miércoles, 4 de octubre de 2023

Luis Fernández: “Que triste sería pasar en un bar sin una buena compañía”


Luis Fernández se interesó, desde adolescente, en contar historias; veía películas y las detallaba con entusiasmo, agregando su toque personal. Reconoce que todo el conocimiento en escritura viene del ensayo y error, además del asesoramiento con “personas conocedoras de escritura para que me digan los fallos y cómo mejorarlo”.

Tolkien, consta como uno de sus escritores referentes, porque “me gusta el universo en el que está situada toda la trama de tierra media”. Y asegura con fervor ser “un fanático de las historias, siempre y cuando estén bien contadas”.

Este psicólogo mantense escribió en 2015 lo que ocho años después sería su primera novela: Un nombre común. Una historia que releyó y corrigió hasta quedar satisfecho.

Nos reunimos hace poco para conversar de su ópera prima y conocer más a fondo las motivaciones detrás de esta historia.

Luis ¿Qué otros intentos literarios escribiste antes de tu novela?

Escribí varios cuadernos de poemas, los cuales fueron obsequiados, pero, como intento de escribir una historia tuve dos, una de un suceso que ocurrió en Manta sobre el asesinato misterioso de un hombre, el cual lo hice como tarea para un primo, saliendo sobresaliente, y el otro intento lo llamé “Fronos” una historia sobre la extinción de una especie alienígena por otras especies que ellos mismos crearon, una metáfora a la inteligencia artificial creada por los humanos.

 

Un nombre común es una historia de reminiscencia y frustración ¿así muchas veces se asume la vida?

La vida es una cosa que se podrá definir en biología, filosofía, física y demás, pero que ni, aun así, podremos entender en su complejidad, considero que se puede asumir desde la perspectiva de cada uno, sin embargo, quizá en esa etapa de mi vida cuando escribí la novela pude generar esa sensación de frustración o pesimismo en quienes la leyeron y se identificaron, aunque el objetivo no haya sido aquello.

Considero que cuando llevas tiempo buscando respuestas, te das cuenta de que las mismas no te complementarán, y solo serán indicios de algo que sabías desde un principio, que no es conseguir esa respuesta, sino, que el significado está en el camino que se toma para realizar esa búsqueda.

 

Amor y muerte son una constante, pero ¿aún se sufre en esta época de amor? 

Obvio, sino la psicología no tuviera trabajo, creo que hablar de amor es una forma de tratar de explicar aquellas situaciones que se escapan de lo cotidiano con esas personas que son especiales para nosotros, creo firmemente que el amor es una construcción idealizada de aquella persona hacia nosotros, que muchas veces es un reflejo de lo que deseamos ser, allí vendría el amor propio, por lo cual al no cumplir con las expectativas ya sean aprendidas o adoptadas, se tiende a sufrir por no conseguir aquello que deseamos.

 

¿Es tu novela un tributo a las novelas románticas (aunque no se trata exclusivamente de una) y al empoderamiento del amor?

No, para nada, una vez escuché esta frase: “esta es una historia sobre el amor, no es una historia de amor”, es un poco el reflejo de mi historia, una trama en donde cuenta que existió el amor, pero a su vez no implica en que habrá un final de cuento de hadas en donde el protagonista soluciona su conflicto interno y logra obtener la recompensa por la que luchó, el amor, aun así, dentro de la trama es un eje impulsor, sin llegar a ser un tributo, al menos desde mi perspectiva.



 

¿Por qué el escenario de tu novela es un bar?

Siempre quise tener un bar, además, considero que es el escenario perfecto para mostrar la decadencia de un hombre que ha logrado muchas cosas en la vida y aun así está insatisfecho con sus logros, considero que es un ambiente fuera de lo cotidiano, al menos en nuestra ciudad Manta, donde los bares a pesar de estar llenos de “gente divertida” muchas veces esas personas los utilizan como un escape para la realidad que están viviendo en sus hogares.

 

Los personajes recurren al humor y sarcasmo constantemente ¿Por qué?

Me gusta el sarcasmo, me considero alguien sarcástico, sin embargo, con el tiempo he ido bajando esos niveles y tratando a los demás con mayor respeto y comunicación atenta, quizá sea por mi propia profesión en la cual ya no se le puede decir a un individuo de manera despectiva la razón por la cual se siente mal, sino que debo entablar una comunicación más amena y hacer sentir cómodo a la otra persona.

 

Viviendo en una ciudad cada vez más violenta ¿es posible que el personaje de la Muerte de tu novela sea una metáfora de la realidad?

La verdad no, ya que cuando escribí la historia no sabía que algún día la ciudad tendría estos índices de violencia, por lo cual, considero que es un reflejo de los miedos de las personas que anhelan bienestar paradójicamente buscando alivio en los cálidos y fríos abrazos de la parca, llevando al máximo la ambivalencia de aquella situación, la búsqueda del bienestar en la muerte, convirtiéndose así en la metáfora de la situación actual.

 

El protagonista de tu novela es un hombre maduro que da la impresión de haberlo hecho todo mal ¿tropezar en el amor en verdad puede arruinar una vida? 

Depende, hay personas que no saben manejar sus emociones de manera adecuada y tienden a encerrarse en su propio ego, considerando que al tener un nivel intelectual superior a la media, pueden hacerlo todo o creer que hacen todo mal, es allí que uno, dos, tres o cuatro fracasos en el amor pueden determinar el futuro de una persona, siendo aquello un buen futuro de aprendizaje en donde no se repitan los errores, o en un futuro en el cual la persona se cerrará en sus ideas de fracaso sin buscar ayuda a causa de su propio ego.

 

La Muerte no es una buena compañía para nadie, pero en la novela parece ser el único consuelo del protagonista ¿por qué?

Porque el protagonista ya la anhelaba, estaba encerrado en su pensamiento de fracaso a tal punto que cuando llegó la parca, no tuvo deseo de escapar, solo se permitió hablar, descubrir cuestionamientos que rondaron su cabeza por años y disfrutar de ese momento, así que se obligó a que esa inesperada compañía sea un invitado adecuado para compartir, además, que triste sería pasar en un bar sin una buena compañía.

martes, 3 de octubre de 2023

Una balada que lacera desde adentro

Hay historias que perturban, donde sus personajes no hacen más que soltar golpes bajos que van retumbando en su desarrollo y pérdida de su existencia alucinada. Historias para reconocer a una ciudad desde sus entrañas. Historias para saber que más allá de lo que se cree conocer existe un mundo de oscuridad y sobrevivencia, donde las sombras que pululan exigen su lugar en la luz.

En la mitad está el reino (Alectrión, 2023) la novela más reciente de Jakk Cabrera Plaza, es una de esas historias: acelerada en su desarrollo, perturbadora de principio a fin; una historia negra y sangrienta que es también una balada que lacera desde adentro, que muestra al horror desde una cotidianidad donde el hambre y la necesidad de ser alguien lo justifica todo.



En este territorio de vendedores callejeros, jugadores de póker, vividores, alcohólicos, drogadictos, prostitutas y una lista variopinta donde la viveza criolla es el mérito de las sombras que aparecen en esta tragedia, Manuel (Ojos azules, Cuervo, Pegaso, Caramelo cuervo o Sísifo) sobrevive y “triunfa” a su manera y desde su ética callejera.

Esta tragedia moderna, donde se contempla a un Manuel convertido por momentos en un Edipo que sabe lo que hace y que no siente remordimiento ante su acto, hay odio. Odio a la madre, falsos amigos, protectores, amores…y a sí mismo.

Cabrera Plaza, con esta novela, remarca el tema de la huida como leitmotiv inagotable de sus personajes. En sus historias escasea la esperanza, y este sello particular, es lo que vuelve cada vez más interesante su obra.