martes, 20 de abril de 2021

“Educar con novelas de ciencia ficción dura es mi propósito” Richard Cedeño Menéndez

La literatura de ciencia ficción en Manabí es un tema que poco ha sido tratado, primero porque los autores y sus obras en este género han sido escasos. En este panorama irrumpe Richard CedeñoMenéndez en 2017 con su libro de cuentos El arca de los sueños, una obra que lo puso dentro del mapa de los escritores cultores de este género en el país, específicamente en lo que podría identificarse como la nueva generación.

Algunos juicios críticos en torno a este primer libro lo reconocen como un autor destacado cuyos cuentos que bordean lo fantástico y la ciencia ficción, tienen además un interés por temas existencialistas.

Entrevistas, reseñas, participación en muestras y antologías de ciencia ficción, han sido el resultado tras su primera publicación. Un libro donde se asientan muchas de las inquietudes y temas que desarrollará en lo posterior.

Lector y fan de obras de ciencia ficción, tanto literarias como cinematográficas. Lo suyo ha sido imaginar otra realidad, viajar a través de su ficción a mundos inexplorados, sin embargo, por más increíble que pudieran parecer las historias, sus textos tienen una base amparada en la ciencia y tecnología.

 

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“Desde mi modo de ver nuestra provincia ha tenido cultura poética, pero más por tradición que por educación. No se promociona a los autores ni sus obras, y si bien tuvimos alguna vez grandes referentes en la poesía, que han inspirado a los pocos talentos surgidos desde entonces, la narrativa fantástica y la ciencia ficción no llegan a tener eco, o un soporte para desarrollarse como un género solicitado en nuestra ya escasa narrativa en prosa”, afirma tras la consulta de por qué en Manabí la escritura y publicación de obras literarias en el género de la ciencia ficción ha sido escasa.

Una realidad que conoce bien, porque como muchos otros autores también ha hecho el peregrinaje de buscar una casa editorial y hasta alguna institución que auspicie sus textos terminados. Una tarea desgastante y casi siempre decepcionante, porque el género de la ciencia ficción es relativamente nuevo en Manabí, una provincia con escritores vinculados más al romanticismo, realismo social y sucio.  Por ello reafirma: “mi inclinación ahora está hacia la ciencia ficción dura, que, si bien es una composición literaria apartada del realismo, son proyecciones futuras que dan por hecho proyectos que nuestro presente tiene en mente”.

 

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Las nuevas medidas restrictivas en el país y en Manabí evitaron la reunión programada que teníamos en su ciudad natal y de residencia (Portoviejo), por eso contactamos vía digital para dialogar de su literatura y los tópicos que aborda. Además, al final de esta nota Cedeño Menéndez comparte un texto breve.  

Libro con cuentos y una novela corta editado y publicado por Coordinación zonal 4 del Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador.  

Con El arca de los sueños irrumpes en Manabí como autor de ciencia ficción, y a nivel nacional empiezas a constar en el mapa de escritores de este género, pero más allá de esto ¿Qué objetivos cumpliste con este libro?

Al ser mi primera obra publicada, puedo reconocer mi estilo narrativo y mis alcances como cuentista o novelista. Haber sido considerado como escritor de ciencia ficción en la Antología Voces ecuatoriales publicada en 2020 me llena de júbilo por formar parte de un grupo tan selecto de escritores, muchos de ellos con excelentes obras y trayectoria, pero a la vez me da un punto de referencia al contribuir con uno de los cuentos de El arca de los sueños para en el futuro observar mi desarrollo profesional y una posible evolución en mis alcances narrativos.

 

¿Cuántos elementos de la realidad y su entorno se filtran en tu construcción literaria?

Aeronáutica espacial, Física de partículas, Ingeniería genética, robótica, nanotecnología, inteligencia artificial, reactores nucleares, rayos láser, incluso antimateria, son recursos comunes en nuestros días, y el solo hecho de asumir un desperfecto en alguno de ellos es tema de una historia de ciencia ficción.

A principios del siglo pasado se empezó a percibir el extraño comportamiento del mundo subatómico, lo que llevó a plantear muchas teorías para explicar el cómo funciona nuestro universo. En nuestros días, gracias a la nanotecnología y la microscopía de fuerza atómica, podemos examinar nucleótidos, manipular específicamente ARN para combatir virus como el SACOV-2, y en medidas más pequeñas, ya no solo intuir, sino que ahora podemos ver, incluso fotografiar y aislar electrones, para restructurar átomos; la Claytrónica y sus cátomos literalmente están por cambiarle la cara al mundo. La Inteligencia Artificial y la computación cuántica nos tienen a la expectativa de tecnologías que nos faciliten androides y aplicaciones que converjan en la hiperconectabilidad. Por otro lado, los biohackers y prácticas poco éticas en ingeniería genética ya están transformando los organismos de los humanos.

Novela editada y publicada por el sello ecuatoriano Libros Duende.

En 2020 publicaste la novela Ladrón deilusiones ¿Cómo le ha ido a esta obra? y ¿Cuánta repercusión ha tenido dentro de los lectores del género?

Ladrón de ilusiones es una propuesta diferente. Incurrí en el género de la literatura fantástica, con mi particular toque existencialista de apreciaciones científicas, pero más allá de ser un thriller psicológico por narrar momentos de horror y sadismo, la novela se sumerge en la poesía erótica, para en persistentes cuartetos, evocar las perversiones y deseos más profundos que se pueden dar en nuestra mente. Ladrón de ilusiones tendrá su secuela (ya estoy trabajando en ella) y estoy seguro que llegará a convertirse en una historia más que controversial, enriquecedora, por el mensaje de fondo que lleva la obra.

 

Acaba de publicarse el primer libro de la trilogía Voces del firmamento, una obra en el género del cyberpunk ¿Cuánto tiempo permaneció inédito este texto?

El resurgimiento de las ánimas es un proyecto muy importante en mi carrera de escritor, porque esta obra, no solo conecta mi creatividad en la adolescencia con el conocimiento acumulado para empezar a escribirla y terminarla. Esta saga pudo haber empezado en unas viñetas con globos de diálogo en veinte hojas sueltas, pero tuvo la suficiente esencia para motivarme a concebirla desde el 2004 como una especie de aporte a nuestra cultura tecno científica. Quizás y hubo la oportunidad de publicarla antes, pero hasta la fecha, estoy más que satisfecho con todos los cambios que pude hacerle a la obra, por cuestiones de los hechos tecnológicos y observaciones científicas que se han dado en los últimos años. Esta saga de ciencia ficción dura, promete ser más que un referente, una guía para las futuras generaciones.

El crítico literario Iván Rodrigo Mendizábal afirma que tu novela, de reciente publicación, además de inscribirse en el cyberpunk también tiene el estilo pulp, en este contexto ¿Qué literatura te ha influenciado para el desarrollo de tu obra?

El cyberpunk nos da una gama de posibilidades, la mayoría historias distópicas recurrentes por el mal uso de la tecnología, algo que en muchas ocasiones enfrenta a su protagonista con personajes muy violentos, o en su defecto, con verdaderos psicópatas que demandan un cuadro narrativo muy extremo. El estilo pulp se caracterizaba por su brutalidad narrativa, donde el horror, el misterio, el sexo, y temas tan controvertidos como la violencia sádica, sentaron las bases de lo que hoy podríamos entender como cine gore. Más allá de la acción evocada en sus peleas, en esta novela, una de las herramientas en mi narrativa es el suspenso, el cual busca llegar a comprometer al lector hasta hacerle sentir los temores de sus personajes, un sendero que me permite abordar la historia desde el amplio marco del existencialismo, valiéndome de tropos y demás recursos retóricos.

 

Sin duda, y más allá de lo tecnológico, una obra existencialista

Si, esta obra se cuece en la filosofía de Jean Paul Sartre con un toque de Alberto Camus, ya que los regentes de este aparente mundo atiborrado de tecnología, aún no encuentran cómo materializar su utopía. Antes de escribirla, mi curiosidad me había llevado por el misticismo de Fulcanelli y la filosofía hermética, pero para cubrir la intención reveladora de esta historia me vi influenciado por la novela negra, quizás por mi sutil experiencia en la adolescencia con los escritos de Edgar Alan Poe y mi fascinación por la ciencia ficción.

Una antología editada por los sellos Ómicron Books y Libros Duende.

Por otro lado, esta novela de ciencia ficción dura rompe, en cierta medida, con la tradición narrativa en Manabí, ¿Qué expectativas tienes al respecto?

Ciertamente aspiro ser el Borges, el Gabo, un Alejo Carpentier despertando la consciencia de entusiastas ante un mundo cada vez más insólito, para ello, mostrando de manera coherente los posibles errores de un futuro ficticio donde la ciencia avanza abriendo cada vez más puertas, pero donde los gobiernos fracasan, dejando una consciencia embriagada en sus caprichos, jugando como niño con cuchillo en mano. La desinformación y la pseudociencia es el mal que ahora agobia a la humanidad; salir de esto es responsabilidad de los medios que no dependan de un algoritmo de lucro, y de quienes podamos aportar para que haya más conocimiento y menos ambigüedad. Educar con novelas de ciencia ficción dura es mi propósito, una divulgación científica narrada en novelas y cuentos llenos de acción y suspenso.

 

¿Qué determinará la publicación de la segunda y tercera parte de la novela?

Concretamente la trilogía es la historia de este futuro propiamente dicho, el camino del héroe en pos de la consagración de la especie. En su primer libro se introduce a las ánimas como los defensores victoriosos de una sociedad utópica que busca unificar a la humanidad; en la segunda parte se establece el nudo de toda la trama, presentando a nuevos personajes que son claves para el tercer libro y a un poderoso villano que pone de cabeza a esta Sublime Sociedad del Último Orden; en el tercer libro que por razones obvias no puedo describir a breves rasgos, se revela “el propósito” y coloca a sus personajes como herramientas de un arco argumental inesperado.

Foto promocional del autor.

 

Finalmente, el virus del covid-19 potencializó las publicaciones digitales, en este panorama ¿Crees necesario publicar tus libros en formato digital o continuar en soporte físico?

Definitivamente la dualidad en la concepción de los libros es una estrategia a considerar. Por un lado, sacar por imprenta y tener a disposición ejemplares físicos para los consumidores que se deleitan al adquirirlos, y por otro lado llegar a más partes del mundo con una publicación digital y con ello incitar a la compra de futuros ejemplares físicos. En lo personal, soy de los que piensan que no hay mayor placer que el sostener una pasta con una portada deslumbrante y percibir el olor que se esparce cuando mueves sus hojas, la lignina y esa fragancia característica con olor a vainilla.

 

 

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¿La realidad supera a la ficción?

 

Por Richard Cedeño Menéndez

 

Los textos de Tomás de Aquino y Dante, y luego la Reforma Luterana transformaron la visión ortodoxa del medioevo a lo que hoy por hoy se acepta como sensato en occidente; la observación de Francis Bacon y los aportes de Voltaire concibieron posteriormente el método científico como herramienta para darle mayor sentido a la naturaleza. Los escritos de Cervantes fueron contemporáneos a los de Darwin y la observación científica dependió de las analogías y las metáforas de las composiciones literarias para poder llegar a ser comprendidas.

En Latinoamérica, Gabriel García Márquez y Luis Borges nos introdujeron a un mundo exótico desde la perspectiva común del individuo; el realismo mágico, más allá de un género literario, ha sido una sutil herramienta para sobrellevar los cambios que hemos tenido como especie consciente, porque a pesar de que la evolución biológica se muestre de manera casi inapreciable, el desarrollo de nuestra consciencia sigue una carrera vertiginosa, inherente a nuestra capacidad interpretativa. Ninguna realidad existe fuera del lenguaje que la produce, y tanto ciencia como literatura son expresiones de una cultura de la que forman parte.

La Epistemología, por un lado, anclando las observaciones científicas a nuestras concepciones humanas y la Hermenéutica que observa la particular manera de cómo a lo largo de la historia de nuestra civilización acatamos la certidumbre como parte estructural de la realidad y de esta manera vamos asumiendo ideas como hechos y teorías como fundamentos.

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