Augusto Rodríguez escribe con rabia e ironiza con dolor. Dando otra vuelta de tuerca al malditismo dirty, nutriéndose de un escepticismo no por radical menos romántico, cada poema de este libro es una respiración ansiosa, un animal contradictorio. Todo lo que hay de extrema venganza en ellos, lo hay también de amor desolado, de emoción superviviente.
Andrés Neuman
Granada, España
Barridas por los fogonazos de las imágenes, las palabras que baraja en su despeñadero Augusto Rodríguez nunca llegan a posarse en el suelo. Hay un tono encendido. Hay algo arrasador en la secuencia de visiones, en el modo de enumerar, en esos sucesos que se imbrican conformando el puzzle de una pesadilla: “El hombre es una cabeza rota que se incendia por dentro y por fuera… El hombre es una cabeza que se incendia y que no puede apagar el infierno que lleva dentro (…) La palabra es un cuerpo enfermo que siempre expulsa frutas quemadas”. En la nueva apuesta de Augusto Rodríguez, la voz habla desde el centro del alud para hacer el relato del naufragio cotidiano. Hay vehemencia y lenguaje de riesgo -elementos infrecuentes en la poesía de hoy- en esta poesía cruzada por el relampagueo de las visiones.
Jorge Boccanera
Buenos Aires, Argentina
Las prosas poéticas de “El beso de los dementes”, tienen como eje temático a la figura paterna y son páginas trabajadas con verdadero oficio, cuidadosamente labradas sobre una verbalidad cadenciosa, es decir provista de ritmo versal, el que adopta una pulsión ansiosa cuando el poeta trata de revivir al padre muerto a través de la palabra. Un cordón umbilical de trasvases angustiosos parece unir al padre con el hijo, de manera indefinida: trasvases de sangres, pero también, trasvases de afectos extraños pero auténticos, demostrativos de una forma de amar “más allá de la muerte”.
Sonia Manzano
Guayaquil, Ecuador
Augusto Rodríguez (Guayaquil, 1979) trabaja lo que se podría llamar poesía urbana, donde la voz poética es polifónica. Ha creado, a la manera de Bukowsky, una poesía con visos desde lo marginal hasta lo escatológico. Es una voz desacralizadora, punzante, que casi no admite lo amoroso, excepto frente a la declaratoria de amor-odio con la figura del padre. Un estupendo manejo de la poesía en prosa ha hecho que Rodríguez se consolide como una voz significativa en la producción poética ecuatoriana.
Xavier Oquendo Troncoso
Quito, Ecuador
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