Segundo día del Ileana Espinel

Sin duda las noches largas son parte de este tipo de encuentro, donde se trata de conciliar todas las ideas. Se ha conversado mucho y se ha propuesto lo suficiente como para sacar al movimiento joven poético de su estancamiento, pero mientras tanto a informar sobre la poesía desarrollada.

En la segunda noche del encuentro participaron los poetas Rocío Soria, quiteña que dejó demostrado su talento sobre el escenario (por algo ganó el primer concurso Ileana Espinel que también fue parte de este encuentro), compartió al público y el resto de escritores reunidos parte de su nuevo trabajo. Mi coterraneo Ernesto Intriago demostró que en Manabí la poesía está viva, él un ejemplo nos deleitó con varios de sus poemas aún inéditos y que se pueden leer en su blog. La guayaquileña Tamara Acosta: atrevida, erótica por demás nos cautivó (aunque no faltaron los alterados) con sus poemas viscerales. Siomara España, también guayaquileña, no dudó en confirmar que como poeta trabaja arduamente. Alex Tupiza, quiteño, nos adentro a su poética. Por mi parte me arriesgué a leer un par de poemas de mi nuevo trabajo.

Además de la lectura poética, este día se destacó por la presentación de los libros de Augusto Rodríguez (Cantos contra un dinosaurio ebrio y Matar a la bestia) y de nuestra siempre recordada amiga Carolina Patiño (con su póstumo Te suicida) con análisis de estuvienron a la altura de las obras. Posteriormente el conversatorio en torno a la obra de la poeta que lleva el nombre, nos acercó a su trabajo y a su vida.

Noche larga, mañanas fugaces, tardes lentas y noches aceleradas en Guayaquil. Hoy es el tercer y último día del encuentro, esperamos ansiosamente (y una vez que hayan llegado los amigos de Cuenca y otros de Quito) concretar las ideas que se aspira en beneficio de la poesía joven del país.

Lamentablemente nuestro fotógrafo oficial (José Núñez del Arco) no ha trabajado así que toca complementar cada post con el afiche.