martes, 3 de enero de 2023

Existencia y derrotismo en don Ramón

 A Kary, Samy, Sara, Ruth

El Chavo del 8, después de tantos años y cientos de repeticiones de sus episodios continúa repercutiendo en el interior, como “El cumpleaños de don Ramón” (episodio 18, cuarta temporada, 1975) que sigue siendo una excusa para reír, también para reflexionar en torno a la reacción de un hombre ante el tema de su muerte.  

Y es que la vida y sus conflictos logran más énfasis cuando se reconoce, o cree reconocerse, el final de la existencia. Cuando la enfermedad, o aquella sintomatología surgida de la imaginación, hacen mella en el individuo. Porque está de por medio la edad, y la repetición de una frase desde la cual se desarrolla una historia. Por eso cuando don Ramón empieza a escuchar “se siente mal” a más de uno, algo turbio dentro de sí se activa: la imagen de lo nefasto.

Un episodio hilarante de principio a fin, con la carga de todos los malos entendidos que lo dotan de sobresaliente. Se gesta un cumpleaños sorpresa, pero esto el cumpleañero ignora, y en medio de la desinformación el Chavo del 8 mal interpreta y detalla la enfermedad terminal que dice tener don Ramón, o peor, el asesinato que se fragua entre la Chilindrina y Kiko, “para que no sufra”.

 
 

¿Qué pasa por don Ramón al sentirse cercano a la muerte? ¿Intenta reivindicar su vida y encauzarse en sus últimas horas? ¿Se arrepiente de lo que ha hecho y dejado de hacer? Nada, no hay interés en dejar de ser quien es, solo que la muerte o la aproximación a ella, incomoda. Como la vida y sus enigmas diarios. Por eso cuando dialoga con el Chavo del 8 comparte lo que tal vez sea parte de su filosofía de vida:

 

“―¿Me notas cansado?

―Cansado de qué si no hace nada

―¿Quién dice que no hago nada?

―Pues nunca trabaja

―Bueno es que hay mucha escases de empleo, y a mí me gusta darle la oportunidad a la gente joven. Y esa noble actitud la sigo manteniendo desde que tenía yo 15 años.”

 

A don Ramón le aterra la idea de la muerte, de desaparecer, por eso aborda a sus vecinos, indaga si ven en él algo raro que le de soporte a su agonía imaginaria, y mientras va tras una respuesta aliviadora, se encuentra con cuestionamientos radicales, como el del Chavo del 8:

 

“―¿Tengo algo malo en la cara?

―Todo

―Tratas de decirme que soy muy feo

―Pero nada más de la cara y el cuerpo. Pero eso es bueno, porque el hombre debe ser feo, fuerte y formal. O sea que a usted nada más le hace falta ser fuerte y formal. O sea, no le falta mucho para ser hombre.”

 

¿La certeza de que la muerte se aproxima en un individuo detona la franqueza de los otros? O tal vez ¿El premuerto es capaz de tolerar todo cuanto se diga de él? Lo cierto es que don Ramón no encuentra una respuesta satisfactoria de sus interlocutores, solo ofensas y reducciones. Algo que en el fondo deja de importarle, porque pronto, así lo escucha, será degollado, abrirán su estómago, le quitarán las plumas (que saca del bolsillo de su camiseta) y extraerán sus tripas. Luego de eso solo el silencio y su nombre dentro del imaginario de un espacio en que ya no estará.  

(En 1981 se dio a conocer una segunda versión del episodio, sin Kiko, con Ñoño, el Señor Barriga y el Profesor Jirafales. Una versión turra y extendida)



 

No hay comentarios: