miércoles, 31 de marzo de 2021

Todo bien, todo mal

En Alles ist gut (Todo bien, por acá) se plantea el tema de ¿Cómo sobrellevar una violación? Un film alemán de 2018 que cuenta la historia de una editora que deja de lado el proyecto editorial que mantiene con su pareja —proyecto que más ha tenido fracasos que aciertos— y decide aceptar la propuesta laboral, de un amigo suyo, para integrarse a un sello mejor posicionado.

La agresión sexual se sostiene bajo el argumento del irrespeto al No. Porque más allá que Janne, el personaje protagonista, se encuentra medio ebria y en una casa sola, se violenta la decisión de no acceder a ningún contacto físico con quien ella ha logrado confianza. El agresor es el cuñado de su nuevo jefe.

Fotograma del film. El agresor de Janne.

 

El personaje, tras el hecho violento, no cuenta a nadie lo ocurrido y no se quiebra, sobrelleva su secreto lo mejor que puede, incluso al confrontar a su agresor. No hay drama de su parte, aunque ha aprendido la lección: jamás volver a confiar en nadie, incluso los de aparente bondad. Y todo transcurría normal en su vida (lidiando con su pareja por el tema del proyecto editorial al garete), hasta que se entera de que está embarazada de su violador.  

El aborto que se realiza la rompe. Confronta, por fin, a su agresor, y con ello se cierra ese pasaje de su vida, uno que en definitiva la ha marcado.

Una película para este tiempo, para discutir en torno al tema del consentimiento. De las decisiones que una mujer tiene —en toda la libertad de sus derechos sobre su cuerpo— respecto al tema de la maternidad.

 

jueves, 25 de marzo de 2021

Carretera maldita o el desarraigo del hogar

Carretera maldita es una novela de Stephen King. Publicada originalmente con el seudónimo de Richard Bachman.

 

Un hombre defenderá con toda su fuerza su hogar, sin medir las consecuencias, aunque para el resto sus acciones sean en vano o simplemente una causa perdida. Ese espacio donde se ha guarecido de todo lo exterior, donde se guarda cada recuerdo junto a los suyos, donde la vida se ha detenido en cada rincón. Porque los recuerdos, las marcas, lo simbólico de cada huella, se volvieron parte de las paredes y objetos.  

 

Barton, el protagonista de Carretera Maldita (1981) debe lidiar contra quienes desean despojarlo de su casa, porque donde se encuentra se construirá una autopista, y desde esa interrupción del plan, su decisión de no vender se vuelve un problema para la urbe y su “progreso”. Atrincherado en su hogar, Barton, resiste el allanamiento planificado (porque de la venta se pasó a la expropiación); una resistencia que sabrá lidiar hasta con el sacrificio de su vida.

 

Novela de tensión en progreso, que recuerda otras historias relacionadas a allanamientos y desalojos (incluso más cercanas de lo que se creería), a las acciones más violentas contra la población; al despojo de un espacio llamado hogar.

 

Barton, defiende a su casa porque ahí están latentes los recuerdos de su hijo muerto, es decir, su resistencia es afectiva. Una resistencia llevada al límite cuando decide dinamitarla con él dentro. Una decisión extrema ante un sistema que no entendió (ni entiende) que el hogar de un hombre no debe ser arrebatado sin que haya consecuencias.