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domingo, 10 de julio de 2022

Textos sin firmar


 

Uno marca distancia con textos que no desea firmar porque a veces no busca vinculación con la obra a publicarse, porque no es lo mejor que se haya pensado y escrito y que tarde o temprano dará vergüenza reconocerse desde ese pasado compuesto de palabras. Tal vez porque una transacción comercial de fondo ha determinado que la autoría pertenezca a otro. Decisiones que, en todo caso, el autor sabe aceptar o descartar para su beneficio.

Desde hace quince años he escrito sin firma textos para prólogos, contraportadas, resúmenes, introducciones. Varios de esos textos pasaron sin gloria dentro de los lectores, otros (poquísimos) fueron elogiados para beneficio de sus “autores oficiales”. Lo que está bien, porque aquellos textos dejaron de pertenecerme desde que entregué la autoría a alguien más.

Nunca he reclamado porque estos textos se muevan con nombres distintos, al contrario, lo celebro. Con los años aprendí a ser responsable de firmar solo lo necesario: textos que al releerlos me recuerden que aquello analizado y exteriorizado fue una excelente apuesta al cual vincular mi nombre.  

sábado, 12 de febrero de 2022

El efecto de la antimateria


 

Una canción, ciento de canciones. Una idea que al principio está clara y brillante y luego, con los minutos se va volviendo borrosa hasta extinguirse. En las mañanas, antes de que el sol arremeta contra la puerta y la ventana y me alcance su incandescencia, pienso en que es la hora, que el momento es el adecuado, porque habita el silencio, porque nadie más alrededor susurra sus melodías personales y distractoras.

Una canción, cientos de canciones. Melodías que han ambientado cada madrugada durante varios años. Ritmos desesperantes para todos, menos para el oyente asiduo. Un conjunto de sonoridades que arrastran al pasado, que hablan de todas las pérdidas, de la redención que no llega. Un escenario que se ha buscado con ansia, porque desde ahí se trabaja, porque ese es el telón de fondo que no se anhela cambiar.   

Una canción, cientos de canciones. Un teclado que soporta el arrebato enfurecido y desesperante, el ritmo caótico de una metralleta que va estampando y perforando una página en la pantalla, que va dejando una herida de oraciones incoherentes, de frases que no tienen sentido, de palabras que se van juntando con el propósito de un manifiesto personal que es algo así como la traducción de la canción de turno.

Una canción, cientos de canciones, o el efecto de Antimatter.