Danza de callejones (CCE Chimborazo, 2011) de Ives Cadena, es un poemario que se deja leer sin complicación.
Poesía a la que le sobra inocencia y le urgen mayores riesgos que la aventure por terrenos de malicia. Alejarse del lugar común es una regla básica para no olvidar.
Sin embargo, este trabajo, posee dos momentos que resultan inolvidables, como estos versos:
Primero pensé que no podía vivir
sin hacer el amor
luego imaginé que sería bueno
no hacerlo solo contigo.
(Hagamos la limpieza, p. 17)
Capaz de proyectar una irrevencia hacia la costumbre del amor y su ritual.
Asimismo el poema Aquello que no pude cambiar, donde la voz poética nos narra su pasado tormentoso, aquel donde un tío sodomiza al sobrino y el odio va contra una madre pasiva y silenciosa y unos recuerdos que regresan cada cierto tiempo para enloquecer al narrador.
Danza de callejones evidencia a un poeta que tiene hambre de decir y en ese proceso esperamos que sus próximos trabajos digan más.
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