Tal vez aún envidiemos de las grandes ciudades del país librerías completas -para quienes necesitamos la lectura para continuar en el camino vital-, pero lo que estamos seguros es que con la creación de este nuevo espacio, donde cine no comercial y alternativo es lo que muchos estábamos esperando hace tiempo, hará que el interés por este arte cobre mayor fuerza en la población mantense.
Para quienes creíamos que el cine comercial acabaría y sepultaría nuestras ansías de cine de calidad, alejado de estereotipos y absurdos, pues este espacio es el mejor reconfortante (especie de calmante ante carteleras desencantadas que intentan atragantarnos visualmente, y por ende estropearnos las ideas con argumentos triviales) para empezar la tan ansiada educación cinematográfica de la que tanto han hablado –y escrito- personas interesadas en este arte en la ciudad.
Las excusas son mínimas entonces (para no acercarse a esta alternativa cinéfila), primero porque al contar con este espacio lo más seguro es que el interés del público aumente, así como el interés por inmiscuirse en esta creación; estudiantes universitarios –de la ULEAM, para ser específicos- ya han venido dando los primeros pasos: primero impulsando a la creación de cortometrajes para posteriormente hacerlos concursar entre ellos. Es un estímulo que de seguro ahora contará con el apoyo del Museo del Banco Central, esto si es que aún los estudiantes no han perdido las esperanzas.
¿Cuán necesario el MACC Cine en la ciudad? diríamos que muy necesario, porque los largometrajes, cortometrajes y documentales que se expongan en esta sala no pertenecen –en su mayoría- a productos comerciales (que sí los hay excelentes, algunos) o lo que vendría a ser lo mismo hollywoodenses. Se ha abierto un espacio necesario para todo el público ansioso por adentrarse en este arte –y eso que esto ya se ha repetido hasta el hartazgo-. Las carteleras llaman, la calidad actoral y sobre todo las historias con argumentos salvadores (que nadie me diga que después de una película de Chaplin no ha visto el entorno con otros ojos). Entonces ¿Cuán necesario el MACC Cine en la ciudad? muy necesario, más de lo que se creería para que en los próximos años ya podamos hablar de un verdadero público cinematográfico en la ciudad (tal y como ocurre en algunas otras ciudades del país) que sepa valorar los productos europeos, asiáticos, norteamericanos, latinoamericanos y sobre los ecuatorianos.
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