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Eduardo Guevara Valencia, firmando un ejemplar de su novela. |
Eduardo
Guevara Valencia es un escritor que se mueve bajo perfil, que prefiere que su
obra habla por él. Lo suyo ha sido y es la publicidad y el marketing, profesión
que lo ha llevado a tener experiencias fuera de Ecuador, como vivir en Omán,
país asiático donde trabajó y conoció al que sería el protagonista de su ópera
prima: un Sultán cuya vida le resultó novelesca.
Residente
en la parroquia Mindo, vislumbró la posibilidad de juntar dos mundos disímiles:
Omán y Mindo, y creó un puente femenino: Melina, la aventurera protagonista de El
Sultanato de Mindo, su primera novela que nace con paso firme.
Lo
contacté a la distancia y mantuve un breve diálogo para conocer más de su obra
y las motivaciones de fondo.
Eduardo
¿cuándo y por qué surge tu interés de escribir una novela?
Conocí
al personaje principal en la realidad. En cuanto lo vi supe que era una persona
muy especial y a medida que más conocía sobre él y la historia de su país, supe
que era un personaje de novela. Años después lo junté a experiencias más
actuales y de pronto la historia estaba clara en mi cabeza. Después sólo fue
trabajar con las palabras.
¿Cuánto
en la novela ha surgido desde la vivencia del autor?
Bastante.
Lo que faltaba fue fácil imaginarlo.
Mindo,
España, Omán son geografías disímiles entre sí, solo emparentadas por el
recorrido de Melina ¿por qué?
Porque
la condición humana es la misma. Las diferentes culturas y la geografía solo
cambian la forma de expresar esa esencia.
Casi siempre las historias modernas se desarrollan en grandes ciudades ¿qué determinó que tu novela transcurra una buena parte en Mindo?
Mindo es una subcultura muy particular, sus valores, intereses, formas de vida provienen de la cultura dominante, pero acá se manifiestan exacerbadas, a veces primitivas. Y se desarrollan en un entorno natural, que sirve de escenografía dramática, dándole color y fuerza a las acciones cotidianas más simples.
Omán es un país árabe que puede resultar extraño para los lectores ¿por qué trasladar tu historia hacia allá?
Porque ahí nació la novela. Y quizás sea un atractivo diferenciador para el lector curioso y para aquellos de mente abierta.
Aunque no se trate en esencia de una novela política hay toda una lección de cómo funciona el poder tras el poder ¿qué buscaste al acentuar este tema en la trama?
Esa parte es tomada de la historia del país. Yo solo añadí algunas pinceladas literarias.
Traición, usurpación, crímenes sin resolver, pactos bajo la mesa… paralelismos del poder en Omán que se parecen a cualquier país suramericano ¿esta fue la intención?
Exactamente. Los hechos narrados y que tienen relación con tu pregunta, se repiten en casi todos los países dependientes. Es la historia conocida del despojo y el dominio económico y político. Casi siempre mediante la fuerza.
La novela transcurre en una época anterior al teléfono celular y redes sociales ¿hubiera funcionado igual la historia en este tiempo?
Creo que no. La revolución de las comunicaciones en el siglo XXI cambió la forma de interrelacionarse entre los seres humanos. Ubicarla en aquel tiempo pasado le da un halo de nostalgia a la novela, quizás también algo de misterio.
La música es también un elemento importante dentro de la historia ¿a qué se debe el interés?
El arte es uno de los temas que explora la novela, en diversas expresiones. ¿Como no incluir la música? Sí, es una pasión compartida entre el protagonista y el autor.
¿Podría caber la posibilidad de una segunda novela acompañando a Melina y sus aventuras?
Estoy bregando por encontrar una nueva historia. No creo que Melina quiera volver. Ya hizo suficiente.