domingo, 12 de diciembre de 2021

Escritor de catálogo

En un tiempo donde escribir para un catálogo, cuando se reconocía las reseñas de las prendas de vestir, cuando existían lectores encantados con la redacción ajena, cuando los editores hacían su mejor trabajo, era esa profesión que se presumía con entusiasmo, porque pensar, escribir, reescribir desde la experiencia tras vestir y usar ropa de diseñador, no lo hacía cualquiera.

¿Ahora podría ser posible tal consideración para un escritor de catálogos? creo que sí, todo depende de diseño y redacción, porque a nadie le interesa la simple experiencia del escritor, porque hace falta revestir de elementos que atrapen al lector, que sientan la “magia” que se describe, que se internen en ese mundo que por más frívolo que pudiera presentarse, posee un atractivo que motiva a conocerse.

 

Elaine, desde Seinfeld, no solo desarrolla un papel como escritora de catálogo, también sus conocimientos en el ámbito de la edición, le permiten entregar un producto lo más depurado posible. Hay experiencia en su trabajo, pero una que intenta universalizarse, llegar al lector que resultará convertido en cliente (porque se intenta vender un producto, ese es el objetivo).

Y sí, una cosa es volverse un escritor de catálogo: pensar, escribir, borronear y reescribir a partir de productos específicos. La otra es ser un escritor en catálogo, aquel que consta dentro de la lista de obras de una editorial.

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