sábado, 4 de noviembre de 2017

Papagayo K, mi lado B

Dos días antes de la realización del Papagayo K, junto a Yuly y Diana, coordinando las responsabilidades.

Lo que empezó como un simple sueño de tres amigos terminó en el encuentro literario Papagayo K, en homenaje al poeta mantense Hugo Mayo y que reunió a voces de la lírica y narrativa nacional y local.

Esa noche, después de una lectura en un bar de Manta, Yuli me dijo "qué tal si hacemos todos los meses una actividad, puedo conseguir el hospedaje y la alimentación". Sí, por qué no. Poner a Manta en el circuito nacional de encuentros literarios, que los poetas, narradores y ensayistas que consideremos vengan a la ciudad, la conozcan y la honren con las actividades programadas, le dije. 

Desde el principio fue un sueño algo borroso, pero con los días y semanas cobraría cuerpo y voz, una capaz de hacerse escuchar en los rincones de la urbe y el país. Papagayo K lo llamamos, por el poema de mayo. Papagayo K, por lo raro que sonaba. Papagayo K, por el colorido implícito. Papagayo K, una marca que hasta ahora, pasadas las semanas, sigue retumbando.



Yuly entrevistando a Samy (mi hijo) quien estuvo siempre cerca de la organización. 

Nadie nos dijo que entre tres podríamos subirnos al hombro un encuentro. Nadie nos advirtió que la logística desgasta. Nadie nos gritó que estábamos locos. Nadie nos decepcionó. Nadie, nada. Por eso fuimos un equipo orquesta que hizo de todo, que le robó tiempo a sus trabajos, familia, ocio. Por eso nos pelamos la cara solicitando auspicio a todo el mundo (reconociendo que no todos los que se desagarran las vestiduras en nombre de la cultura, apuestan verdaderamente por ella).     

Joselo Márquez, terminando de diseñar la portada del cuadernillo Papagayo K, muestra poética de Hugo Mayo.

Ya Yuly y Diana (lo dije en el cierre: sin ellas no hubiese sido posible todo) desde otros espacios lo han dicho: en realidad tuvimos el apoyo de muchos amigos y amigas artistas, gente que no cobró ni un centavo, que se puso la camiseta del encuentro, que se comprometió igual que nosotros por lograr si no algo perfecto, satisfactorio, que dijese que en Manta también se pueden hacer cosas que dejen huella. 

Diana Zavala, descansando después de haber  pegado full afiches y repartido cientos de programas. 


Este conjunto de fotos es mi mirada como parte de la organización. Desde la logística (responsabilidades para cada uno) la promoción (recorriendo la ciudad pegando afiches y repartiendo la programación. Realizando los cortos) la difusión (entrevistas para medios televisivos, escritos y digitales) la construcción del cuadernillo y un largo etcétera. 

Yuliana Marcillo, dando entrevista para el noticiero provincial Manavisión.


Si algo nos queda de este 2017, dentro del contexto cultural y literario local, es la realización del Papagayo K, la idea que nació en un bar, la excusa para vivir una fiesta donde reunimos a escritores, actores, músicos, pintores. La idea que aún por estos días sigue madurando y pensando que en 2018 las cosas será mejores.

Papagayo K, porque en octubre vive Mayo.   

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