jueves, 9 de diciembre de 2010

El Méndez del pasado siempre será mejor





Desde el inicio he abogado por la poesía de Rafael Méndez (Guayaquil, 1976) por su perspectiva y discurso sostenido desde el margen, alejado de convencionalismos y modas repetitivas en un país donde es tanto lo que se escribe y publica y tan poco lo que queda y puede reconocerse como poesía.

Ahora me encuentro con esta Selección Natural (CCE, Núcleo Guayas, Extensión Naranjal, 2010) antología personal donde Rafael intenta develarse en su totalidad, además de la complementación de poesía reciente. Sin embargo esta Selección Natural me ha dejado con interrogantes a cuesta ¿Se trata del mismo Méndez que leí con emoción en sus libros anteriores? ¿Qué problema tiene el Méndez actual con el Méndez del pasado (un pasado donde el trabajo poético ha reflejado más compromiso)?

Principio de caos jamás acaecido (2004) Nadie es poeta en su tierra (2006) y Que mi alma se la lleve el diablo (2008) son poemarios a los que siempre vuelvo, no solo para entretenerme por la realidad disparatada que el poeta presenta (y que divierte tanto porque resulta el reflejo de una patética verdad) si no por la calidad de análisis y crítica que se trasmite en cada verso, en las figuras directas y estremecedoras con las que Rafael ha sostenido su poética.

La poesía es una revelación que subyace irrelevante, se titula la primera parte de esta Selección Natural, donde se agrupa poemas que sí han brotado del Méndez de siempre, donde los argumentos mordaces vuelven a la marcha de la sátira más descomplicada pero no por ello carente de interés social:

Arte efímero
Surgió en el final del tiempo
parecía entonces
que nada más habría bajo el sol
Al principio fue agreste, predecible
y pereció finalmente
de polución
canibalismo económico
guerras globales
y cicaterías confidenciales

de todos los términos posibles
“civilización” fue, sin duda
el que más grande le quedaba.

La sociedad, esa masa multiforme, uno de sus temas recurrentes:

Mesías
Cuando se despertó
también estaban allí
raperos, telepredicadores
estrellas del fútbol, terroristas
y hasta mequetrefes que habían
tropezado con sus quince minutos

Pero Selección Natural, más allá de los tres poemarios anteriores nombrados y de la primera parte, no intenta superarse, ser la obra insigne de este autor, menos la más representativa. Trabajos como Flamboyanes y Nonconsumatum son la materialización de un poema del mismo Rafael:

Hacer poesía Light es tan fácil
que en tres líneas más
este poema
habrá
terminado

y este facilismo (¿cabría la palabra descuido?) de parte del autor es preocupante, porque si Méndez que tanto ha criticado lo desechable de la poesía es seducido por este “lado oscuro”, otros (que hasta ahora se han mantenido incorruptibles en su obra) podrían caer. Porque la fama, la payasada desde las redes sociales, vivir el momento, y todas las banalidades de paso, ya están acabando con poetas y sobre todo con su poesía.

Rafael Méndez es un poeta que puede sostenerse, hasta ahora, solo con sus tres primeros poemarios, sin necesidad de una Selección Natural que contrariamente lo desnaturalice de su esencia lírica.

1 comentario:

ElMéndez dijo...

la poesía es una revelación que subyace irrelevante es lo único nuevo

los haikus de DeFlamboyanes y lo de nonconsumaton son previos a mi primer libro

de ahí el orden en que aparecen en la portada