martes, 26 de diciembre de 2017

Viñetas de un recuento ególatra



I
Mi hija me ha preguntado por quinta vez que por qué le he traído más libros y no un nuevo regalo. Me lo ha dicho porque he venido con un cartón lleno de libros, los que ella (y sospecho que también mi esposa e hijo) quisiera verlos convertidos en algo más interesante.

II
Cuando mi hija me pregunta por qué la casa parece biblioteca y no una casa "normal", le digo que todo esto (señalando los alrededores llenos de papel) le pertenece, que son el mejor regalo que un padre chiro puede ofrecer: un hogar sitiado por autores que me han marcado y que espero algún día le agraden.  

III
"La ruina del vientre sacudido fue el poemario que publicó en homenaje a los caídos en el 16A", le dice mi esposa a una de sus amigas que ha cogido un ejemplar de una repisa. Un libro con mucho dolor, me dijo ella, después de leerlo. "Chichí" (así llama a los payasos), repite mi hija al ver la portada donde aparece un cuadro de Seraquive. 

IV
"Por qué no te pagan con dinero y no con libros", es el reclamo de mi esposa. Uno que ha venido repitiéndose con frecuencia. 



V
Un poemario. Un ensayo en un libro argentino. Algunos poemas en muestras/antologías/panorámicas de España y Ecuador. Entrevistas. Co-autor de un libro académico. Poemas en revistas. Tres prólogos. Co-organizador de un encuentro de literatura. Editor de un nuevo sello editorial. Participación en cuatro ferias de libros. Lecturas. Corrector y editor de cuarenta libros académicos. Libros. 

VI
Alguien debe limpiar el polvo de tantos libros. Hace poco decidí que cada fin de semana le dedicaría a librar del polvo a todos mis tesoros. Han pasado algunos meses desde que vi una fina capa de suciedad que ha cogido cuerpo y estorba la pulcritud del entorno.

VII
Antes me desesperaba cuando tras publicar un nuevo libro veía muchos ejemplares amontonados en la casa. Hoy, Manta ha empezado a constar en el mapa de actividades literarias del país, y los autores (docenas de ellos) han empezado a llegar. En su regreso los acompaña mi obra. 

VIII
Libros en la sala. En el cuarto. Debajo de la cama. Junto a juguetes. Simulando adornos. A lado del maquillaje. Estorbando cerca del espejo. Libros erigiéndose en torres cada vez más grandes. Libros apretujados en repisas. Libros.   

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