domingo, 11 de diciembre de 2022

Un silencio malo para el amor


 

Más allá de lo obvio de Me estás matando, Susana (Roberto Sneider, 2016) donde el espectador es testigo de una relación tóxica, cargada de frustración, traiciones y dependencia, la película es interesante en un punto: cuando Susana fuga tras su sueño, acentuando la necesidad de su soledad ante la creación literaria.

La escena donde intenta continuar con la novela (la excusa que la ha llevado a otro país donde ha ganado una beca) mientras en el mismo espacio (una habitación) tiene a su esposo dando vueltas, hablando, caminando, tomando objetos, haciendo ruidos sin entender que el silencio es parte de la “magia” creativa que urge a Susana, y por ende a otros.  

Un silencio que no es entendido en toda su dimensión; hay tolerancia, pero no una comprensión total de lo que se hace frente a una computadora, gastándose horas tecleando, a veces simplemente expectante de una pantalla que tarde y poco se va llenando de palabras, oraciones…

Un silencio capaz de aniquilar al otro, volverlo invisible, desaparecerlo mientras el proceso dure. Un silencio malo para el amor. Soledad inentendible.  

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