Ángeles
sodomizados [Grilla de éxodo] (Jaguar, 2012) de Luis Franco (Salinas, 1988) no
solo es un poemario, es un rompeolas, rompecuerpos, es un compulsivo testimonio
lírico donde la voz poética afronta, sostiene y vanagloria su naturaleza. De allí que el éxodo no sea físico sino emotivo,
que busca, en su viaje, un espacio y un cuerpo, que se acepte.
Aquí murió algo
que tuvo la valentía para
soportar el
grito.
(-A-, p 25)
El demonio
femenino que habita en mí se
desvanece
en un
semicírculo tallado en la espuma
– ligado a la
censura el cerdo es más codiciado –.
Esto de
enterrar las manos en las leyes del deseo.
(-A-, p 26)
Un solo cuerpo
con dos cabezas
¿es suficiente?
(-D-, p 30)
El hombre ha
hecho dentro de sí,
un refugio para
otro hombre.
(-K-, p 42)
¿Qué soledad no
sufre metamorfosis y
termina en
lascivia?
(Los números
del sueño, p 59)
ya no tengo
razón para maldecir o alzar la voz
en esta noche
en la que me he quedado solo
con mis muñecas
de cartón
(Evocación
sobre la vida, p 64)
Copula,
que tu semen se
expanda en todo el orbe y
que hablen de
ti las crónicas y digan:
Mi cuerpo se
une al abandono / donde la
música es el
verdugo.
(liviana
gravitación / desesperación, p 71)
El ojo viril
guiña y babea:
soy un vaso dispuesto
a lamer la herida.
(La perra
enferma, 2, p 80)
Para poder
descansar, tuve que cerrarle
los ojos a
dios
y en mi
oscuridad se escuchó un disparo.
(La perra
enferma, 5, p 83)
Aquí las
mujeres no existen.
Han muerto.
Sépase que
tuvieron comida fría y vino.
Las siguientes
líneas no serán de ellas.
Abrirán el ave
y el picaflor caídos sobre el
pentagrama.
Y el hombre
zarpará.
(La perra enferma, 10, p 83)
No hay comentarios:
Publicar un comentario