jueves, 15 de marzo de 2012

El fin del escritor sufrido



¿Cuántas veces es capaz de cuestionarse un escritor al respecto del oficio elegido? ¿Será acaso que sus dudas recaen en la inseguridad y no creencia en lo que escribe? ¿Acaso “ser escritor” ha sido solo una etapa más de su veloz, alucinada y descontrolada vida? Es divertido cuando uno se va encontrando en el camino (llámese redes sociales, conversaciones, pláticas alucinadas a breves, y demás) a estos ESCRITORES. Y es divertido, no porque representen la mofa, si no porque en el fondo van denotando su escasa seriedad, ese no tomarse en serio, ser una simple broma.

Hoy al escritor sufrido hay que apalearlo. Sí, así con crudeza, sin nada de consideración a las representaciones emo. Que los lloricones queden al margen, que dejen de escribir, que quemen lo poco que han hecho, que se suiciden.

Recuerdo que en el pasado habitó en mí un enclenque al que la congoja era su guarida. Hace diez años lo vi por última vez flotando en las putrefactas aguas del río Burro. Ahora es un recuerdo divertido. Pero ese yo de mi pasado fue prudente, silencioso en su padecer. Hoy, allá fuera, desde una pantalla, en un bar, están los escritores que dudan serlo, que lloran con cada palabra, y que lo cantan al mundo, ese mundo digital y carnal, al que no le importa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se loco el escritor sufrido es quien eligio ese y solamente ese trabajo como suyo es sufrido porque no tiene que comer ni como pagar cuentas a diferencia de algunos emos que lo son solo por lamparosear...

PD: Soy Jose Nuñez del Arco a ver cuando para hacer otro proyectito
:3