Jordi Meza: “Todo lo que hago es un retrato del arte que consumo”

Jordi Meza, foto tomada de su cuenta de facebook.

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El joven se encuentra solo en un departamento, el confinamiento, por el acecho de un virus mortal, lo ha dejado ahí. Tras una llamada le informan que está despedido de su trabajo, pero que lo han recomendado para uno nuevo: call center de quejas. Entonces, la voz de los otros, con la carga de sus querellas y situaciones desesperantes harán mella en su cordura y estabilidad emocional. Su soledad, el territorio hasta entonces impune, se ve violentado.

Ese sería el spoiler de Adrián (2020), el segundo cortometraje de Jordi Meza, un realizador mantense que desde los 16 años empezó a involucrase. Ahora con 21 años, asegura que “mi formación en el campo audiovisual por mucho tiempo fue empírica, cuando obtuve mi primera cámara exploré muchos campos entre esos la realización de historias cortas, que con el pasar del tiempo se convertían en obras un poco complejas. Actualmente aprovecho cualquier oportunidad para recibir cursos, talleres o charlas relacionadas al arte en general, el obtener conocimiento en diferentes temas es lo que te forma como creador, tener referencias y poder juntarlas para forjar un estilo es una de las partes interesantes de esto”.

Tras cámaras de Adrián (2020). Foto tomada de la cuenta de facebook de Meza.

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Jordi integra a la nueva camada de realizadores en Manabí, aquel grupo que se ha negado a emular la experiencia de narrativas como la surgida desde Chone. Esto, porque a decir de él, “creo que el cine en Manabí por mucho tiempo estuvo en una zona de confort, con el pasar del tiempo el cine a nivel mundial ha ganado más relevancia, y se ha diversificado, así sucedió acá, se empezó a mostrar propuestas diferentes que salían de los estereotipos del “sicario manabita’’. Si hablamos de Ecuador, me llena de orgullo decir que ya se está entrando en el mapa gracias a productoras independientes que se arriesgaron a contar algo ajeno a una cultura de violencia”.

Historias que se desarrollan, casi siempre, en la ciudad, aunque Meza asegure, “prefiero la ruralidad, se siente como un lienzo, mientras que los escenarios urbanos te condicionan un montón, los utilizo cuando es necesario”.

Jordi Meza. Foto facilitada por el realizador.

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Si algo resalta del trabajo de Meza es el signo de la soledad como estampa. Esto no solo lo ha denotado en sus dos cortometrajes: Paranoia (2019) y Adrián (2020); también en su obra como fotógrafo, donde los sujetos retratados ahondan en el concepto del individualismo y soledad, pero desde un plano moderno, donde la frivolidad dentro del espacio es el mensaje.  

“Es bueno conocerse o al menos intentarlo, la soledad te permite eso, las preguntas o conversaciones que creas mientras estás solo suelen ser un reflejo muy crudo para bien o para mal, lo cual te permite genuinidad que se nota”, asegura.

También explica que “No diría que siempre fue así, pero es básicamente a lo que he llegado con el tiempo, empecé haciendo historias cortas de ‘’humor’’, que no me representaban, así que cambié a algo más juvenil en mi primer cortometraje oficial, el proceso fue divertido, pero el resultado final se sentía ajeno a lo que quería, así que tras esas experiencias previas logré retratar un sentimiento de soledad visual”.

Afiche del cortometraje Adrián (2020)

 

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“Adrián es esa canción que se escucha alegre, pero tiene una letra triste, no me considero escritor, pero sí baso mucho de lo que sucede en lo visual y cómo funcionaría esa situación con elementos que tengo en mente, así fue escribir Adrián, una lluvia de ideas, una conversación, un comentario; por donde lo veas Adrián no es perfecto, pero es orgánico” explica.

Y es que, en Adrián, su protagonista simboliza el desconcierto de otros (sobre todo jóvenes, como el personaje), atrapado en su propio hogar, sin posibilidad de interactuar desde la presencialidad, que lo arrinconan a enfrentarse a un deterioro mental que crece y deprime. “Quería retratar una posible situación de pandemia; durante el inicio de la cuarentena los medios invadieron a todos de noticias negativas sobre muertes, salud mental, entre otros temas sensibles, con lo que las posibilidades de que se presenten situaciones similares a las del corto eran muchas”, asegura.

 

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“Todo lo que hago es un retrato, no necesariamente de mi persona, pero si del arte que consumo, ya que si no fuese por esto mis creaciones serían insípidas” se justifica, y reconoce que si bien para él la realización de un cortometraje no es difícil, si es estresante.

Sus cortos se han presentado en Manta, en el festival Cinrecreo y Manabí Profundo, también en El cine con riesgo de Argentina; y, desde su canal de YouTube ha logrado la mirada desde otros espacios geográficos.  

 

“Ser una productora de videoclips musicales es de hecho mi meta a priori, conseguir que sea más rentable principalmente, ya que también me da la oportunidad de contar historias” Jordi Meza

 

Reconocimientos de Meza:

He recibido mucho apoyo por parte del grupo teatral ‘’Artos’’ desde actores, productores, oportunidad de trabajar con ellos. Siempre están dispuestos a darme una mano y se agradece un montón.

A Shaskia Villamil, Erick Cedeño, Melanie Torres y Adrián Mera.