Las
librerías en Manabí encontraron un nicho de subsistencia en obras de corte rosa:
historias que hablan del amor recargadas de drama, de la soledad como
enfermedad llevada al espectáculo, de la dependencia a drogas como parte de la “identidad”;
personajes viviendo y muriendo en mansiones, viajando alrededor del mundo, comiendo
en restaurantes exclusivos…
Esta
camada de obras literarias es visible en casi todos los puestos de libreros y
librerías que pululan en Manabí. Novelas de portadas con títulos directos, sin
rodeos, anunciándole al lector de que el amor y desamor son el motor de muchas
de ellas. Por aquí no hay sorpresa, solo la continuidad de un tema interminable
que cada tanto varía de protagonistas.
¿Han
recabado que muchos de los personajes de estas obras son amantes inolvidables? Hombres
y mujeres que no temen a vivir como si fuera el último de sus días, que asimilan
la vida como una carretera en la que deben ir a toda velocidad hasta
estrellarse con todos los obstáculos posibles.
Hace
poco hice un recorrido en algunas de estas librerías, mi objetivo era saber qué
estaba sucediendo con la literatura manabita, pero no encontré nada, nada que
me dijera como lector lo que ocurre en esta provincia, nada que delatara a la
camada de nuevas voces y propuestas.
Muchos
de los libreros ignoran lo que sucede con la producción local, no conocen a los
autores de su provincia, no tienen un sensor para saber qué títulos son
recientes y por eso para varios de ellos todo este territorio es extraño y lo
extraño se repele.
Las
librerías en Manabí, casi todas, tienen en su catálogo las mismas obras de corte
rosa. Libros de moda y publicados por influencers. Libros tendencia que
resuenan y constan en listas replicadas en redes sociales. Libros para leer y
olvidar rápido.
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