¿Que
qué me atrae de una muestra narrativa de autores nacionales? La posibilidad de
encontrar a nuevas voces, voces que están fuera del radar literario del país,
tal vez que no han publicado o que solo lo han hecho en otras muestras y en
espacios digitales, autores que me digan algo desde sus historias. Eso busco.
El
Taller Cultural Retorno tiene varios años detrás de muestras poéticas y
narrativas, dándole la posibilidad a que muchos autores, sobre todo quiteños, puedan
difundir sus poemas o cuentos. Algunos de estos autores han continuado publicando
y teniendo presencia en escenarios literarios, otros desaparecieron.
Como
todo trabajo antológico tiene sus niveles, en este caso con historias que no
despegan del todo, que son a penas tientos de algo mejor: incluso algunas que
no dan la talla para un cuento, que solo llegan al relato anecdótico. Pero esto
es lo interesante de libros de esta naturaleza: servir de contraste entre
textos desarrollados y otros no.
En
este contexto celebro las historias de Salomé Andrade González (El monstruo) y Alejandro
Gallegos Rojas (Thordia, mi ramo de rosas), que por primera vez leo algo de
ellos, además recomiendo, para quienes accedan a la antología, los cuentos de Juan
Secaira (Perderse por mil despechos) y Cristian López Talavera (El lechuga). Todas
estas historias en La hora terminó (2024, Taller Cultural Retorno).
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