Tres relatos son suficientes para que vuelvan a Del otro lado de la ventana (Altazor, 2011) de Augusto Rodríguez, una obra caótica (en el sentido existencial). Aquí, aflora la desolación humana desde distintas perspectivas, mostrándonos una realidad cotidiana, donde lo doméstico vibra con intensidad: alarmando y desvaneciendo toda esperanza emergente.
Los personajes de este libro se aferran al tedio, al desamor, a la resignación más dolorosa y que como bien lo dice uno de los títulos, termina siendo esa llaga funesta que carcome desde adentro.
Persiste un desencanto, en las historias ligadas a las tres tramas, que atrapa, porque Del otro lado de la ventana no hace más que convertirnos en voyeurs, conociendo los conflictos en torno a una piscina (que termina siendo un símbolo secundario en el relato homónimo) a una llaga que brota en la soledad, y a una fiesta donde el amor es el invitado principal.
1 comentario:
En Quito donde puedo encontrar este libro
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