Francisco
Bedoya es actor, director y dramaturgo ecuatoriano. Director del colectivo
“Susurros Teatro”. Su trabajo se ha desarrollado en pedagogía, dirección,
actuación y literatura además de mantener varias obras en escena. Ha publicado
en narrativa Recolección de vivencias para sostener una guerrilla urbana
(Cactus Pink, 2021), Susurros de la calle (CCE, 2019), Los que
vendrán 18-19, Antología del novisísimo cuento ecuatoriano (Cactus Pink, 2018).
Autor del texto Yo soy José María Espinoza para el Proyecto
“Bicentenario 2022, 12 Obras”.
A
propósito de su reciente libro titulado ¿Amor? O ¡Amor! O Amor (2024)
que reúne varios de sus textos teatrales y que tendrá una primera presentación
el sábado 28 de septiembre, lo contactamos para dialogar de lo que significa escribir
y publicar teatro. Un género siempre escaso de leer por estos lares.
Francisco
¿cómo te sientes más cómodo, actuando o dirigiendo?
Me
gustan las dos por igual, actuar o dirigir conlleva responsabilidades distintas
y complejas que, según el tiempo en el que he estado en el arte escénico, si te
encuentras cómodo en cualquiera de las dos, o según mi parecer, en cualquier
cosa que hagas, ya lo lograste, ya te moriste, es como que ya llegaste a una
paz a un equilibrio y en esa comodidad, paz, equilibrio te estancas. Para mí el
estar siempre fuera de mi zona de comodidad me ha ayudado mucho a crecer. Pero
en el fondo más me gusta escribir y enseñar teatro, creo que debe ser porque ya
he dirigido algunas obras y no he actuado en muchas.
¿Cuán
complejo es pensar y escribir una obra de teatro?
Depende
de la obra, me gusta trabajar haciendo obras bajo pedido, recibo ciertas
características y en base a eso realizo la obra, muchas veces a ese tipo de
trabajo es un reto muy divertido.
Escribir
obras a las que puedo llamar propias se me hace más complejo la mayoría de las
veces, en ocasiones entro en no poder definir cual queda del universo de ideas
en las que caigo al crear, y otras ingreso en un vacío tan profundo que me
provoca realizar otras actividades antes de escribir una letra.
¿Has
interpretado tus mismas obras?
¡Claro!
Fui “Persona” en una obra llamada “La secretaria de suicidios” también muevo
Lecturas interpretativas en las que leo mis cuentos interpretándolos de manera performativa
o sensorial con Maritza Marmol, esposa mía y actriz productora de Susurros Teatro.
Escribir
y publicar teatro ¿por qué?
Porque
es la única forma literaria que invita al lector a transformarse en otra cosa,
yo he visto a personas que nunca han leído o han visto una obra de teatro o
guion y se sorprenden mucho al leerlo y lo empiezan a interpretar por el simple
hecho de leerlo. La dramaturgia nos libera de lo que somos, nos guste o no ser
lo que somos, nos da la oportunidad de ser otros y eso es muy rescatable para mí
ya que es lo único seguro que tenemos como seres humanos, que siempre
cambiamos.
El
amor es una construcción dual donde siempre hay pérdida ¿por qué abordar este
tema dentro de ¿Amor? O ¡Amor! O Amor?
Porque
me di cuenta que mis obras de teatro hablan mucho de amor, y ahora que lo
relacionas con la pérdida, me haces pensar más que todo en el equilibrio, la
búsqueda de un complemento o un igual o un loquesea, que al irse asumimos como
perder algo, pero que nunca nos perteneció. Para mí en el amor hay más unión
que pérdida, y pensar por qué estoy unido a esta persona, sea por una decisión,
o por miedo, o porque me hace reír, o por dinero o por cualquier cosa.
Amor
sin desamor es casi imposible, pero dentro de esa dicotomía ¿qué más se puede
ver-analizar desde el teatro? ¿Qué más ofrece tu obra literaria?
El
teatro siempre te va a ofrecer una multiplicidad de sentidos y opciones de lo
mismo, el teatro nos da la oportunidad de cambiar la realidad que estamos
creando y vivir otra, poder transformaros siempre en lo que queramos, eso
podemos analizar-ver desde el teatro al amor o al desamor, verlos como algo que
creamos una y otra vez de múltiples formas.
Lo
que ofrece mi obra. Ya he trabajado en cuento, novela y ahora dramaturgia, en
mi camino para poder alcanzar el “ser escritor” algún día, creo que debo crear
algo más íntimo, que me lleve a mi familia, a mis ancestros, en un futuro
sacaré un libro de la vida de mi abuelo.
¿Has
agotado el tema del amor en tu obra teatral?
Para
nada, creo que este texto es como un darse cuenta de lo que he estado haciendo para
poder hacerlo de una manera más consiente en un futuro. Aunque ahora estoy
explorando la sátira política.
¿Puede
el amor ser una causa revolucionaria y contracorriente? ¿Se mueve tu obra por
ese territorio?
Por
su puesto que puede ser, esas causas serían dos lugares en los que el amor se
ocultaría para poder ejercer su magia, como esa fuerza poderosísima de unión,
con la que los humanos nos chocamos constantemente. La obra “El Grupo Artístico
de Revolución Armada” es una obra en la que exploro el amor, como un pretexto
para crear una revolución, pero que muy en el fondo es un amor obsesivo por un
lado y desesperado por el otro.
Mi
obra se mueve en mostrar, desde mi visión, como el amor se oculta en algo más,
sea este algo una decisión, una revolución, un trauma, una obsesión, lo que
sea, a la larga es un pretexto para unirnos a cualquier cosa, sean personas,
objetos, animales, lugares, etcétera.
¿Qué
sientes al final del día cuando repasas tus textos teatrales?
Me
sorprendo mucho, cada vez que releo mi teatro lo imagino de maneras distintas,
es lo genial de este arte, siempre puede ser hecho de maneras distintas,
siempre debe ser nuevo, porque está vivo y como todo lo vivo puede morir, esa
muerte lo hace irrepetible, y nos hace como artistas escénicos buscar la forma
de hacerlo inolvidable para el público.