martes, 3 de enero de 2012

El Diablo vengador


En la oscuridad su voz escucharé
y siento que con odio
venganza les daré.
Legión, Venganza.

Ig es el Demonio, en su más pintoresca representación, imagen fidedigna del cliché cristiano: cuernos, de piel roja, y armado de un tridente para atacar a sus enemigos: el mundo. Aunque en este caso el mundo se reduce a su vida: una que empezó a hundirse tras el asesinato de su novia Merrin.


Stephen King junto a su hijo Joe


Cuernos (2010) la segunda novela de Joe Hill, demuestra que este narrador no se ha dejado apabullar por el éxito de su primera obra (El traje del muerto, que en este 2012 aparecerá en las carteleras de cine) y contrariamente en su nueva historia retoma esos valores invertidos de los que se componen sus personajes, para demostrarnos que el amor aliado a la venganza, lo justifica todo.

Novela donde el Diablo, encarnado en el protagonista (que amanece con cuernos en su frente y tiene el “don” de hacer develar los secretos más recónditos de quien se le acerca), es la voz y figura vengativa, remediando el breve pasado; reclamando sangre y justicia por una novia violada y asesinada brutalmente en el bosque; desenmascarando a vecinos, familiares, y amigos que dudan de su inocencia entredicha; y finalmente desapareciendo en un “accidente” que lo devuelve a su felicidad: junto a Merrin, su primer y último amor.



Sin duda la mejor herencia de Stephen King para su hijo Hill ha sido aquel telón deprimente con el que se componen sus personajes, el desencanto más desgarrador, ese apego a la realidad (desde lo emotivo) que logra mantenerlos de pie aún después de la última página.

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