¿Qué se puede pedir a una revista cultural en estos días? Nada más simple que ser heterogénea, con la mayor cantidad de espacios para expresiones artísticas. Capaz de fomentar a cuanto joven talento aparezca en su camino.
Meretrices es una revista mexicana que desde el año pasado le sigo la pista. Un medio que en sus tres años de creación ha logrado 33 números, todos sin perder la consigna inicial: apoyar.
Este apoyo se revela en sus páginas: creación literaria, artes plásticas, cine, etc. Una revista que, como muchos medios independientes mexicanos, intenta desde su nombre ser una roncha para los lectores acartonados.
Ser una revista “prostituta” en el sentido de difundirse, de llegar a muchas esquinas y todos los arrabales más underground posibles (y muestra de ello es que haya ejemplares en Manta).
Y aunque como lector desearía que cada número contenga más información, sé que la excesiva publicidad es necesaria para sobrevivir y mantenerse alejado de los fondos amoldadores. Nada más simple.
Meretrices es una revista mexicana que desde el año pasado le sigo la pista. Un medio que en sus tres años de creación ha logrado 33 números, todos sin perder la consigna inicial: apoyar.
Este apoyo se revela en sus páginas: creación literaria, artes plásticas, cine, etc. Una revista que, como muchos medios independientes mexicanos, intenta desde su nombre ser una roncha para los lectores acartonados.
Ser una revista “prostituta” en el sentido de difundirse, de llegar a muchas esquinas y todos los arrabales más underground posibles (y muestra de ello es que haya ejemplares en Manta).
Y aunque como lector desearía que cada número contenga más información, sé que la excesiva publicidad es necesaria para sobrevivir y mantenerse alejado de los fondos amoldadores. Nada más simple.
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