viernes, 31 de diciembre de 2021

Fracaso Costanza

Cuando el sueño de juventud se ha logrado: independizarse de la casa familiar, alejarse kilómetros de los padres, mantener solo el contacto vía telefónica o redes sociales, saberse “libre” de la opinión del otro, y solo en cada acierto o error…es difícil reconocer que el regresar es el fracaso, que algo o todo falló, que el sueño se desvanece.

Seinfeld sigue dando lecciones desde George, ese truhan, individualista, narcisista personaje que nos recuerda todo lo malo que el individuo puede llegar a ser para su “bien” y “defensa”, porque es cercano a la realidad, porque sus desgracias son lugares comunes, porque cada uno de sus traspiés son réplicas de situaciones recurrentes en la vida real.

Por eso cuando pierde su empleo, cuando reconoce que con $400 en su cuenta bancaria no llegará a ningún lado (arriendo, comida, transporte, entretenimiento) decide regresar a la casa de sus padres, a aquel lugar del que se creía libre. Su fracaso es el fracaso de la idea de independencia, de la soledad ganada, de las manías y ritmo de vida que no retomará hasta que vuelva a tener independencia económica, quizás la primera y más importante libertad en un mundo capitalista y urbano.   


 

miércoles, 22 de diciembre de 2021

El amor es la muerte

El amor es la muerte, es una frase que me retumba en estos días a partir de una lectura. Dos palabras (amor-muerte) para pensar si en verdad es así, si el amor puede yacer en el influjo mortal, si la muerte puede y debe acoger todo intento de amor, o si el amor debe entregarse a un fin pactado y que debe respetarse a toda costa.

Un asunto de familia (1997) de Carlos Arcos Cabrera, la ópera prima en el género de novela con la que sin duda dio mucho que hablar su autor, me ha dejado con la idea de que la muerte necesita inventarse nuevas excusas, de que el amor no debería ser ese único lugar común para captar víctimas, pero lo es.

Segunda edición de El Conejo de 2006.

Y sí, uno huye del amor, porque en el fondo lo que desea es huir de la muerte, del sinsentido de la vida y sus fracasos amorosos. José Luis, el personaje protagonista de esta novela, no hace más que recordarle al lector que mientras más se evaden los recuerdos, más se cae en ellos, que mientras más se niega el pasado, más presente está.    

El amor es la muerte, y contra ello no se puede hacer más que esperar el curso de algún río correntoso dispuesto a engullirnos; el designio.