lunes, 25 de agosto de 2008

Una madre macabra




Me horroricé, no, no fue eso simplemente, sentí mucha ira, pero en el fondo pena por saber que dos niños de apenas cuatro y cinco años eran brutalmente agredidos por su padre (un borrachín al que habría que darle una lección). Eran mis vecinos.

Ha pasado quizás más de un mes desde que vi aquella escena, pero suelo recordarla cada vez que miro a mi hijo sonreír y me repito que jamás seré como aquel salvaje (u otros peores). Tampoco como mi madre, que puede pasar fácilmente de la alegría a la ira con una desesperación asfixiante.

Mi madre. Las madres. Nuestras madres. ¿Cuántos no sentimos un buen golpe emocional o físico de su parte? desde luego siempre el amor volvió a la normalidad el cause familiar, borrando cualquier daño. Pero los recuerdos están ahí archivados y amontonados, siempre estorbando.

Baby blues, una cinta estadounidense de terror, me ha regresado a mi infancia, a la de mi hermano, a la de aquellos miserables niños atemorizados. Todo porque el film narra la historia de una madre que bien pudo ser una de las nuestras, aquellas con depresión post parto, nervios alterados y esquizofrénica. Nadie niega que en nuestro país -así como muchos otros- se ame la violencia. Hemos sido criados (por lo menos una mayoría) con la enseñanza del garrote. Hemos aprendido a punta de nalgadas, cocachos, reglazos (los más consentidos); también a punta de puñetazos, patadas (los menos consentidos); y, cuando la violencia ha sido extrema: cuchillazos, asfixias y balazos.

Y es en esta última lista de agresiones alejadas de la normalidad que se centra Baby blues. La madre en un punto determinado pierde el control de su vida y de la realidad, los resultados: tres niños muertos y uno sobreviviente, huyendo de la casería de la mujer enferma que intenta castigarlo de la única forma sangrienta que ha encontrado.

Cinematográficamente no es una maravilla, hay escenas absorbentes, pero de ahí a que sea una cinta importante de consumir quedan muchos peros. Es quizás ese horror tan común dentro de un hogar lo que la vuelve a ratos interesante, aunque estorben los lugares comunes del cine de terror.

Un film que a muchos hijos con historias de maltratos intrafamiliares estremecerá. Hay terror, sin duda, pero no el que se espera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda Alexis , estamos aun, frente a una sociedad machista;la renquente moral y el descalabro de padres ineptos absorbidos por la ignorancia, una descabellada economía, una malnutrición de la educación , son algunas de las causas para crear este inaguantable clima de horror, en que la imagen del hijo,ve, sostenerse en el espejo del padre,-según-,la transparencia del amor , o la mancha futura .Creo que su hijo tiene la suerte de tener un padre como usted, claro está que la tasa de natalidad no está como para llenar el canasto hoy en día, y hay todavía seres, que sugieren la adopción para contrarestar la soledad, y otros como la voz de Chintolo que aun siguen pensando que..."No hay mejor padre que aquel que no tiene hijos, ni mejor hijo que aquel que no nace"...Suerte, estoy leyendo sus escritos con cautela, y otra vez , gracias...