jueves, 29 de marzo de 2018

Contra el mundo caótico y repulsivo

Portada del libro publicado en 2017.


“Buscaba en la brutalidad de las imágenes deshilar el ovillo inextricable de la vida y la muerte; de ahí muchos riffs y letras de canciones” (p. 97) dice Igor Icaza en su libro Resplandor (Sensorial, 2017). Un libro donde además de reunir letras de canciones y juntar a un grupo de amigos escritores y músicos que escriben sobre su obra, denota el compromiso que como multiinstrumentista y compositor ha legado a la música ecuatoriana.


Un trabajo que no pasa desapercibido, sea por el tono de las letras que se agrupan, los análisis que acercan al lector, o las anécdotas que el autor complementa al final. Todo esto conforman un cuerpo que narra cronológicamente la trayectoria de Icaza desde sus distintas agrupaciones musicales y proyectos: Obertura, Ente, Sal y Mileto, Funda Mental…y lo hace desde lo lírico, donde ahonda en su pensamiento.

Igor Icaza leyendo parte de su obra. 

Un libro necesario para todo aquel que se respete como melómano (incluye un cd con doce canciones escritas y musicalizadas por el autor). Aquellos que van tras la trayectoria de los artistas que han sido parte primordial en su vinculación a la música (en mi caso desde el death metal de Ente). Porque bien lo dice Icaza: “Cada espíritu libre irá al encuentro de la muerte engrandecido por la locura, la irreverencia y la autoafirmación” (p. 14). Y este libro tiene elementos absorbentes, da un registro de la imparable creación de un artista libre que ha seguido un objetivo contra viento y marea.     


“Cuando dejo de soñar salgo de la alcantarilla” (p. 42) asegura Icaza, y es precisamente lo que el autor hace: mostrarnos un mundo caótico y repulsivo, al que se odia porque odia; al que se mantiene al margen porque mira y juzga desde sus rincones cargados de prejuicio; al que se contempla sospechosamente cada vez que aparece su otra cara, la descolorida y marginal.


Icaza (en medio) junto a los otros miembros de la banda Ente. 



En Resplandor hay poesía, una estruendosa, hiriente, chocante, que da cuenta de una voz urbana que contempla y explota, que no guarda ninguna pasibilidad, sino más bien se encuentra en una constante lucha interna para gritar desde una trinchera salvaje e incontenible himnos que crecen y crecen...

Fotos tomadas de la cuenta de Facebook de Igor Icaza.

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