martes, 19 de octubre de 2021

Testigos de paisajes similares


 

Hay poemarios a los que se llega por alguna recomendación desde las redes sociales. Poemarios de títulos sugestivos. Poemarios de autores de los que sospechamos encontraremos poesía, una capaz de estremecernos, de mostrarnos un mundo caótico y oscuro, un mundo que sabemos real porque somos testigos de paisajes similares desde nuestros espacios.

Por eso, y por más (ese algo que brotará en cada lector que se acerque y sienta el sacudón) existe Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (2017) de Esther M. García. Un poemario que va más allá de la violencia y sus distintas presentaciones, porque lo suyo es recordarnos un mundo que palpita y arremete fuera de una página, que está ahí, desde hace mucho, siempre voraz y hambriento; un mundo del cual se debe actuar en defensa, como un derecho para purgar las sombras atrincheradas.

 

Figura 2

Aborto: cómo se siente

Tirando a mi hijo por el retrete

 

Veo pornografía al lado de mi novio

mientras un alacrán

me perfora los ovarios

 

Mi cuerpo no es mío

está dentro de la tele

dentro de ese video

en donde una vagina

es embestida cientos de veces

por un enorme pene

 

Sangro

Voy al baño

Tiritas de papel rojo china

caen al fondo del retrete

 

Me limpio los hilos de sangre

y observo un caballito de mar muerto

flotando entre los desechos

 

Vuelvo al cuarto

junto a mi novio

La porno ha terminado

Mi hijo es el silencio

que queda

al apagar la televisión

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