miércoles, 7 de febrero de 2007

Una balada cinéfila




Y eso de frecuentar salas de cine, pasear en el parque recién remodelado, asistir a la discoteca de moda, ir elegante a la fiestita y compromiso familiar, desgastarse en docenas y veintenas de baladas que dizque hablan de ambos, es algo que evitamos hacer.
Nada más conmovedor que una balada rock, sin el lloriqueante trasfondo para arruinar la canción y letra. Y eso le voy diciendo a Noemí, mientras subo el volumen del televisor, acomodo su cabeza en mi hombro y nos alistamos a disfrutar de los film’s adquiridos, aunque nuestra escena se asemeje al cartel promocional de La balada de Jack y Rose, pero eso es lo de menos ante nuestra inmensa realidad y la estrecha –por la reducida pantalla del Tv.- ficción.

1.- La balada de Jack y Rose: de Edipo y amantes
La balada de Jack y Rose (2005) de Rebecca Miller, es un film, más que excelente, crudo y transgresor, que enfoca uno de los pocos temas usualmente vistos en el cine que no tenga relación con lo pornográfico: la estrecha relación padre e hija. Un drama que a más de una madre conservadora pondrá los pelos de punta (por el “amor” que la hija pretende hacia el padre), aunque la directora apunte más allá con su drama, al pretender crear una historia llena de amor paternal en extremo –con las desviaciones escritas al inicio- y reflejo de la vida libre sin las ataduras económicas ni urbanas, como las que se niegan sus protagonistas.
Jack (interpretado por Daniel Day-Lewis, actor de intenso dramatismo) y su hija Rose (interpretado por la bella y sombría Camilla Belle) conducen la trama, dentro del espacio geográfico atentatorio a su acostumbrada forma de vida (no sexual, sino residuos de hippie), a un final de aparente desesperanza para sus protagonistas. La música en el film –así como también lo logró la película Una canción de amor para Bobby Long- logra transportar al espectador toda la carga psicológica y emocional de sus protagonistas, algo que pocos filmes suelen lograr.
Un largometraje estadounidense excelente -como pocos-, que no defraudará al espectador ansioso de tramas inolvidables y personajes alentadores, a pesar de los encuentros cercanos con la muerte a los que se acerca el film.

2.-El secreto de Vera Drake: la ayuda criminal
El secreto de Vera Drake (2004) de Mike Leigh, es un drama europeo (inglés para ser más precisos) de gran calidad. Tanto por la historia como por la excelente interpretación de su protagonista. El espacio geográfico, y la sociedad desde sus dos extremos: la burguesía y el proletariado, son los perfectos escenarios para que el personaje principal pueda desarrollarse libremente; así lo sugiere el film y así lo confirma Vera Drake (interpretada por Imelda Staunton, una actriz que logra sobresalir en su papel) al vincularse entre estos dos sectores: uno donde es una comprometida sirvienta y otro donde es la madre ejemplar salvaguardando a los suyos, pilar esencial de la estructura familiar que ha creado. Aunque esa conexión provenga de un ligamiento clandestino e incomprensible de aceptar.
Una película sombría desde todo punto de vista; sus personajes trágicos, prejuiciosos, alarmantemente asombrados del necro oficio de Vera Drake, que ella ejerce como una más de sus acciones en mejora y ayuda de los demás. Y mientras la apacibilidad es lo que gobierna a la protagonista en casi todo el film, esa ruptura logra darle toda la intensidad al largometraje cuando se sabe descubierta y penalizada por la ley que está en contra de la práctica del aborto.

3.- La chaqueta: los juegos de la mente
La chaqueta (2005) de John Maybury, es un thriller de interesante trama. Si bien las analogías con filmes anteriores como El efecto mariposa rondan el tema de fondo, donde la mente crea vidas y realidades alternativas, encontramos en esta película la particularidad sobresaliente en cuanto al suspenso con el que se desarrolla la historia y la calidad actoral de su protagonista.
Jack Starks (caracterizado por Adrien Brody, actor que ya dejó su huella en el cine mundial al protagonizar El Pianista de Polanski) es el personaje principal de este desquiciante –lo es para el personaje- film, donde la locura y la incomprensión se mezclan para crear un mundo incomprensible a los ojos del razonamiento. El tiempo y el espacio, son claves en la trama de la película, puesto que estos son la vía que conducen al desarrollo y conclusión de la alucinante historia. Demostrando una vez más que la mente es capaz de crear y mantener, aún en el último estado vital, un perfecto mundo a donde poder quedar atrapado para siempre.

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