miércoles, 25 de julio de 2012

Tres interesantes poemarios ecuatorianos


Por Augusto Rodríguez


Tengo la suerte de que siempre lleguen a mis manos muchos libros, a veces por el tiempo y las ocupaciones cotidianas no se pueden comentar, pero no quiero dejar de dar un vistazo a algunos libros interesantes como La otra, La misma de Dios de la poeta quiteña Aleyda Quevedo Rojas. No es dicha del poeta quiteño Juan Secaira V. y de Trilogía de la carne del joven poeta manabita Alexis Cuzme.

La otra, La misma de Dios (Ediciones de La línea imaginaria, 2011) es el último poemario de la poeta quiteña Aleyda Quevedo Rojas y es tal vez su mejor libro. Aquí está potenciado y llevado a los límites los discursos de algunos de sus anteriores libros como Espacio vacío o La actitud del fuego. Este nuevo poemario está dividido en varias partes y arranca con un hermoso poema al lago Cocibolca de Granada, Nicaragua. Y desde ahí nos adentramos a poemas eróticos de gran fuerza como: BESAS MI SEXO/ y reinventas en mi nuca/ Inicio y escape. Besas mi sexo/ y te busco en las películas de amor/ que retuve en la cabeza. Besas mi sexo/ concentrada, amorosamente, abstrayéndote del ruido. Hasta que reviento. Estallo de gozo. Grito llamando a la muerte. Me quedo en blanco/ regreso a una escena/ y arruino la armonía. Besas mi sexo/ cortado en dos. O un poema que nos dice: Y ME ABANDONÉ a los oscuros besos que guardabas. Gritando, los nervios en carne viva. Entregada en este extremo del sol/ tan cerca al Trópico de Cáncer/ que infame me quema/ como el último de los lanzallamas/ sobre pequeña boca de hielo ardiente. En la última sección del libro hay acercamientos al mundo del cine de interesantes resultados. En definitiva, un libro limpio, puro y trasgresor para leer y releer en pareja o a solas.

No es dicha (Ediciones el tábano, 2012) es un poemario del autor quiteño Juan Secaira V., interesante y que tiene lazos con su poemario anterior Construcción al vacío. Este no es un libro sobre la enfermedad como lo dijo o leí de un escritor cuencano. Yo diría que este libro se enfrenta a las alucinaciones, a las drogas, a los discursos sociales o hasta populares como el fútbol o sobre la crisis de los sentidos y el existencialismo. Con un manejo de imágenes acertadas y sobre todo con cortes que frenan y juegan con los ritmos, leemos el poema Ácido: Demolición/ hormigas/ subiendo una montaña/ sin/ fin. O el poema cabaret G: El placer/ insecto rojo/ corretea travieso/ escotes, respuestas/ doblegarse al juego/ concesiones ante la luz latiendo/ vencerse como un gusano/ caer/ rozar al insecto/ piel/ rictus/ del espanto. Poemario novedoso, trabajado hasta el mismo hueso o hasta la médula. Debe leerse con calma y atención.

Trilogía de la carne (Editorial Mar Abierto, 2012) del joven poeta manabita Alexis Cuzme es una suerte de antología de la toda la obra publicada de este autor. En una hermosa edición nos entrega sus poemas (algunos más pulidos y trabajados) de una forma aplastante y diversa. Legado de carne, Bloody city y El club de los premuertos es una saga de libros que el autor como el mejor de los cronistas-poetas nos ofrece algo de la violencia cotidiana y real de Manta. Personajes como el justiciero o el Vengador aparecen para darnos algo de pólvora y dolor. Leamos por ejemplo: ¿Quién dejó a El Vengador/ hacer de la venganza/ un oficio lucrativo? Escucho Criminal a todo volumen. La muerte desde dos parlantes/ es más hermosa/ que correr la cortina y ver a mi vecino/ agujereado en la cabeza. O este poema: Después que la mermelada/ de su sien/ salpicó los muebles y paredes, marqué el 911, saqué a mi hijo de su cuna y nos fuimos. La calle fue una feria de globos húmedos, reventados en cadena. La amé, pero no nos soportó. Cuzme es un poeta que trabaja en silencio y su obra merece ser más leída y apreciada en el contexto nacional. Talento y oficio le sobra. Tienen que leerlo.

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