martes, 4 de junio de 2024

Sobrevivir en un mundo sin trabajo


 

El éxito, dentro del mundo capitalista en el que nos desenvolvemos, se resume en poseer una casa, un carro, una familia, hijos o un perro, y, sobre todo, un empleo que logre sostenerlo todo. Un oficio cuya remuneración cubra los gastos básicos y lujos.

 

Esa vida, sin embargo, no es para todos, menos en países como el nuestro donde la precarización laboral se acepta con normalidad, donde los empleos y su salario básico solo cubren a media los gastos, donde las deudas (de distinta índole) se vuelven una sombra en cada individuo que lo persiguen y acorralan.

 

Nadie es eterno en un puesto de trabajo (ni los funcionarios del Estado), todos están propensos a ser despedidos por alguna razón. Aunque el sueño de muchos continúa siendo el de jubilarse en un puesto y luego intentar “vivir” de una pensión.

 

Pero ¿qué pasa cuando la desesperación por trabajar, aunque sea de forma precarizada, en lo que sea, se vuelve imposible? ¿Cómo reaccionar cuando se es de edad madura y los empleadores pretenden abusar y humillar? ¿Puede convertirse el anhelo de un empleo medio estable o estable en el causante de una ira desbordada?

 

Todas las preguntas anteriores tienen respuesta en Recursos inhumanos (2020, Ziad Doueiri), una miniserie para acentuar que el de terror actual no proviene de monstruos ni alienígenas, sino de un despido, de la falta de un trabajo, de un salario, de la imposibilidad de cubrir los gastos mensuales, de creerse un “inútil” dentro de la sociedad consumista.

 

Ese terror, sin duda, es el causante de una violencia que no se justifica, pero que lo intenta desde la desesperación: no tener dinero es desaparecer, sin qué comer, beber, donde vivir. Es la clausura a una vida “normal” dentro de un mundo que no da las garantías de mejorar, solo empeorar.  

No hay comentarios: