jueves, 1 de abril de 2010

Hugo Mayo desde la metálica luminosa


Escribir sobre la vida y obra de Hugo Mayo (recordemos que ya lo dijo en su momento Rodrigo Pesantes Rodas: “Miguel Augusto Egas Miranda ha muerto, no así Hugo Mayo”) puede resultar poco novedoso, sobre todo cuando varios estudiosos y analistas de la literatura de nuestro país han legado trabajos desde ya referentes obligados.

Con este panorama de fondo aparece La metálica luminosa (K-os editorial, 2010) de Freddy Ayala Plazarte (poeta constantemente destacando en su oficio) un libro que además de recordarnos -para quienes en algún momento nos acercamos a su poesía y biografía- el contexto histórico-social-cultural en el que irrumpe la poesía de Mayo, la incomprensión de su obra en un tiempo de creación modernista y romántico, la comprensión y valoración encontrada en otros países, sus amistades con poetas internacionales de su época (que al igual que él sufrieron el rechazo y luego la aceptación y exaltación de sus trabajos), sus anécdotas más comentadas (cuando su libro El zaguán de aluminio “desapareció” de la imprenta) y aquella aptitud por mantenerse fiel a su poesía que lamentablemente no fue pensada para los lectores de su tiempo, sino para los del futuro, plantea un dato curioso: Hugo Mayo a pesar de enrolarse en las filas del dadaísmo y el surrealismo, no estuvo influenciado por la obra de los poetas insignes de esta corriente literaria.


El autor autografiando uno de sus libros

Ayala plantea que Hugo Mayo jamás imitó a ninguno de sus contemporáneos, que desde otras geografías daban nombre y clasificación a sus textos, lo de él fue un acercamiento ideológico más que de emulación literaria (“[…] Mayo no tiene un conocimiento cabal de las poéticas de sus contemporáneos europeos […] conoce solo sus manifiestos, postulaciones y por esta razón es afín a sus principios”). Por eso su poesía fue rebeldía en estado natural, con causa y premeditación. Y es aquí donde radica la importancia de este ensayo, más allá de todo cuanto se sabe de la vida y obra de este poeta mantense (olvidado e ignorado por muchos, y recordado y palpitando en pocos).

El punto más alto de este ensayo se centra en los análisis a los poemarios El zaguán de aluminio, Chamarasca (los libros claves de Hugo Mayo) y Oxidación (conjunto de poemas recopilados de revistas editadas entre los años 20 y 30 y que hasta la fecha se ha publicado como libro individual). De igual forma la breve selección poética de estos tres libros. Y dos entrevistas realizadas al poeta en la década del ochenta (donde destaca la de Carlos Calderón Chico).

Así La metálica luminosa, se presenta y desarrolla como una obra didáctica que busca acercar, de una forma resumida, quien fue Miguel Augusto Egas (mantense radicado en Guayaquil, hermano de José María Egas: poeta romántico insigne de su época) y como llegó a ser y permanecer como Hugo Mayo (origen de su nombre, búsqueda poética), a una juventud -y también otros no tan jóvenes- que ignora a sus valores literarios.

Este libro se estará presentando el miércoles 7 de abril, a las 19h00, en la sala Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura ecuatoriana. Comentarán la obra los escritores Diego Velasco Andrade y Raúl Serrano Sánchez.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay una entrevista que le hizo el sr Dumar Iglesias Mata, tanto a èl como a su hermano y otros poetas de Manabì, en la que Mayo asegurò que su ùnica generaciòn fue solamente èl.¿Es acaso esta la segunda entrevista que usted nombra?.Pàsame el dato.Y a Plazarte, salud por este libro.

alexis cuzme dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
alexis cuzme dijo...

Creo, Antonio, que Freddy no llegó a esta fuente. En qué libro se publicó? en qué año?
En todo caso la entrevista a la que hago referecia es la que le hizo Carlos Calderón Chico a Mayo en 1981.