La poesía erótica es la poesía de los sentidos. De las
formas. De las sensaciones que el cuerpo denota para con otros e incluso para
uno mismo. Poesía, cuerpo y emociones. Una trilogía que abarca distintas
manifestaciones en el proceso constructivo. Pero también, y más allá de los
clichés a los que el lector está expuesto cada día, la poesía erótica se
construye sobre una base común: el amor.
El amor para las decisiones más eróticas que
sobreviven en la literatura. El amor para arremeter contra otros cuerpos. El
amor para sucumbir al deseo. El amor para construir y destruir pasiones.
En esta base, donde el amor es la fuente de todo paso
hacia la redención de los deseos corporales, se ha escrito En el aire hay sexo (edición de autor, 2018) de María Fernanda
Portés (Guayaquil, 1988). Un poemario donde el amor habita cuerpos, cuerpos que
se aman con pasión; donde la vergüenza es solo una palabra a la que no se
recurre, porque estorba.
Una poesía sencilla, que dice y describe las sensaciones.
Una poesía que tributa al cuerpo, a las fauces que lo engullen. Que enaltece el
lado oscuro de los amantes, que deja aflorar la voz soterrada que piensa en
otros sudores, en otros movimientos, en otros destellos. Una poesía que devela
los pensamientos de una voz poética que expira deseo, que anhela con
desesperación una posesión.
Pero, contradictoriamente, los mejores versos de este
libro, son los que no hablan del cuerpo, los fragmentos donde no se describen
escenas eróticas, donde otros elementos hablan de la importancia del amor, como
el tiempo de los amantes; el olor de los amantes; las palabras de los amantes;
el silencio de los amantes. Todo un escenario que deberá considerarse en el
futuro.
Un poemario que destaca en su forma, un trabajo
exclusivo para todos y todas aquellas cazadoras de experiencias corporales. Un
libro donde los sentidos son descritos sin censura, en su más amplia y
desconcertante crudeza. Así las ilustraciones que lo componen, reafirman la
propuesta erótica que se plantea, una normalizada donde un hombre y mujer
cumplen el rito del amor. Donde un gemido se cobija en los brazos
contemplativos de un amante modélico.
Kenia Gil, María Fernanda Portés, Tatiana Mendoza y Natalí Romero Torres. Dialogando sobre poesía erótica. |
Hay sexo, pero uno que no deviene de un anhelo
fetichista descontrolado, porque lo que contienen estas páginas es el discurso
de la entrega total, sin restricciones; de humedades y penetraciones; de
disparatas y absorbentes acrobacias; pero todo con la venia del amor. A partir
de ahí el tributo a la carne y sus deleites.
(Texto leído en la presentación del libro “En el aire
hay sexo”, realizado el viernes 14 diciembre de 2018 en La Caverna, Manta)
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