Lo preciso de un libro construido por varias voces es aquella multiplicidad capaz de ofrecer al lector las disimilitudes, logros y también desaciertos de los autores integrantes. Con Los engendros de la luna (Taller Cultural Retorno, 2010) me pasa esto, hay relatos que despegan, se mantienen y logran un final idóneo, pero otros se estrellan, caen en picada a un olvido inmediato.
Entiendo (y esto gracias a la información de contraportada del libro) que los 11 cuentos y relatos agrupados son el resultado de una debida y exhaustiva selección de 57 trabajos presentados. ¿Cómo entender esta información? Leyendo el libro en su totalidad.
Pensando en aquellos lectores que ansían o ya tendrán el libro, resalto cuatro cuentos:
Te busco dentro del silencio de Cristian López: una letanía donde el amor (o la añoranza de este) es la fuente vital. Historia de construcción poética, recomendada.
Encuentro final de Juan Secaira: cuento donde el vacío existencial hace presa de sus personajes. Una historia con un desgarre emotivo de fondo que atrae y conmueve.
La rana de Rocío Soria: una historia siniestra, donde el “amor” y la “solidaridad” son asumidos desde valores invertidos. Morbo, sangre, y un tributo a la muerte vista desde un personaje perturbado.
El fin del cigarrillo de Edison Paucar: imágenes lúgubres acompañan esta historia, la muerte como un escenario de fondo: envolvente y crucial.
Felicitaciones al editor de esta obra, el escritor Oswaldo Mantilla, por la perseverancia y empeño en visibilizar desde el Taller Cultural Retorno, a nuevas voces de la literatura ecuatoriana.
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