martes, 4 de diciembre de 2012

Luis Franco: “La literatura es memoria y Santa Elena escribe la suya”

Cali Rodríguez, Luis Franco y Javier Lara.


Santa Elena, aquella provincia jovencísima de la Costa ecuatoriana, se volvió un punto referencial para la poesía Latinoamericana: SumpaVive y Marejada, dos festivales que reúnen a muchas voces poéticas destacadas y a quienes empiezan a visibilizar su obra.
Dos festivales que tienen un propósito fundamental: acercar la poesía a un público que ignora lo que se escribe y publica en el país, y a las voces que cada vez van incursionando para sostenerse en sus discursos.  
Luis Franco (1988), poeta y organizador, accedió a conversar con nosotros para saber qué hay detrás de estos dos festivales, cómo se organiza y por qué su continuidad.
Que la poesía, desde sus festivales, sea con ustedes.     

Saludos, Luis, la organización de un festival o encuentro de poesía demanda de mucha logística y un empeño en demasía, en este caso por la poesía. En este escenario ¿cómo surge la idea de crear los encuentros SUMPAVIVE y MAREJADA?
La idea de crear un espacio para la literatura no existe en Salinas, por eso abro la herida y dejo que sangre. La literatura es memoria y por eso la preocupación de que Santa Elena escriba la suya. “No es rentable”, me dijeron los gobiernos sectoriales la primera vez  que fui a pedir que se les diera hospedaje a los poetas, cosa que se me negó luego de pendejearme repetida veces. Entonces me cabreé y la idea fue revólver.

Poetas invitados al SUMPAVIVE  2012.



¿Qué objetivos te has trazado en la organización de estos dos encuentros que han empezado a ser dos puntos referenciales para muchas de las recientes voces poéticas del país y de otros lares?
SumpaVive es un festival capaz de exponer las voces más representativas, cosa que no pasa con Marejada que busca dar un espacio a los trabajos de los nuevos rostros. Mas, los dos encuentros son conscientes que hay que educar al pueblo por, para y en la Palabra. No existen objetivos planteados de forma específica, las necesidades se descubren cada año, cada mes; las respuestas vienen solas, se trazan metas.

Las redes sociales han visibilizado a muchas voces que hasta hace poco eran desconocidas dentro del panorama de la poesía ecuatoriana ¿Cuánto han ayudado las mismas para demarcar un mapa poético clave para un festival?
¡Oh!, si no fuera por toda esta cartografía digital poética no sé qué diablos sería de Salinas como punto de encuentros literarios. Javier Lara Santos y otros amigos poetas que han apoyado mucho en este aspecto, de hecho SumpaVive y Marejada sobreviven por esa acción solidaria y generosa de los desconocidos.


Fernando Escobar, Luis Franco y Juan Carlos Cucalón.



¿Cuáles han sido los momentos más altos de ambos encuentros?
El momento que conocí [en el primer encuentro] a Víctor Vimos, Santiago Vizcaíno, Javier Lara Santos y Walter Jimbo supe que esto iba de largo. Sin embargo, creo que existen dos momentos claves y que han quedado, hasta hoy, en el corazón de los peninsulares: Espuma y Valenka [Vimos] y Segunda Navidad para Rimbaud [Rodríguez]. Los jóvenes estaban estupefactos, no pestañaban; para ellos la poesía era amor y paz. Ellos cosieron la guerra.

¿Qué queda después de un encuentro? y ¿Cómo ayuda a cada uno de los invitados?
¿Qué queda después de un encuentro? Nada, todo es despedazado. ¿Acaso uno deja que el alimento se pudra? Se lo consume lo más pronto que se pueda. Sea lo que fuere, lo único que queda son las ganas de vivirlo nuevamente. Eso pasa con todos, con los invitados más.
 

Christian Avecillas, Santiago Vizcaíno y Luis Franco.



Para quienes desconocen ¿Cómo se vive un encuentro de poesía tras bastidores? ¿Cuánta experiencia y sugerencias quedan al final?
Hay algo que me queda muy claro en todo esto: TODO O NADA POR LA POESÍA. Es complicado, agitado, cansado, estresante, lo sé y admití eso cuando culminó el I SumpaVive, pero lo que gratifica es saber que se está educando a un pueblo. Como organizador debes de controlar que nadie se salga de sus casillas, que nadie se pierda, que nadie falte, que todos estén a la hora precisa, es decir, te conviertes en un párvulo que guía a los chiquillos a un precipicio. ¿Sugerencias? No creo que pueda darlas, todo lo contrario, acepto las sugerencias para mejorar el Sumpa y el Marejada. Sé que se está cociendo algo bueno. ¡Buen provecho!    

En una revisión gráfica de quienes hasta la fecha han sido convocados a los encuentros que organizas, me llama la atención ¿Un encuentro se vuelve una excusa de socialización entre amigos y también enemigos?
No hay excusa, para una familia no existen excusas de socialización, tampoco enemigos. Somos palabra: UNO.

Finalmente, y en un plano más personal ¿Cómo le va a tu poesía? ¿Cómo le va a la poesía de Santa Elena?  
¿A mi poesía? (risas). Recién publiqué un pequeño poemario [Ángeles Sodomizados – Grilla del Éxodo] que presentó, amablemente, Juan Carlos Cucalón [Tío QK] en la FIL GYE, generosamente prologado por Javier Lara Santos y comentado por algunos grandes amigos. Aunque lo único bueno que usted encontrará ahí son los comentarios y el prólogo: se armó. Pero en Santa Elena se está viviendo un poco más este ambiente poético, rescato nombres como el de Ana Sigüenza, Cristopher González, etc., que están sobresaliendo. Ese es el fruto, por eso los brazos nunca se caen, se le mete garra, fuerza. Sé que mañana Santa Elena será un polo, digo, lo es. 

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