viernes, 2 de septiembre de 2022

“Ninguna noticia vale un periodista muerto” Freddy Solórzano

Foto tomada de El Diario.

Freddy Solórzano es una de las figuras más visibles del periodismo manabita; cronista y editor del diario La Marea, un medio de comunicación que por más de una década se ha posicionado entre los lectores de Manta, Montecristi y Jaramijó. Hace pocos meses publicó su primer libro, A cuatro pasos de la muerte (Cuerpodevoces, 2022), donde agrupa un conjunto de crónicas que tuvieron una primera versión publicada en diarios impresos, digitales, revistas e incluso redes sociales.

Su ópera prima fue recibida con bastante interés y desde entonces mucho ha dicho su autor respecto a su obra tanto en presentaciones, entrevistas y conversatorios.

Dialogamos con él para retomar algunos temas relacionados al libro, las historias y sobre todo el momento que atraviesa el periodismo no solo a nivel local, también nacional.

Foto tomada de Los Cronistas.

A cuatro pasos de la muerte es un libro que ha suscitado bastante interés del lector tanto local como nacional ¿desde cuándo te rondaba la idea de publicar un libro? 

Desde hace más o menos 10 años sentí la necesidad de publicar el libro, pero por una cosa y la otra, como estar inmerso en el día a día del periodismo, hizo que desistiera y que dejara para después ese proyecto. Un amigo me dijo que lo hiciera, que ya no lo postergara. Me convenció y me puse manos a la obra y allí está el resultado.

Otra razón para no decidirme es que tenía pudor de publicar un libro. Pero me dije a mi mismo que mis textos merecían leerse. Peores cosas se han publicado. Eso último es una broma.

 

¿Qué historias quedaron fuera del compilado y por qué? 

Hice una valoración y consideré que en este primer libro están todas las que son. Hay algunas que pudieron estar, como la historia de una anciana que salía a pedir limosna, no porque lo necesitara sino porque se sentía sola en casa, pero puede en un futuro ser incluida en un nuevo libro.  

 

¿Te has arrepentido de alguna historia tras publicarla? 

No. Desde el punto de vista que puede poner en riesgo a alguien, obviamente que se omiten detalles, porque la seguridad de alguien es más importante que una crónica.

Ahora desde el punto de vista de la calidad, siempre el texto puede ser mejor, pero si continuaba reeditando por los siglos de siglos nunca iba a publicar el libro. 

 

¿Hay un plan antes de realizar una crónica? ¿Qué recursos utilizas para su construcción?  

Siempre he creído que la historia debe seducirme. Si no lo hace conmigo, cómo le transmito al lector para que lo seduzca a él. Si creo que la historia merece ser escrita lo hago. Tomo solo los apuntes necesarios cuando entrevisto. Escucho, escucho a quien tengo frente a mí.

 

Aunque varias de las crónicas que se incluyen en el libro tienen su origen hace una década se mantienen vigentes ¿Algunos temas o situaciones no cambian? 

Sí, porque para bien o para mal muchas de las historias que cuento en el libro se mantienen vigentes. Los protagonistas son otros, pero las situaciones se parecen mucho. 

 

¿Cuáles son los temas que más te interesan?  

Me interesan más las historias de los personajes anónimos, los que no salen en las páginas sociales. El político, el personaje público tiene un discurso preparado, una pose, distinto al entrevistado desconocido que te cuenta su vida sin cálculo.


 

¿Qué haces cuando uno de tus textos no te convence ni el arranque ni el cierre, pero la historia, desde tu experiencia, es interesante?  

Lo que creo que hace cualquier cronista y escritor, intentar una y otra vez hasta quedar satisfecho. Corregir y corregir. Borrar.

Mis crónicas en términos generales son cortas, así que no tengo tiempo para aburrir al lector. Si en el primer párrafo no lo atrapé, me jodí.

 

¿Crees que tu libro ha logrado incomodar al lector, sobre todo el local, al reconocerse en una ciudad violenta? 

Desde el título uno sabe que no va encontrar un camino de rosas. Yo no publiqué un libro de las bondades de Manta, para eso se puede contratar a un relacionista público. Yo quise contar la otra cara de la ciudad, real y a veces cruel.

 

Manta es una ciudad que anhela mayor seguridad, sin embargo, desde el periodismo se refleja lo contrario ¿Estas son las historias que más te interesan? 

No necesariamente. En el libro no todas son crónicas trágicas. Se puede leer la del fotógrafo que hace milagros en la playa para vender una foto, o la del peluquero que lleva décadas sin dormir.  A mí me interesa la gente que tenga algo que contar. Y que a su vez eso le pueda interesar a otros.

 

Tras sucesos violentos en la ciudad contra periodistas ¿Es un buen momento para hacer periodismo en el país?

Son momentos difíciles para hacer periodismo en el país porque hay una violencia no antes vista: masacres en las cárceles, bombas que explotan, cuerpos colgados en los puentes.

Y ante eso qué debe hacer el periodismo, contar los hechos, pero entender al mismo tiempo que ninguna noticia vale un periodista muerto. Uno espera, tal vez con ingenuidad, que esos hechos sangrientos terminen pronto. Que el país vuelva a ser esa "isla de paz" que alguna vez fue.

Quiero creerlo, pero eso no llega por arte de magia. Aquí es fundamental la intervención del Estado.