domingo, 14 de marzo de 2021

Un cuento, una historia

“Los pájaros a punto de emprender el vuelo” lo leí por primera vez en Once (Booket, 2001), un libro que adquirí en 2004 en la malograda librería Científica de Manta, donde me pasaba una vez a la semana husmeando libros económicos y de títulos interesantes. Ahí lo encontré una tarde previo a una reunión con mi antiguo profesor de semiótica.   

La segunda vez lo encontré en la selección titulada Escalofríos (Norma, 2011), un libro que llegó a mí desde una feria de libros donde Highsmith parecía no ser del interés del librero porque eran parte de una oferta increíble. Ese ejemplar, junto a otros de la misma colección, estuvo conmigo poco tiempo.

En ambos libros dejé mis subrayados en las escenas y frases que la voz narrativa describía respecto a su protagonista, Don: un tipo que después de escribirle una carta a quien cree es el amor de su vida, Rosalind, con quien se ha encontrado por coincidencia y vive un romance de dos días, espera con obsesión una respuesta que no llega.

Patricia Highsmith.

 

No solo la historia, su protagonista y eso a lo que Don se aferra: la esperanza de encontrar en su buzón de correo la respuesta de Rosalind, vuelven a este cuento una historia insuperable; también el tono lúgubre de la trama que habla de ese alguien que, a pesar de todas las señas en contra, espera una solución a su favor. Tal vez el mejor síntoma de los perdedores: aferrarse a la esperanza.

Pero Don no quiere ser el único perdedor, por eso le responde a la chica de su vecino; la invita a su ciudad para arreglar las cosas, y cuando ella llega y la encuentra en la estación de tren, sin saber que Don es quien la ha citado, se acerca y le dice que lo siente, como preámbulo para quebrarse, por fin, después de reconocerse en el vacío.  

Hoy, por tercera vez, me reencontré con el cuento, y otras historias aparecieron en el camino, recordé a Don, ese personaje del que muchos llevamos algo que estorba y satisface, quizás esa adherencia masoquista ineludible.

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Si desean leer el cuento (y de paso toda una colección de cuentos de Highsmith) lo pueden descargar desde aquí.

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